Capitulo 60

2.7K 301 34
                                    

Al escuchar aquella temible voz, Bakugou inmediatamente se coloco frente a su padre en modo protector, sus amigos también estaban alertas listos para defenderse.

—Tranquilos— Masaru camino delante de ellos —él no está aqui—

—Tan perspicaz cómo siempre— se burló la voz que venía de la oscuridad —no tengo problema en ir hacia ustedes pero prefiero que vengan a mi, después de todo que mejor que los hijos mueran en el mismo lugar que sus padre— río haciendo una clara referencia a Midoriya y Todoroki.

—¡BASTARDO!— soltó el rubio enfurecido.

—Al menos tu tendrás la oportunidad de abandonar este mundo en compañía de tu progenitor— siguió la burla —quisiera poder esperarlos pero tengo una cita con un bosque místico al que robarle su regalo, así que si no se apresuran no llegarán a tiempo— después de una gran carcajada el sonido comenzó a desaparecer gradualmente.

Bakugou tenía las manos hechas puño, sabía que el enemigo se refería a su hogar. Tenía que detenerlo sin importar como antes de que fuera demasiado tarde para su gente, para su familia, para ti.

—Él solo intenta provocarlos— el mayor trato de tranquilizarlos —mantengan la cabeza fría que el no dudará en jugar con sus mentes— dio un paso adelante —no tengo la misma fuerza que antes pero conozco este lugar así que los guiaré todo lo que pueda—

Pero en ese momento, Bakugou sintió algo extraño y se detuvo.

—¿Cómo es que eres la única persona con vida en las mazmorras?— se dirigió a su padre —¿Cómo es que conoces tan bien el lugar si se supone que has estado encerrado todos estos años?— Deku se coloco a su lado pues tenía las mismas preguntas rondando su mente.

—Supongo que no me creerás si solo te digo que tuve suerte— sonrió con tristeza el mayor.

—No tengo dudas de que eres mi padre y no un impostor— el rubio miro fijamente al mayor —lo que solo me lleva a pensar que no has sido exactamente un prisionero todos estos años— Masaru suspiro.

—Esperaba que no tuviéramos que tocar este tema— entonces les mostró una extraña marca en su brazo —soy una persona a la que se le arrebato su regalo, y tenía que hacer lo necesario para sobrevivir si quería volver a verlos, no me enorgullezco de eso pero lo volvería a hacer sin dudarlo—

—Tu dirigiste su maldito ejercicio ¿Cierto?— Bakugou estaba molesto.

—Sabia que recordarías mis estrategias y serías capaz de enfrentarlas y detenerlas— el rubio sintió una punzada de alivio entre toda esa molestia, desde que se hizo cargo de su ejercito hubo varias ocasiones en las que pensó que estaba enloqueciendo pues los ataques que recibían eran exactamente los mismos que su padre le había enseñado de pequeño, muchas de sus victorias de debieron a eso —no tenía muchas opciones, podía convertirme en un guerrero sin alma o podía dirigir al ejercito que se enfrentaría con mi hijo y así al menos asegurar tu victoria—

—Eso no es todo lo que hacias— afirmo el rubio.

—No, tuve que hacer cosas desagradables pero eso me permitió estar al lado de mi único amigo en este lugar en el momento que partió a reunirse con las estrellas— le dirigió una mirada a Shoto —él sabía que llegando el momento sería de utilidad para ustedes por lo que más de una vez estuvo dispuesto a tomar mi lugar—

—¿Cómo se que realmente no estás actuando bajo sus órdenes en estos momentos?—

Sin decir una palabra, Masaru comenzó a quitarse la camisa vieja y gastada que llevaba puesta mostrándoles su espalda, la cual tenía tantas heridas y cicatrices que no parecía parte de un humano.

—Este fue mi castigo, no me queda mucho tiempo y a ese maldito se le hizo gracioso que yo los recibiera y guiará a su muerte— suspiró —sabia que lo mejor que podía hacer era obedecer, así al menos podría verte antes de morir—

—¡No morirás!— soltó Bakugou —¡Vas a sobrevivir y te llevaré a casa a qué te curen esas malditas heridas!— dicho esto siguió caminando dada par terminada esa conversación, no tenía forma de probar que lo que su padre decía era cierto pero tampoco había motivos para dudar. Sin embargo la furia con la que se dirigía a su enemigo había aumentado considerablemente.

Mientras tanto, tu te encontrabas recostada en el marco de la ventana de la habitación de Bakugou, mirando en dirección a donde se encontraba tu antiguo hogar, rezandole a la Madre Luna y a la Madre Tierra que todo saliera bien y el mal presentimiento en tu pecho se desvaneciera.

Dabi se encontraba a tus espaldas, observando tu dolor pues no había nada que hacer más que esperar aunque cada segundo que pasará fuera una tortura para ambos, se debatia interiormente sobre si debía ignorar todo y llevarte al campo de batalla para que estuvieras al lado del maldito rubio, no parecía una buena idea pero al menos ambos estarían más tranquilos al verse. Por otra parte el pelinegro sabía que la decisión que debía tomar sobre ti estaba a nada de presentarse, y aunque no sabía cómo pasarían las cosas, todo su ser se lo decía, la batalla se decidiría esa noche.

A las afueras del palacio, Kirishima y los guerreros que lo acompañaban seguían sumergidos en un fiero combate contra los soldados sin alma, no importa cuánto atacaran el número de enemigos no parecía disminuir. Gwrol volaba entre todos lanzando fuego a todo aquel enemigo que veía lejos de sus aliados y si bien aquellas llamas tenían el poder de eliminar de inmediato a quien las recibía no podía usarlas con libertar por temor de herir a alguien.

Bakugou y compañía caminaron hasta llegar a un gran salón en completa oscuridad, sus cuerpos se pusieron alerta al acercarse al umbral de la puerta.

—No hay otro camino, debemos entrar— menciono Masaru —pase lo que pase, no confíen en sus sentidos, usen solo su instinto y no duden a la hora de atacar— dicho esto se adentro en la espesa oscuridad y desapareció.

Los menores se dirigieron una mirada y comenzaron a caminar detrás del mayor, entrando a una habitación y desapareciendo uno por uno.

Al cruzar todo el lugar parecía rodeado por una espesa bruma que inmediatamente hizo que se perdieran de vista, comenzaron a llamarse pero el sonido de su voz era ahogado por la oscuridad, cada uno se había quedado solo.

Bakugou comenzó a caminar sin rumbo cuando alguien lo llamo e hizo que su cuerpo se estremeciera, al girarse se encontró con la persona que más amaba frente a él.

—No pude esperar más, tenía que estar a tu lado— le dijiste.

La próxima semana tendremos dos capítulos.

Gracias por leerme ❤️
Nos vemos el próximo martes✌️

Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora