—¡Pero eso es imposible!— soltaste sorprendida —el pueblo no fue atacado, bueno hasta hace poco—
—Ahora comprendo que fue un error— hablo tu padre —pero en ese momento perdí todo lo que era importante para mi—
—No fue un error— hablo Bakugou y ambos los miraron confundidos —asi es como se maneja ese maldito rey—
—¿Quieres decir que fue planeado?— le preguntaste.
—Si, ese maldito necesita hombres sin miedo a morir y que mejor que alguien que lo ha perdido todo— el rubio se veía molesto —cada uno de los que han terminado aquí cuentan la misma historia, antes de la batalla les dijeron que su pueblo fue reducido a ruinas y no hubo sobrevivientes—
—Pero ¿Y el cuerpo que vio mi madre?—
—Hay dos opciones, pudieron ser los restos de uno de mis hombres o algún sobreviviente que vio algo que no debía—
—¡Eso es horrible!—
—Hay muchas más cosas horribles de ese maldito pero se encarga de no dejar testigos—
—Entonces yo ¿fui engañado?— tu padre estaba al borde de las lágrimas —¿Todo habría cambiado si hubiera ido al pueblo?—
—No lo habrían dejado llegar— soltó el rubio y ambos lo voltearon a ver —si hubiera descubierto la mentira entonces el cuerpo que les hubieran mostrado sería real—
—Tanto tiempo perdido...— murmuró tu padre mientras ponía una mano sobre tu rostro y cedía a las lágrimas. Colocaste tu mano sobre la suya y también dejastes que tus mejillas se llenarán de agua salada.
—No entiendo algo— la voz de tu madre los sobresalto a todos, ella seguía con la vista perdida pero al parecer había escuchado todo —si te dijeron que ellos destruyeron nuestro hogar ¿Cómo es que terminaste aquí confiando en ellos?—
—Fue por qué me di cuenta de que no eran tan malos como decían— tu padre observo a Bakugou —puede que mi señor no lo recuerde pero estoy vivo gracias a usted, cuando la batalla comenzó alguien me golpeó con fuerza en la nuca y aunque estaba conciente no me podía poner de pie, entonces usted apareció y lucho frente a mi para que nadie me hiciera daño— Bakugou no dijo nada, pero en ese momento recordó como conoció a tu padre —poco después me reunieron con los sobrevivientes y ahí me di cuenta de que habían intentado salvar a los pobladores, pensé que tal vez habría pasado lo mismo con mi hogar pero al no ver ningún rostro familiar me dió miedo preguntar, temía descubrir que el que me salvó la vida también se la habría arrebatado a mi familia—
—Tu fuiste el que descifró uno de los mapas de la tía Inko ¿No?—
—Asi es, después de eso mi señor me pidió que me uniera a los exploradores y desde entonces he estado viviendo en las ruinas— entonces se giro hacia tu madre —pero te juro por la Madre Tierra y por la Madre Luna que nunca me he olvidado de ustedes, cada día durante mis sueños volvía al lugar donde las dejé— después de eso tú madre al fin cambio su expresión y comenzó a llorar permitiéndole a tu padre acercarse.
En silencio te pusiste de pie y tomando la mano del rubio dispuestos a salir de ahí para darle un poco de privacidad a tus padres. Pero no esperabas que la puerta se abriera antes de que llegaran a ella y por ella entrara Kota tu hermano menor. La escena de ver juntos a sus padres fue un gran impacto, pues aunque él era un bebé cuando tú padre desapareció reconocía su apariencia por una pintura del día de su boda.
—¡¿Que hace él aquí?! ¡¿Nos abandonó?!— grito el menor con lágrimas en los ojos y antes de que pudieran explicarle algo salió corriendo.
Estabas por ir tras de él cuando Bakugou te detuvo, Kirishima se disculpo rápidamente y corrió tras de él.
—¡Tengo que ir!— le dijiste al rubio.
—¿Enserio crees que el quiere sentirse como un bebé que debe ser consolado?— Bakugou tenía la vista fija en la dirección que se habían marchado —deja que el pelos de punta se encargue al parecer Kota confía en él— guardaste silencio mientras aceptabas sus palabras.
Kirishima se había vuelto un ejemplo a seguir de Kota, tanto que el menor no dejaba de decir que al crecer sería un guerrero fuerte como él, la mayor parte del día lo pasaban juntos. Bakugou tenía razón, si ibas tras él era muy probable que ni siquiera quisiera escucharte pero tal vez con el pelirrojo sea distinto.
El rubio te guío al jardín del castillo y ahí se sentaron en una banca, el medio día se acercaba por lo que el lugar debería estar rebosante de movimiento pero debido a lo sucedido en la mañana no había ningún alma cerca. Todo el pueblo considero que se le debía dar un poco de espacio a la futura familia real.
Estuvieron en silencio un rato, tenías tantos pensamientos acumulados en tu mente que no sabías por dónde empezar. No dejabas de pensar en todo lo que habría pasado si Bakugou no se hubiera fijado en ti, probablemente tu y tu familia habrían muerto, y aunque hubieran sobrevivido nunca habrías descubierto que tú padre seguia con vida. Pero todo era diferente, todo era mejor y era gracias al rubio sentado a tu lado.
Por otra parte Bakugou seguía recordando la conversación con tu padre, recordó que lo salvó de los guardias que intentaban matarlo por qué lo vio en una de sus tantas pesadillas pero nunca sospecho que la Madre Luna lo había influenciado a salvar esa vida por el bien de él y de su pueblo. Aún no era rey pero recordaría siempre como el agradecimiento de aquel hombre lo hizo sentir como uno.
Mientras ambos estaban sumidos en sus pensamientos lo decidiste, cambiarias esto, cambiarias todo. No dejarías que ninguna otra familia pasará por lo que la tuya tuvo que vivir. Si estaba en tus manos el hacer algo sin duda lo harías pero primero habría que empezar por algo. Así que sujetando con fuerza la mano del rubio lo miraste fijamente.
—Acepto ser tu Reina—
Gracias por leerme ❤️
No estoy segura de si la próxima semana podré subir capítulo por qué me iré de vacaciones 🤭 haré lo posible pero no prometo nada.
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Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"
FanfictionLibro 1 Tu destino estaba decidido desde el momento en que el Rey de los Bárbaros puso sus ojos en ti, si tan solo no hubieras salido al jardín aquel día. Ahora has hecho un trato con él y conociendo su mala fama, si no cumples lo único que te queda...