A Love Song© (Love & Music #2)

94. La despedida part.2

Cap (4/4)

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Blake Shelton ft. The Swon Brothers— Body language

Rome sonrió cuando su encantador prometido lo inclinó hacia atrás aprovechando para besar la comisura izquierda de su boca. Se le escapó un suspiro y una risita. ¿Cómo era posible que su amor por Hank se sintiera más fuerte cada día? Era alucinante.

La idea de que pronto se casaría con él, solo hacía que su corazón se emocionara más. Era un hombre jodidamente afortunado.

Acunó la mejilla de Hank, frotando su pulgar contra ese labio inferior tan apetitoso. Sin exagerar, podía besar esa boca por siempre y para siempre sin aburrirse. Su mocoso sabía lo que estaba pensando porque sonrió mientras se enderezaban. No se alejó, siguió sosteniéndolo comos si fuera lo más preciado que tenía en su vida.

—Oye ojos bonitos — ese mote seguía volviendolo papilla como si fuera la primera vez que lo escuchaba. —Te amo.

—Ugh, basta, tú dulce adulador.

—Solo digo la verdad.

—Yo también te amo— respondió pegándose más contra su cuerpo— no puedo esperar para casarme contigo. ¿Podemos acelerar el tiempo? También quiero la luna de miel.

—Falta poco. Cosas buenas suceden a los que esperan y por ti, Rome, esperaría una eternidad de ser necesario.

— Ah rayos. Eres tan dulce— tomó el rostro de Hank entre sus manos, sosteniendolo ahí para poder ver directo a sus ojos y maravillararse por la sinceridad y el amor que habitaba en en ellos.

Una vez le dijo a Hank que no creía en el destino. Y en su mayoría no lo hacía. Sin embargo se daba cuenta con fascinación que por su mocoso adorado, sería capaz de creer en el destino, en el amor escrito en las estrellas... incluso estaba dispuesto a creer en los unicornios, porque Hank Jones le mostró que el amor era posible; y cada día se encargaba de demostrarle que haber elegido arriesgarse con él, fue una de las mejores decisión de su vida.

Y Hank debía saber que era exactamente lo que pasaba por su mente, porque se limitó a sonreirle de esa manera tan brillante. Sonrisas que reservaba solo para él. Era tan hermoso, tan cálido y pronto sería su esposo. El solo pensamiento desató otra oleada de emoción en su sistema.

—Ahora sería un buen momento para colarnos en la oficina de Logan — puso su mejor sonrisa seductora.

—Oh, lindura. Es tentador ¿pero qué hay de la fiesta? ¿Acaso no te diviertes?

—Por supuesto que sí — sonrió viendo a su alrededor, a todas esas personas que ahora consideraba amigos. Wow, aún no podía creer que tuviera tantos. —Es una gran fiesta. Me la pasé bien, pero tampoco estaría mal tener un momento a solas contigo.

—También quiero eso— susurró Hank contra su boca. Uno de sus rizos rozando la frente de Rome. —Pero también quiero tomarme mi tiempo contigo, hacerlo lento y tanto tiempo como sea posible.

—¿Sí?— un agradable cosquilleo lo recorrió de pies a cabeza.

—Sí. Entonces, una oficina no es el lugar ideal para lo que quiero hacerte esta noche. Así por qué no nos quedamos un poco más y cuando volvamos al apartamento, tendremos nuestra propia celebración.