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LA PUERTA se abrió dejando entrar a Boruto, Sarada y Sumire, la de ojos jade los ignoro.

–Sayuri-chan.

–No me llames así, no eres mí amigo para llamarse así. Solo eres un idiota.

El uzumaki apretó sus labios, Sumire se acercó con una bandeja de comida.

–Te trajimos algo de comer, ¿quieres que te ayude?.

–Claro.

Ella sonrió, agarró el cubierto y le extendió la comida, Sayuri se acercó y sonrió.
Sujeto su brazo y pateo sus costillas varias veces sacándole gritos, hasta que Sarada la sujeto.

Golpeó su cabeza con la suya y la tiró al suelo, miro a Boruto esperando un movimiento pero estaba ayudando a Sumire para ponerse de pie.

–¿Crees que comete esa basura?. Eres una estúpida.

–¡No le hables así!– grito Sarada.

–Tu también. Mejor vete a otra parte, cuatro ojos.

–¿Que te paso?. Tu no eras así...

–Otra más...

Se apoyó en la pared junto a la cama y miro sus uñas desinteresada.

–¿Me dejan a sola con ella?.

–Boruto, no creo que-

–Solo cinco minutos, Sarada. Por favor.

Ambas asintieron y salieron de la habitación, Boruto se acercó a ella y busco algo en su bolsillo.

–¿Lo recuerdas?– ella vio su vieja banda ninja, chasqueo la lengua y desvió la mirada –¿Porque no lo hiciste?.

–Si harás una pregunta hasta bien, idiota...

–Si no me iba, dijiste que si no me iba me matarías. ¿Porque no lo hiciste?.

Ella río para después verlo con burla.

–La respuesta es simple– se puso de pie quedando justo frente suyo –No podía romper mis lazos contigo, porque por alguna razón estamos conectados y no quiero saber que pasa si te mato.

–¿Conectados?.

–Asi que la razón fue simple capricho. ¿No querías ser un gran ninja?. Pero ahora mí capricho dice que acabe lo que empece, para probar que sucede...

Su mano fue bajando hasta el porta armas de Boruto en su pierna y pudo sacar un Kunai.

–¿Cómo puedo serlo si no soy capaz de salvar a una amiga?.

Ignoro sus palabras y dirigió el Kunai a su cuello.

Pero alguien había aparecido sujetando sus manos, Saiko le quitó el Kunai y la tiró al suelo.

–Tks. ¿No podías esperar dos segundos?. Estaba probando algo.

Boruto miro el Kunai en las manos de la Yamanaka, miro de nuevo a Sayuri y apretó sus puños.

–Si no les importa quiero ver a mí amigo. Ahora...

(...)

Tienes unos minutos.

Saiko la empujo entrando a la habitación, ella chasqueo la lengua y camino hacia Kawaki.

–¿Estás bien?.

–¿Quien era ella?.

–Una vieja.. conocida.

La Uchiha Y El UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora