Capítulo 1.

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Trabajar, matar y follar eran mis pasatiempos favoritos.

A lo largo de mi vida, he enfrentado circunstancias complejas que han marcado mi existencia desde mis primeros recuerdos. A diferencia de las niñas de mi edad que se entretenían con muñecas, yo me familiaricé con las armas desde muy pequeña. Mis años de entrenamiento fueron intensos y dolorosos, pero gracias a esas experiencias, he forjado mi identidad actual.

Me enorgullece ser la primera mujer Coronel en el FBI, un logro que no solo representa un hito personal, sino también un motivo de orgullo para mi padre, el Ministro. Su ambición era tal que siempre había una razón detrás de su orgullo hacia mí: haber superado a mi hermano mayor, Eros, en el ascenso a Coronel. Pero yo era una mujer de grandes aspiraciones, siempre buscaba más, y mientras yo lideraba, la perfección era una exigencia ineludible.

El Ministro Randall Wilson es un individuo temido y respetado dentro de la organización, un hombre que ha demostrado carecer de escrúpulos y compasión. Su ascenso al poder estuvo marcado por sacrificios personales, incluyendo la pérdida de dos dedos en una misión, lo que lo convirtió en una figura central y temida. A pesar de ser el hombre más influyente en mi vida y en la organización, nunca me brindó amor; por el contrario, cuando mi madre intentó ofrecerme ese afecto, él se encargó de separarla de nosotros.

El amor representaba una vulnerabilidad de la que nos estaba advirtiendo.

Me encontraba ante toda la organización, y este día tenía un significado especial. La incorporación de nuevos soldados requería que ofreciera un discurso de bienvenida. Tomé un momento para recomponerme mientras observaba a todos alineados con orden, aguardando mis palabras. Aclaré mi garganta y me dirigí al micrófono.

—Soy la Coronel Bia Wilson Jones y no estoy aquí para ofrecerles una cálida bienvenida; nuestra presencia en este lugar no es para jugar —mi voz resonó con firmeza y claridad—. Hemos venido con un propósito serio: el trabajo. Les comunicaré esto una sola vez, y espero no tener que repetirlo; el FBI es una agencia federal dedicada a la investigación y la inteligencia, con autoridad sobre una amplia gama de delitos federales, incluyendo cuestiones de seguridad nacional como el terrorismo y el espionaje, así como delitos cibernéticos y actividades de intrusión. Si alguno de ustedes no se siente preparado para afrontar estas responsabilidades, es importante que lo sepa. Mis Generales, Capitanes y superiores no son personas que actúen con suavidad, y yo tampoco lo soy. Así que, bienvenidos a este desafío que es el FBI.

Mis expresiones son tan contundentes y significativas que percibo a algunas personas abandonar el lugar; su presencia era forzada y aquí requeríamos individuos que poseyeran pasión, determinación y fidelidad. No había cabida para los débiles ni para los cobardes.

—Si esa es la totalidad, permítanme compartir mi lema —expresó mientras dirijo mi mirada hacia la audiencia—. Nuestros hijos son preparados para convertirse en soldados, mientras que nuestras hijas son formadas para asumir roles de liderazgo; aquí se aplica una disciplina estricta para todos, sin distinción alguna. Sin más que agregar, me despido.

La multitud asiente y comienza a dispersarse, al igual que yo, mientras me dirijo por el lugar y contemplo la escena que se presenta ante mis ojos; uno de mis mejores amigos, que al instante me ve, me obsequia una sonrisa burlona, consciente de mi afición por las iniciaciones.

David se acerca y, con un tono de broma, exclama: —Vaya, Wilson, qué forma tan peculiar de dar la bienvenida.

—No seas tan severo con ellos —le susurro—. Son solo unos niños.

Él, con una amplia sonrisa, me responde: —No te prometo nada— y se aleja, dejando tras de sí un aire de complicidad y diversión.

***

La coronel y el capo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora