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Miro sin entender el patio trasero, rasco su cabeza y Himawari salió poniéndose frente a ella.

–Himawari, ¿me explicas de nuevo porque estoy aquí?. Hoy tengo una cita con Boruto...

–Vengo a pedirte un favor.

–¿Favor?. ¿Llevarte a algún lado?. Pero que sea rápido.

–No– Sayuri se detuvo –¿Recuerdas que pronto empezaré la academia?.

–Ah, cierto. Uf... Ya casi olvidó mí primer día en la academia, deberás estudiar y entrenar mucho, Hima.

–Por eso estoy aquí.

–No entiendo– ladeó su cabeza confundida.

–Sayuri. ¿Podrías entrenarme?.

–...¡¿Eh?!.

–¡Por favor!– junto sus manos en súplica.

La uchiha apretó sus labios y cruzó los brazos.

–No lose, Himawari. ¿No tienes entrenamientos en en clan Hyuga?.

–Fue entrenamiento básico. Yo quiero aprender de ti, Sayuri. Mí hermano siempre dice lo fuerte que eres, ustedes solían entrenar juntos.

–¿Y porque no se lo pides a Boruto?.

–Porque él no va a querer... ¿Aceptaras?.

–Bueno. Es verdad que yo también entrene antes de entrar a la academia, pero no creo que estés lista.

–¡Estoy lista!. ¡Lo prometo!.

Sayuri lanzó un Kunai que rozó su mejilla, Himawari se paralizó y miro el arma clavada en la pared.

–No estás lista. Si no eres capaz de evitar eso entonces no mereces mí entrenamiento. Si aceptara sería cruel y no tendría piedad contigo, no creo que estés lista para mí nivel. Disculpa si sueno ruda, Himawari.

–Sayuri.

–El Byakugan no te servirá de nada si no sabes pelear como yo lo hago.

–Entonces... no aceptas– bajo su cabeza desanimada.

–Acepto.

–¡¿En serio?!.

–Con dos condiciones– la uzumaki asintió –No lloraras por un golpe. Y no quiero quejas de la hora al entrenar, además que necesitarás otra vestimenta.

–¿Que tiene de malo?– miro su ropa confundida.

–Deberás tener otra que no te moleste, sea cómodo, ligero y que te guste obvio.

–¿Puedo copiar tu estilo?.

–No– negó de inmediato –Si lo haces tu madre se enojara.

–Entiendo... ¿Cuando empezamos?.

–Ahora.

–¿Eh?.

Sayuri apareció frente a Himawari, alzo su puño en alto y se detuvo a centímetros de su rostro.

–¡N-No se vale!. No estaba lista.

–Un ladrón no esperara a que estés lista. ¡El mundo es cruel afuera y debes aprenderlo, Himawari!.

La menos asintió con el ceño fruncido, se alejo quedando a dos metros de la uchiha.

–Lista.

–Bien. Aquí voy...

 Aquí voy

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La Uchiha Y El UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora