Libro 1
Tu destino estaba decidido desde el momento en que el Rey de los Bárbaros puso sus ojos en ti, si tan solo no hubieras salido al jardín aquel día.
Ahora has hecho un trato con él y conociendo su mala fama, si no cumples lo único que te queda...
La expresión de Bakugou al escuchar tus palabras fue de la sorpresa a la incredulidad para finalmente terminar con una sonrisa que nunca habías visto en su rostro.
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—Oye, repite eso— dijo aún sonriendo, al ver su reacción y comprender realmente lo que acabas de decir tus mejillas se cubrieron de rojo.
—Acepto... ser tu Reina— murmuraste apenada sin una pizca del valor que antes te impulso a hablar.
—Con eso basta— el rubio se puso de pie —ahora déjame hacerte la propuesta adecuadamente como el legado de mis antecesores lo pide—
Bakugou soltó tu mano y se colocó frente a ti, posiciono una rodilla en el suelo y la otra sostenía su brazo, te observo fijamente.
—Gwnaeth y fam leuad i mi ddeall na allaf fod ar fy mhen fy hun— el rubio comenzó a hablar en la lengua de sus ancestros —Gyda'i oleuni fe arweiniais fy llwybr nes i mi uno fy nghalon â thi— extendió la mano que dejó libre hacia ti invitandote a tomarla —Rwyf am i chi fod yn frenhines i mi, fy nerth a'm gwendid— cuando lo tomaste de la mano te dió un ligero apretón —fy meddwl, fy mywyd, fy enaid, rwy'n cynnig popeth o'ch blaen— la intensa mirada color rubí que tenías sobre ti solo hacia que tus mejillas aumentarán su color —fy nheyrnas i fydd dy deyrnas, fy mhobl fydd dy bobl, fy nheulu i fydd dy deulu, fy mywyd i fydd dy fywyd— un suspiro salió de ti y el rubio sonrió —Byddaf yn byw i chi, a byddaf yn marw drosoch. Gadewch i mi fod yr un sy'n gyrru i ffwrdd hunllefau, sy'n byw yn eich breuddwydion, sy'n rhoi llawenydd i chi ac sy'n gyrru i ffwrdd poen. O dan fendith y Fam Leuad, yr wyf heddiw yn cadarnhau mai ti fydd fynhywysoges ac y byddwchyndodynfrenhines i mi*— unos segundos de silencio —aqui es donde dices acepto— se burló Bakugou.
—Estoy segura de que lo que dijiste fue hermoso pero sinceramente no entendí nada y no se que debo responder— dijiste tímidamente.
—Solo repite después de mi— asentiste —cyn y lleuadmam, eichbrenhinesyrwyfynderbyn i fod—
—cyn y lleuadmam, eichbrenhinesyrwyf yn derbyn i fod— dijiste tratando de imitar los sonidos lo más que pudiste.
—Ahora debo darte el anillo de promesa que mostrará ante todos que eres mía— un leve rubor fue visible en el rubio quien se acercó lentamente hacia ti, cerraste los ojos esperando un contacto que no llego— esto puede doler un poco— te susurro al oído pero antes de que pudieras reaccionar él actuó, el pequeño grito que soltaste se escuchó por todo el jardín.
Uraraka había salido a buscar a Bakugou pues mientras Midoriya se encontraba ocupado con su madre hablando sobre la One for All ella pensó que debía aprovechar y comunicarle al rubio lo que la prisionera había dicho. Estaba por dirigirse al jardín cuando los vio entrar al castillo, rápidamente se acercó a ustedes pero no le pasó desapercibido el tono rojo que ambos compartían en su rostro. Entonces mientras sonreías avergonzada colocaste un mechón de cabello detrás de tu oreja y al hacerlo un grito de emoción de parte de la castaña te sorprendió.