89. Todo tiene que ver con la compañía

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Cap (5/6)

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Zac Brown Band— Tomorrow never comes

Nunca se le había pasado por la cabeza que más que las pintorescas calles, los edificios inmesos, la decena de lugares bonitos para visitar, una ciudad podía ser incluso más especial si se tenía la compañía adecuada. Era ese tipo de cosas que solo podías notar cuando te permitías un momento para pensar en lo que realmente importaba.

Por eso ahí parado en una de las muchas aceras en el centro de Boston, con su mano sosteniendo la más pequeña de Cole, quien a su vez también sostenía una de las manos de Luke, Wes se dio cuenta de que de pronto Boston era el lugar más brillante en el que había estado jamás. Y apostaba el éxito de su banda a que sentiría lo mismo en cualquier ciudad del mundo, porque la sensación cálida en su pecho no era provocada por la ciudad en sí, una ciudad en la que vivió por años y la cual conocía como la palma de su mano; no, aquella sensación de absoluta felicidad era causada por las dos personas a su lado.

Lo más seguro es que estuviera sonriendo como el enorme bobo enamorado que era. Pues bien, no le importaba.

Cruzaron al otro lado, con la charla animada de Cole como complemento perfecto. No pudo evitar reir internamente. Apostaba a que Cole sabía por qué estaban en Boston. Después de todo no se perdió la manera en que se cubrió la boca cuando abordaron el avión que los llevo hasta aquella ciudad. Sin embargo no hizo preguntas. Era adorable.

—Me gusta conocer nuevos lugares — iba diciendo el chiquillo, balanceando la mano de Wes de manera inconsciente. —Pero creo que no me gusta volar en avión. Siento como si hubiera dejado mi estómago en el cielo.

—Te acostumbras después de un tiempo —le dijo Luke con una sonrisa.

—No le mientas al chico, Lucky Bear— dijo en falso tono reprobatorio. Aunque la sonrisa en sus labios lo delataba. —No te acostumbras. Al menos yo no.

—Luego de un par de giras veremos si me dices lo mismo. Los vuelos se te harán cortos.

Eso llenó su estómago de mariposas. Luke nunca decía "tal vez algún día vayas de gira". No, en cambio lo decía como una afirmación, como si no tuviera dudas: " Cuando vayas de gira". El tipo de apoyo que le daba y la fe que le tenía a su banda era tan incondicional que Wes se sentía de tres metros de altura.  Porque a decir verdad ese apoyo no era reciente; si dejaba de lado lo atropelladas que fueron las cosas entre ellos en un principio, Wes podía darse cuenta de que a pesar de las discusiones que tenían cuando recién se conocieron, a pesar de lo gruñón, obstinado y orgulloso que Luke era, una vez vio el talento de Wes, nunca lo desestimó.

Porque incluso cuando lo aceptó en su agrupción regañadientes, le dio la libertad para mostrar de lo que era capaz. Lo apoyó, lo empujó a buscar las oportunidades como aquella vez que lo acompañó hasta Nueva York para que pudiera tocar con los Cold.

De pronto sintió una oleada de efecto tan grande por Luke. Afecto y agradecimiento. Tuvo que desviar la vista y aclararse la garganta para tratar de contener la súbita emoción.

—Ir de gira por todos lados suena a mucho trabajo — dijo Cole atrayendo su atención de nuevo — Creo que no quiero ser una estrella de rock como Wes. Me gusta tocar la guitarra, nada más

A Love Song© (Love & Music #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora