Ella, es su guardaespaldas.
Él, es un tonto al que le deben salvar el trasero.
Ambos, se meten en problemas por diversión.
Pero ella tiene otra razón para seguirlo a todos lados y meterse en problemas con él.
Descubre cual es esa razón...
ATERRIZO EN la habitación, suspiro sobando sus hombros y se tiró sobre su cama cansada.
Quería asegurarse de que Kae había llegado bien, se quedó dos horas viéndola hacer sus cosas hasta que ella misma le agarro sueño.
Si quería averiguar quién la quería asesinar debía verla las 24 horas del día.
–¿Sayuri-chan, eres tu?.
–Si– respondió con su cabeza en la almohada, escucho la puerta abrirse –Hola, Boru-
Al girar dejo de hablar, el uzumaki tenía el ceño fruncido y un Kunai en su mano, confundida se puso de pie.
–¿Que rayos haces, Boruto?.
–¿Quien eres y dónde está Sayuri-chan?.
–¿Que?.
Algo hizo click en su cabeza.
Miro su cuerpo y quiso desaparecer, estaba en su transformación de Aika, lo había olvidado de nuevo.
–Habla ya.
–Ah, yo... Verás... ¡Me equivoque de casa!.
–¡No huyas!.
Salto por la ventana y llegar al techo, se escondió allí dos minutos y volvió a su forma original, recobro el aliento y decidió volver a entrar por la ventana encontrando a Boruto apunto de salir.
–Boruto.
–¡Sayuri-chan!– salto a sus brazos rodeando su cuerpo en un abrazo –¿Estás bien?. ¿Donde estabas?.
–Eh... Estaba con.. Kawaki.
–¿Kawaki de nuevo?. ¿A dónde van todo el día?. Se que él va a la academia, ¿pero tu?. Luego no te veo en todo el día...
–Hago misiones, ¿bien?– frunció el ceño –Déjame en paz.
Se libero de su agarre y salió de la habitación hasta bajar a la cocina, se apoyó en la puerta y suspiro.
No quería tratarlo mal, pero tampoco podía decirle.
Cada vez era difícil ocultar el secreto, primero Kae quien la vio en su verdadera forma, luego Himawari quien ya sabía de la misión y ahora Boruto casi la descubre.
–Creo que lo mejor será retirarme de esto...
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Ignoro las rías de los demás en esa fiesta de té, solo quería terminar con esto y retirarse se la misión lo antes posible.
–Le prepare un pastel. ¿Me acompañas, Aika?.
–¿Eh?. Ah, si...
Se puso de pie y acompaño a la chica dentro de esa enorme casa, Kae ordeno que trajeran el pastel mientras ellas esperaban.
