Al sentir los labios de Bakugou sobre los tuyos esa necesidad de cercanía aumento, querías más pero no sabías exactamente de qué pero tenías que estar lo más cerca de él que pudieras. Así que por instinto colocaste tus brazos alrededor de su cuello.
El rubio noto tu aceptación y te tomo de la cintura atrayendote todo lo posible hacia él, nuevamente intento profundizar el beso pero está vez no te asustaste, era como si cada uno de tus movimientos estuviera echo para adaptarse a los de él.
De pronto Bakugou se separó de ti pero no dejaba de verte con esa intensa mirada color rubí, un depredador acorralando a su presa, solo que esta vez no tenías miedo y querías que él se acercará de nuevo. Estabas por atraerlo de nuevo hacia ti cuando un golpe te sorprendió y te hizo recobrar la razón.
El rubio se había dado un fuerte golpe en el rostro y había caído al suelo. Rápidamente te acercaste a ver cómo se encontraba.
—¡VETE DE AQUI Y ENCIERRATE EN MI HABITACIÓN!— soltó mientras se cubría el rostro para no verte.
—Pero...— tu mente y tu cuerpo tenían una lucha interna en la que al final ganó la razón.
Te pusiste de pie rápidamente pero al momento de dirigirte a la salida de tu habitación notaste que la puerta se encontraba completamente destrozada. Al parecer Bakugou la destruyó para poder llegar hacia ti en medio de la pesadilla. Caminaste con cuidado de no herirte con los trozos de madera y te dirigirte a la habitación del rubio y aseguraste la puerta.
El lugar era iluminado solo por la escasa luz de una vela así que no pudiste distinguir mucho, te acomodarte rápidamente sobre la cama, todo olía a él y eso de algún modo te dió tranquilidad, poco a poco caiste en un profundo sueño y está vez sin pesadillas.
Al día siguiente despertaste al sentir la luz del sol sobre tus párpados, tardaste unos segundos en recordar lo que había sucedido la noche anterior y te avergonzaste por la desvergonzada forma en que habías actuado.
Comenzaste a observar tu alrededor, la habitación era muy similar a la tuya pero estaba decorada en tonos rojos y marrones. Entonces viste una extraña y brillante caja que llamo tu atención escondida en un librero. Te acercaste y cuando estabas apunto de tomarla en tus manos llamaron a la puerta.
—Tengo que cambiarme— la voz de Bakugou se escuchó del otro lado, así que abandonaste tu curiosidad y te dirigiste a abrir la puerta.
—Buenos días— dijiste pero Bakugou solo te observo fijamente lo que causó que comenzarás a sentirte nerviosa.
Entonces él se acercó y te tomo de los hombros, te comenzaste a sonrojar y desviaste la mirada, de pronto en un rápido movimiento el rubio depósito un pequeño beso sobre tus labios.
—¿Lo sentiste?— preguntó y tardaste unos segundos en comprender a qué se refería.
—No— comprendiste tus palabras —¡No sentí nada!— dijiste emocionada y Bakugou sonrió.
—¡NO PUDISTE CONMIGO MALDITA!— grito el rubio hacia la luna que a penas se divisaba en el cielo.
—No creo que sea la manera correcta de hablarle a la Madre Luna— mencionaste.
—Tampoco creo que sea correcto que quiera obligarnos a algo— se quejo el rubio —preparate que hay que bajar a desayunar, hoy tendremos un día muy ocupado. Por cierto más tarde vendrán a reparar tu puerta— asentiste. Mientras te vestias suspiraste aliviada, sin duda sería una carga menos no tener que sentir los efectos de la Madre Luna y no tendrías que preocuparte por ello hasta la próxima luna llena, aunque decir que te disgusto ese pequeño beso sería mentir.
En el desayuno fue obvio que todos notaron un cambio en su situación pues aunque Bakugou aún te tomaba de la mano ya no le dirigía una mirada de muérete a los varones presentes.
—Veo que las cosas se han calmado— le dijo Kirishima al rubio.
—¿Tienes todo listo?— preguntó Bakugou.
—Las tropas están reunidas esperando por órdenes, dame hasta medio día y a penas podrán mantenerse en pie—
Desayunaste al lado de tu madre quien tenía una sonrisa muy tranquila en su rostro, una sonrisa que hace mucho no veías. Eso te hizo sentir inmensamente mejor e inconscientemente miraste al rubio y le sonreíste, el trato que hiciste con él parecía haber sido una de tus mejores decisiones.
El resto de la mañana la pásate con tu madre y hermano mientras Bakugou atendía algunas de sus responsabilidades. Pero al llegar medio día se reunieron nuevamente
—Nuestras tropas están a punto de desfallecer— informo Kirishima.
—Bien, comenzaremos en unos momentos— entonces te observo —¡No te vayas a alejar del maldito Deku!— te dijo y asentiste, pues ya sabías que tu estarías observando al lado de Midoriya desde un punto seguro.
—¿Seguro que están bien solos?— preguntó el peliverde.
—Katsuki y yo somos de los mejores guerreros que hay— dijo Shoto —no tendremos problemas con un solo espía.
—No olvides que yo estaré listo para ayudarlos de ser necesario— sonrió Kirishima.
—¡HAGÁMOSLO DE UNA MALDITA VEZ!—
Midoriya y tú se dirigieron a un balcón del castillo desde el cuál podían ver el punto de reunión planeado y observar cualquier peligro. Kirishima había vuelto con las tropas y continuo el entrenamiento aunque los guerreros a penas y podían mantenerse en pie. Entonces Bakugou se acercó a una ventana del castillo y grito.
—¡MALDITO PELOS DE PUNTA DONDE ESTA EL MITAD Y MITAD— se aseguró de hablar bastante alto para que todos lo escucharán.
—¡No se! ¡¿Para que lo necesitas?!— respondió el pelirrojo.
—¡DILE QUE TENGO ALGO IMPORTANTE QUE TRATAR CON ÉL Y QUE LO ESPERO EN EL LUGAR DE SIEMPRE!—
—¡Ya me cansaron ustedes y sus secretos!— Kirishima fingió quejarse —¡Si lo veo le diré!—
Bakugou salió del castillo por la puerta trasera y se dirigió al punto acordado fuera de los muros del castillo. Algunos minutos después Todoroki se acercó a las tropas y Kirishima le dijo que Bakugou lo buscaba y parecía urgente, después le dijo a las tropas que era todo por hoy y entro al castillo. Mientras que Todoroki se quedó unos minutos observando a las tropas, para después dirigirse hacia la dirección acordada. Kirishima salió por la parte trasera del castillo preparado para seguir al traidor.
Midoriya y tú observaron toda la escena y notaron inmediatamente cuando uno de los guerreros se separó del grupo y se marchó en la dirección en la que había ido Todoroki. El plan parecía funcionar a la perfección pero entonces vieron algo que los dejo mudos.
—¡¿Acaba de cambiar su apariencia?!— soltaste.
Gracias por leerme ❤️
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Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"
Hayran KurguLibro 1 Tu destino estaba decidido desde el momento en que el Rey de los Bárbaros puso sus ojos en ti, si tan solo no hubieras salido al jardín aquel día. Ahora has hecho un trato con él y conociendo su mala fama, si no cumples lo único que te queda...