Capitulo 42.

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Alejo mis pensamientos, los cuales me comenzaron a atormentar. Sin embargo, corro al camión e intento abrir la puerta, no obstante estaba completamente cerrada y maldigo apuntando con mi arma, dando un disparo exacto y se abre al instante. Antes de subir cubro mi boca y observó en el suelo dos cuerpos extendidos inconscientes en el suelo, me acercó al cuerpo de Fernanda y la sacó del lugar como puedo.

Cuando estoy por acercarme al cuerpo de Mia, su esposo llega a mi dirección mirándome con preocupación.

—Mi Coronel, yo la ayudo —dice entrando por su esposa.

El equipo comienza a acercarse y me miran demasiados pálidos y nerviosos. —¿Qué sucede? ¿Atraparon el camión?

—No, mi... —No terminan de hablar y salgo corriendo.

Comienzo a correr en dirección a una motocicleta del FBI, me subo en ella con agilidad y manejo a la dirección donde observó salir unos autos blindados. Y detrás de ellos veo el camión y saco mi arma para proseguir a disparar en las llantas del camión. Y el camión se detiene de golpe haciéndome frenar y bajar lentamente de la motocicleta.

Me acercó acercó mi arma apuntándo hacia enfrente y observó al conductor vestido de negro, junto a dos hombres más. Ellos se bajan del auto con intenciones de escapar pero disparó sin piedad y observó a los autos negros desaparecer.

Entró al camión y veo a una cantidad de adolescentes llorando algunos con disparos, otros golpeados y unas semidesnudas.

¡Malditos!

—Tranquilos están asalvo soy del FBI —informo y ellos asienten.

Los escucho llorar como si estuvieran tranquilos, llamo a mi gente y en menos de diez minutos llegan, los oficiales ayudan a los jóvenes a llamar a sus hogares y auxiliarlos. Bajo del camión tocando mi vientre y camiando por mi alrededor observó una camioneta blindada esperándome y pintando.

En un momento pensé que era un desconocido, sin embargo su insistencia me hizo preocupar, me acercó a ella y adentro mirando a mi lado a mi querido esposo muy enojado..

—¿Se puede saber que carajos haces aquí? —pregunto.

—Vamos Vladimir, no fue para tanto.

—¿No fue para tanto? —cuestiono—. Bia, entiende estas embarazada. Joder, mírate un disparo en el vientre, si no fuera por el chaleco no estuvieras aqui.

—Vlad.

—Aun no he terminado, mira esto es peligroso —gruñe—, ya no estas en condiciones de ir a misiones.

Lo miro con desaprovacion y luego le doy un beso.

—Ya, ya se que estas preocupado, pero ellos me necesitaban son mi equipo.

—Yo te necesito a ti, los necesito —susurró apuntando mi barriga.

—Lo se y lo siento, pero esa perra escapo.

—No te alteres, no le hará bien al bebé.

—Esa zorra dijo que te conoce. ¿Te suena el nombre de Bianca Conté? —Pregunto.

El se pone nervioso lo se, lo conozco.

—Es mi ex prometida, carajo Bia no te metas con esa psicopata —me advierte—. Esa mujer es muy peligrosa.

—Ahh si la conoces, a mi no me subestimes.

—Bia, por el amor...

—¿Tu pareces conocer a todas las mujeres locas de la mafia?

—Soy el capo y rey, debo hacerlo.

—Eres un idiota.

Me bajo del auto, sin importar sus llamados y protestas, observo la ventana de su auto bajarse y el me mira con desaprobación.

—¿Que haces, Bia? —Pregunta.

—Me voy, estoy en una misión —informo—. ¡Vete con tu ex prometida! ¡parecía contenta por verte!

—¿Acaso estás celosa? —indagó sonriendo—. Solo tengo ojos para ti, además no ignores mi advertencia. Estas embarazada de nuestros hijos.

—Ni en tus sueños —le respondo—. No te preocupes, puedo manejarlo.

***

Me acerco a donde mis compañeros y veo que Vladimir se va,Luego de millones de preguntas por fin llegamos al FBI Italiano,estamos en sala de juntas.

—¿Hay capturados? —Pregunto.

—Sí, mi Coronel —Respondió David.

—Los interrogare a todos —Digo.

Me acercó a la sala de interrogatorios y veo a dos gemelas.

—Miren perras, me hablaran muy claro sobre que planean hacer; Lugares, personas y quien es la cabeza de todo esto.

—Primo morto —contestó una mujer.

Me acercó a ella y le doy un puñetazo fuerte en la nariz, haciendo que empiece a llenarse de sangre.

—Creó que no me has entendido, estoy siendo muy amable.

—Hablaré —Dice la otra llorando.

—Non parlare con Andrea, ci uccideranno —dice su gemela furiosa.

Tomo la cinta que esta a mi lado y pego un pedazo en los labios de la mujer, haciendo que comienze a moverse y mirar a su hermana con enojo.

—Parla tesoro —susurro.

La líder es la señora Blanca Conté, ella quiere tener el poder absoluto de los grupos militares mas importantes del mundo —confeso en italiano—, sin embargó, ella no trabaja sola.

Observo a su hermana explotar y gritar sobre la cinta, la mujer esta asiendo un show y perdiendo mi paciencia, le muestro la foto de un joven y ambas abren los ojos sorprendidas.

—¡Mentirosas, si no me dicen la verdad! —grito en italiano—, su pequeño hermano irá con una familia adoptiva y jamás sabrán de su ubicación

Las gemelas se ven la una a la otra y lloran por unos segundos. Sin embargó, terminan asintiendo y cooperando, su sumisión me hace sonreír al instante.

—La mayoría de los accidentes que has visto y secuestro son por parte de Bianca Conté, ella quiere quebrar a todo las fuerzas militares para así poder hacer de su reinado más fácil y ganar más dinero —informo Andrea—, tiene una gran venta de jóvenes, las subastas son en Venecia. Es su punto más grande y puedo darle la ubicación del lugar exacto.

—Eso me gustaría, viste Alexandra, tu hermana coopera y todo resulta más fácil —sonrió—. ¿Qué hacen con los hombres adolescentes?

—Eres malvada —balbucea Alexandra.

—Una gran parte de los adolescentes son enviados a países indios y turcos —confesó Andrea entristecida—. Y sus próximos atentados a las bases del FBI, serán en Estambul, París y el más importante lo están dejando para el final. La central del FMM, en Nueva York, su élite militar.

Luego de agarrar toda la información, estaba un poco preocupada, el de Nueva York es donde trabajamos nosotros. La central, es mundial y si caemos nosotros, cae todo el FBI del mundo, programare la misión a Venecia allí atraperemos a esos bastardos y rescataremos alas jóvenes.

Me acercó adonde mis compañeros y los veo.

—Mi Coronel, no vuelva a hacer esto —protesta Valentina.

—Eso fue peligroso, mi Coronel —Me regaña Mia—. Incluso para alguien como usted.

—¡Cállense! —gritó irritada—, iremos a Venecia todos y rescataremos a unas jóvenes que están siendo vendidas.

—Sí, Jefa —responden al unísono.

—Tendremos ayuda de mi querido esposo.

—¿Del capo? —pregunta Fernanda.

—Así es del jodido capo. —Admito sonriendo—. Nos filtraremos, para eso Fernanda. Tu serás la chica, nuestro peón.

—¿Cómo qué la chica? —Pregunta nerviosa.

—Mira solo tienes qué parecer una víctima.

—No es para tanto novata —Dice Mia—. Todos en algún momento, somos peones.

La coronel y el capo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora