Capitulo 40

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A la mañana siguiente despertaste en los brazos de Bakugou con una sonrisa en los labios pues a pesar de que al inicio su primer noche como matrimonio no parecía ser la mejor termino por ser maravillosa. Te giraste puesto que el rubio estaba a tu espalda solo para ser recibida por una mirada rubí.

—Sin duda amare que todas mis mañanas sean asi— te sonrió e inmediatamente se coloco sobre ti depositando un beso en tus labios —quisiera quedarme a contemplarte por el resto del día pero tenemos responsabilidades que atender— entonces algo golpeó su puerta —además ella parece estar desesperada por salir— señalo a la puerta dond estaba Gwrol golpeando la madera esperando que la abrieran.

—Hay mucho que hacer hoy ¿Cierto?— recordaste lo sucedido ayer —¿Nos reuniremos todos de nuevo?—

—No, solo mi madre, Deku y el maldito pelos de incendio—

—¿Será seguro hablar dentro del castillo?—

—Shigaraki y Shoto estarán vigilando nuestros alrededores buscando al soplon—

Dicho esto ambos se apresuraron a vestirse apropiadamente y desayunar, Gwrol volaba de un lado a otro, probando todo lo que le ofrecían de comer.

Entonces antes de salir notaste algo en un rincón y te acercaste, parecía ser polvo con trozos de piedra que se desmoronaban al tacto.

—¿Que es?— Bakugou se acercó.

—Creo que es la piedra que nos dio Kirishima— intentaste levantar otro trozo pero se deshizo en tus manos —o lo que queda de ella, parece carbonizada—

—Algo me dice que tú tienes algo que ver con eso— el rubio acarició las escamas de Gwrol que estaba sobre su hombro— creo que es bastante obvio pensar que de ahí fue de dónde saliste ¿Cierto?—

—Asi que al final era un huevo— te sacudiste el polvo de las manos y te pusiste de pie para seguir a Bakugou a la sala de reuniones.

Ahí ya los esperaban quienes los acompañarían, en cuanto entraron la pequeña Gwrol voló hacia el pelirrojo quien la recibió con gusto mientras conversaba con ella ante la atenta mirada de los presentes.

—¿Cómo es que logras entenderla?— le preguntaste.

—¿Cómo? No sabría decirlo, simplemente escuchó su voz en mi cabeza— el pelirrojo se encogió de hombros —por cierto dice que amo el jamón—

—Bien— Bakugou elevó la voz llamando la atención de todos —creo que es bastante obvio que tenemos varias cosas que tratar y podríamos empezar por las amenazas que hizo la anciana— le dirigió una mirada a Kirishima buscando una explicación.

—Lamentablemente no hay nada que te pueda decir— suspiro —desde que la lleve a casa volvió a actuar como siempre, no se puede poner de pie y su mente está dispersa— un nudo se formó en la garganta del pelirrojo —asi que solo queda esperar que sus palabras se cumplan y cuando abandone este mundo su conocimiento me sea heredado—

—¿Y tu madre no sabe algo?—

—No, pero dijo que investigaría en los libros y reliquias de la familia—

—¿Y tu? ¿No sabías nada de esto?— ahora el rubio se dirigió a su madre.

—No exactamente— la rubia sonrió con melancolía —pero tu abuela recitaba siempre una frase, una profecía que le dio la Madre Luna ¿La recuerdas?— el rubio negó —Con su amabilidad los bosques surgirán, los volcanes rugirán y los dragones renacerán. Bajo sus manos la tierra prosperará y una nueva era creará, ella será la Unión y la vida, no caminara sin guía pues las estrellas establecerán su camino y con la Madre Luna servirá a su destino— la rubia te sonrió —Mi madre creía firmemente que está Tywysoges cambiaría la era en la que vivimos, no se nada más pero estoy segura que nadie más ha hecho renacer a los dragones— te guiñó un ojo.

—¿Eso que quiere decir?— preguntaste confundida.

