La Uchiha Y El Uzumaki

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SAYURI MOVIÓ su brazo tratando de buscar más espacio pero solo logro golpear la cabeza de Kawaki, quien la miro con su ceño fruncido.

-Ups- susurro en burla -Mi culpa.

-Me van a aplastar- escucho decir a Boruto.

Ella giro con dificultad su cuerpo quedando cara a cara con el uzumaki, quien sonrió por la cercanía que tenían, pero la borro al recibir un codazo de parte de Kawaki.

–Acabemos con esos tipos y ya– Buntan intento salir pero Sarada la detuvo.

–Si el enemigo nos descubre, nos complicarán la vida. No actúes por tu cuenta.

–¿Quieren callarse?– hablo Sayuri intentando alejarse un poco de Boruto –Tengo suficiente con este tonto pegado a mí.

–¡Oye!– grito en susurro el rubio.

–Aire fresco...

La uchiha de ojo jade se alejo para darle más espacio a Kawaki.

–Parece que el viejo si sabe lo que hace– comento Boruto.

–No puedo más– Kawaki empujo a Sayuri y salió del escondite.

–¿En serio?.

–Voy por él– la uchiha salió igual que Kawaki y en el proceso piso la cabeza del uzumaki.

–¡¿Que significa esto?!.

–¿Que miras?.

–¿Nunca viste a alguien mareado?– Sayuri palmeó la espalda de Kawaki.

–¿Que?.

–¡Tiralo al agua!– grito el viejo.

Cuando el hombro volteo Sayuri ya estaba frente suyo, de un solo golpe en su mejilla lo tiró al agua.

–¡Desgraciada!.

Boruto lanzó un Kunai evitando que el otro atacará a su novia.

–¿Que hacemos ahora?. ¿Podremos dejar atrás a los Funato?.

–¡Agárrence fuerte!.

En un inesperado movimiento Sayuri chocó contra Kawaki cayendo ambos al suelo.

–Pues si que puede correr– dijo Sarada saliendo –No podrán seguirnos.

–¡Impresionante!– exclamó Boruto ayudando a Sayuri –Asi llegaremos a Denki enseguida.

(...)

–Que decepción. Solo aceleró unos instantes.

–Si lo hago correr tanto, el motor se estropeará.

–Sea como sea, los Funato ya saben que estamos aquí– hablo Kagura –Tendremos que ir con más cuidado.

–Lo siento– se disculpo Kawaki, quién era consolado por Sayuri.

–Si iban a vernos igual, habría sido más rápido matarlos– Buntan tomo su espada pero Sarada la volvió a detener –¿Que pretendes?.

–Eso digo yo. ¿Para que tomaste la espada?.

–Hace tiempo que no la tocó. Es natural querer revisar como está.

–No me parecía que fuera solo eso.

–Quita tus sucias manos de Buntan– Hebiichigo apunto su espada al cuello de Sarada.