La Uchiha Y El Uzumaki

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CORRIÓ POR las ramas de los árboles para llevar más rápido, aterrizo en medio del campo y retomo aire.

–¡Lamento llegar tarde, profesora!.

–Descuida, Aika. Seguro tuviste tus razones.

–Si... ¿En qué equipo estaré?– miro a sus compañeros.

–En el equipo C. Eiki es el líder del grupo, avisale.

–Si, muchas gracias.

Paso por su lado sin evitar pensar en su contratiempo, de solo pensarlo otra vez le ponía los pelos de punta.

⟨–¿Cómo vas, Sayuri?.

–Bien. Kinshiki no volvió a aparecer en mí cabeza, pero de solo pensarlo me aterra y me pone nerviosa.

–Amado dijo que se te está acabando el suero. Quiere decir que has estado cerca de despertar Kinshiki.

–La última lo usé hace una semana. Esto se está volviendo más frecuente, pero ahora no pasa nada.

–Igualmente le diré a Amado que prepare más de eso, no queremos cometer errores.

–¿Errores?.

–Es decir... Verás, tu...

–No, está bien. Entiendo– bajo la cabeza –No quieren que pierda el control y me convierta en él, solo se preocupa por su aldea. Lo entiendo, hokage.

–Sayuri. No quise decir eso. También me preocupo por ti.

–Ya lo se. Veré a Amado antes de ir a la academia, ¿que era de lo que quería hablarme?.

–De esto. Cómo estabas y si necesitabas algo.

–Entonces ya puedo retirarme.

Dio la vuelta para irse, pero cayó de rodillas por un dolor en su cabeza, escucho su nombre venir de Naruto.

–¡Sayuri!.

–Mi... cabeza.

Destellos blancos y rojos se mostraron en su cabeza provocando mareos, entonces vio a Konoha.

Totalmente destruida, humo por todas partes, los rostros Hokage hechos pedazos, miro a su alrededor con terror. A lo lejos distinguió tres personas pelear entre ellas sobre los rostros de piedra, intento acercarse pero algo sujeto su hombro.

–Tu hiciste esto. Ahora todo el mundo está muerto por ti...

–Kin.. shiki.

–¡Sayuri!.

La uchiha reacciono y estaba de nuevo de el despacho se Naruto.

–¿Que.. sucedió?.

–¿Estás bien?. Tu ojo...

Ella desactivo el Byakugan, volvió a ponerse de pie recuperando el aire.

–Yo... Debo irme ahora.

–Sayuri, ¿por qué no descansas hoy?. Debes cuidar de ti, estás pasando por mucho ahora mismo. Puedo sacarte de la misión si lo necesitas.

–¡No!– negó de inmediato –Estoy bien. Llegaré tarde, lo siento, nos vemos luego⟩.

–¡Aika, al fin algo bueno en mí equipo!.

–¿Eh?– Eiki la sostenía de sus hombros.

–Estábamos por preparar el curry, tu solo debes probarlo. Nosotros nos encargamos de todo.