—Realmente no tengo idea— la antigua Reina se inclino de hombros —pero seguro descubriremos lo demás con el paso del tiempo—

—¡ESO SIGUE SIN AYUDARNOS!— se quejo el rubio.

—Bueno, pueden tomarlo como quieran pero ¿por qué no centrarse en el presente?— continuo la mayor —nadie más que la Madre Luna sabe que pasará más adelante entonces ¿por qué debemos preocuparnos? Si hay un precio por pagar o no, no lo sabremos hasta que llegue el momento. Sin embargo ahora se tienen el uno al otro, aprecien cada momento que la vida les regale—

Después de las palabras de la antigua Reina tu corazón se sintió más en calma pues si bien es cierto que no sabrían que pasaría por el momento estaban juntos.

La reunión no tuvo muchos resultados pues desconocían demasiadas cosas como para poder tomar una buena decisión. Así que la finalizar cada uno volvió a sus actividades habituales, volvió el papeleo pero ahora en compañía del rubio.

Los días pasaron demasiado ocupados mientras aprendías tus nuevas obligaciones, Bakugou tomaba un día a la semana para visitar al pueblo y te sorprendió ver qué conocía a cada habitante por nombre lo que te motivo a esforzarte por lograr lo mismo aun que no era una tarea nada fácil. Algunos días a la semana Bakugou se alejaba del castillo para continuar su entrenamiento con Deku, en esos momentos tu pasabas tiempo con Gwrol quien estaba creciendo demasiado rápido o eso pensaban ya que desconocían el ciclo de vida de un dragón.
Kirishima se veía cada vez más decaído pues la salud de su abuela empeoraba y eso le estrujaba el corazón.
Tu madre y tu padre parecían estar recuperando poco a poco su relación lo que le hizo mucho bien a tu hermano Kota quien ahora se había dispuesto a entrenar con todos los demás guerreros claro que bajo la supervisión del pelirrojo.

Un mes había pasado desde la boda y todo era alegría, más por qué la Luna Azul se acercaba y dos personas importantes para el rubio unirian sus vidas próximamente. Al no ser miembros de la realeza su ceremonia no sería tan extravagante con la tuya pero te asegurabas de apoyar a la castaña en todo lo que ella necesitará.

Por otra parte, el soplón seguía sin aparecer lo que mantenía nerviosos a todos pues sabían que el castillo no era seguro por el momento. Dabi tampoco había vuelto a aparecer frente a ti desde la última vez que hablaron.

Esa noche Bakugou organizo una cena especial para los dos en su habitación, pues ese día se cumplía un mes desde que unieron sus vidas, así que se aseguro de que prepararan tus platillos favoritos y los sirvieron bajo la luz de las velas.

Sonreiste al ver la sorpresa que te esperaba en la habitación, rápidamente tomaste asiento frente al rubio quien rápidamente te tomo de la mano.

—Cada día que pasó a tu lado me a demostrado que traerte a casa fue la mejor decisión que he tomado en mi vida— el sonrojo se hizo presente en tu rostro —y espero que como este vengan muchos meses más, una eternidad a tu lado— brindo y lo imitaste pero al momento de acercar aquella bebida a tu rostro un malestar surgió en tus entrañas.

Te pusiste de pie rápidamente y corriste al baño a vaciar tu estómago ante la sorprendida mirada del rubio quien se acerco preocupado a ayudarte.

—¿Estás bien?— pregunto con una sonrisa que no comprendias —Creo que debo llamar a la bruja—

—¿Por qué? No debe ser nada serio tal vez solo algo me hizo daño—

—Bueno, creo que existe la posibilidad...— Bakugou fue interrumpido por el sonido de la puerta siendo azotada, recibiendo a un pelirrojo demasiado agitado.

—¡EL MALDITO REY A COMENZADO A MOVERSE!—

Aquí inicia la recta final de está historia, pero no sé alarmen que todavía nos quedan bastantes capítulos.

Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora