Al escucharte pronunciar aquella palabra el silencio inundó el lugar, Bakugou te miro sorprendido pues recordaba que le habías mencionado la muerte de tu padre. Pero la expresión del hombre frente a ti fue de confirmación, aquel que creías muerto te observo con los ojos abiertos por la impresión y en cuestión de segundos las lágrimas se hicieron presentes.
—¿_____?— preguntó temiendo equivocarse, asentiste y sin pensarlo él se acercó a ti lentamente —¿Realmente eres tú?— sus dedos se acercaron a tu rostro pero dudo en tocarte, temía que fuera un sueño nuevamente. Al tenerlo tan cercas las lágrimas cayeron con fuerza por tus mejillas, tu cuerpo no respondía querías abrazarlo pero había sido tal la impresión que te dejo paralizada.
Finalmente él avanzó, tu padre te abrazó y tu llanto lleno aquel lugar. Ambos cayeron al suelo sobre sus rodillas, la calidez y el aroma tan familiar que te rodeaba junto con esos brazos te infundió una tranquilidad que creíste no volverías a sentir.
La conmoción llamo la atención de todos incluidos los que se encontraban dentro del castillo, tu madre reconoció inmediatamente tu llanto y apresurada salió a ver qué sucedía, pero al llegar a dónde te encontrabas su corazón se detuvo momentáneamente. Su respiración comenzó a fallar pero aún así hizo todo lo que pudo por acercarse más. En ese momento tu padre logro distinguir la figura que se acercaba y al levantar la vista su mirada se cruzó con la de la mujer que le brindo un hogar.
Se separó un poco de ti y aunque te rehusabas a soltarlo, comprendiste la situación y en medio del llanto te pusiste de pie junto con él. Bakugou inmediatamente se acercó a ti y te abrazó en un intento de consolarte mientras dejabas que tú padre avanzará unos pasos más hacia tu madre.
—¿Quien... quien eres tú?— la voz de la mujer que te dió la vida temblaba al igual que su cuerpo, su corazón parecía a punto de salirse de su pecho.
—Creí... creí que habían muerto— dijo tu progenitor mientras daba un paso más, tu madre retrocedió al verse en la presencia de lo que para ella era un fantasma.
—No es posible... vi tu cuerpo— la piel de tu madre se veía más pálida de lo normal, mientras que sus ojos no daban crédito a nada de lo que sucedía.
—¿De qué hablas? Estoy aqui— finalmente estuvieron frente a frente, pero en el momento en que tú padre tocó la mano de tu madre está cayo al suelo inconsciente, estuvo a punto de hacerse daño pero los brazos de tu padre fueron más rápidos y lograron atraparla —¡Alguien que la ayude!— soltó tu padre preocupado, tardaste unos segundos en reaccionar y entonces te alejaste del rubio para acercarte con rapidez a tu madre y revisarla cuidadosamente.
—Estará bien, solo fue la impresión— suspiraste aliviada después de una rápida revisión, luego miraste nuevamente a aquel que te dió la vida —¿Cómo es posible?— Miles de dudas invadián tu mente.
—Lo mejor será que entremos— intervino Bakugou acercándose —ya ordene que prepararán un lugar tranquilo donde puedan hablar mientras tu madre se recupera— le agradeciste con un asentimiento y con su ayuda te pusiste de pie.
Dentro del castillo recostaron a tu madre en una habitación, tu padre se sentó en una silla junto a ella.
—Cuando Kota regrese de su paseo con Kirishima ¿Puedes hacer que lo traigan de inmediato?— le preguntaste al rubio pensando en el impacto que sería para tu hermanito enterarse por alguien más.
—Se hará lo que tú pidas, ahora ve— Bakugou señalo la habitación —deben tener mucho de que hablar— diste un paso y al ver que el rubio no te seguía tu corazón se agito.
—Te necesito a mi lado— dijiste sin pensarlo mientras le tomabas de la mano —temo que esto sea demasiado para mi—
—Bien— entrelazó sus dedos con los tuyos —ten la seguridad de que no te dejare sola—
Tomada de su mano entraste a aquella habitación después de un gran suspiro para tranquilizarte. Tu padre se encontraba sosteniendo la mano de tu madre quien ya no estaba inconsciente pero tenía su mirada perdida en la pared. Tu cuerpo tembló al recordar que esa misma expresión era la que tenía antes de que su mente colapsara y enfermará. Bakugou sintió tu temor y mediante un apretón en la mano te recordó que él estaría ahí sin importar que sucediera.
Tu padre al verlos entrar inmediatamente se puso de pie y sin soltar la mano de tu madre hizo una reverencia al rubio. Bakugou le resto importancia y dijo que ahora que serían familia esas frívolas formalidades no eran necesarias. Se sentaron en un sofá frente a la cama, para tu padre no pasó desapercibido el estuvieran tomados de las manos.
—¿Hace cuánto que despertó?— preguntaste.
—Poco después de que la trajeron pero no ha reaccionado— su voz se quebró —me temo que esto haya sido demasiado para ella— el dolor en los ojos de tu padre elimino el breve pensamiento que tenías de que él los hubiera abandonado, si ese fuera el caso no sentiría tanto pesar por tu madre.
—No es la primera vez que le sucede— dijiste — pero me temo que todo lo que había mejorado se haya perdido—
—No entiendo—
—Hace aproximadamente cinco años ella se perdió en si misma— temblaste al recordar cómo sufrieron en aquella ocasión y Bakugou te abrazo, le sonreíste y continuaste —después de que los hombres del rey le pidieran que reconociera lo que quedaba de tu cuerpo—
—¡¿Que?! ¡¿Pero de qué cuerpo hablas?!— tu padre se exaltó al comprender por qué tú madre reaccionó así —¡Yo soy él que debería haber tenido un colapso mental después de verlas!—
—¿A qué te refieres?— preguntaste confundida.
—Los recuerdos de ese día me han perseguido por años— respondió —estábamos preparados para iniciar el combate con los bárbaros cuando un soldado llegó con un mensaje urgente y después de hablar con la persona al mando se nos reunió a todos para informarnos— tu padre se quedó en silencio unos segundos —nos dijeron que el pueblo que rodeaba el palacio, nuestro hogar... había sido arrasado por los bárbaros y nadie había sobrevivido, ese día perdí a mi familia—
Gracias por leerme ❤️
Nos leemos el próximo viernes ✌️
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Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"
FanfictionLibro 1 Tu destino estaba decidido desde el momento en que el Rey de los Bárbaros puso sus ojos en ti, si tan solo no hubieras salido al jardín aquel día. Ahora has hecho un trato con él y conociendo su mala fama, si no cumples lo único que te queda...