La Uchiha Y El Uzumaki

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Su cuerpo se movía por toda la cama, de izquierda a derecha, fruncía el de vez en cuando y soltaba leves quejidos.

Estaba teniendo de nuevo esa pesadilla.

⟨Estaba de nuevo en medio del bosque, giro varias veces pero si intentaba caminar no podría, ya lo había intentado antes.

–Por favor, para... ¡Ya no quiero esta pesadilla!.

Cerro sus ojos, pero al abrirlos estaba arrodillada tratando la herida de Mozuku.

Ya no podía soportarlo, cerro sus ojos tratando de no verlo de nuevo, pero empezó a escuchar voces.

–Todo es tu culpa. Dijiste que lo salvarias.

–¿No decías que eras la mejor en ninjutsu médico?.

–Él estaría vivo si fueras mejor.

–Eras una mentirosa.

–Basta– suplico –Deten esto. Por favor...

Sus lágrimas bajaron por sus mejillas hasta tocar el suelo.

–Tu debiste morir en su lugar.

–No deberías ser ninja.

–¡Ya para!– se puso de pie y ahora todo estaba oscuro. No podía ver nada.

–Todo esto paso por ti– al girar se encontró con la última persona que quería ver en su vida.

–Tu haces esto.

–El chico seguiría vivo de no ser por ti. Tu lo dejaste morir al dejar de curarlo.

–¡No es cierto!. ¡Mientes!.

–¿De qué sirve tener un gran poder si no sabes usarlo?. Admítelo– Kinshiki se acercó tomando sus brazos –No debes volver a ser ninja, Uchiha.

–N-No... ¡Yo-

–Dejaste morir a un chico. Dudaste.

–¡No es cierto!. ¡Sueltame!⟩.

–¡Sueltame!. ¡Sueltame!.

–Sayuri-chan. ¡Sayuri-chan despierta!.

La uchiha abrió sus ojos topandose con Boruto a su lado tomando sus brazos.

–¿Que..?.

–Tenias una pesadilla, otra vez. ¿Estás bien?.

Ella se sentó mirando a su alrededor, estaba en la habitación de Boruto de nuevo, regulo su respiración y miro sus manos.

–Ultimamente tienes pesadillas más seguido. ¿Segura estás bien?.

–Yo... Si... Estoy bien. Debo ir al baño.

Se separó de él y salió de la habitación, empezó a bajar las escaleras cuando alguien tocó su hombro.

–Boruto dije que-

Pero al voltear no había nadie, miro ambos lados pero estaba sola.

–Eres una asesina...

Giro con rapidez hacia abajo pero nadie estaba allí, tocó su cabeza cuando le llegó un mareo.

–¿Sayuri?.

Reaccionó cuando escucho su nombre, miro el pie de las escaleras y frunció el ceño, Kinshiki estaba allí con una sonrisa.