Capitulo 27

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—¿De qué hablas?— observaste al rubio confundida.

—Soy el Rey de estas tierras y si mi gente se ve amenazada yo seré el primero en la línea de batalla para protegerlos— Bakugou hablo con seriedad.

—No— de solo pensar en el riesgo al que se expondría tu corazón se comprimió —No quiero— dijiste con un nudo en la garganta.

—No es algo que desee— Bakugou rápidamente te tomo entre sus brazos con fuerzas —No quiero separarme de tu lado, pero tampoco puedo quedarme de brazos cruzados si hay peligro— correspondiste el abrazo —mi vida te pertenece pero si es por protegerte estoy dispuesto a sacrificarme—

—No quiero, no quiero que vayas y no vuelvas— dijiste en medio de lágrimas, afectada por el recuerdo de cuando creíste perder a tu padre.

—Entonces solo no tengo que morir— el rubio te alejo un poco y mientras te miraba limpió las lágrimas que salían sin control —ya lo dije antes, mi vida te pertenece y por ti haré lo necesario por volver a tu lado—

El sol estaba por ocultarse así que Bakugou te tomo entre sus brazos y te llevo dentro del castillo hacia su habitación, una vez ahí se recostó junto a ti. Tus lágrimas no habían cesado pues tenías muy presente el dolor de la perdida de tu padre y no querías volver a pasar por algo así, menos con la persona que te había devuelto tu vida y te había dado una esperanza.

Bakugou se limito a exparcir pequeñas caricias por tu espalda mientras te susurraba palabras consoladoras, estuvo a tu lado hasta que caiste presa del sueño. Después de asegurarse de que dormías profundamente salió de la habitación y en el pasillo se detuvo en soledad.

—Se que estás ahi— dijo el rubio.

—Su alteza parece muy perspicaz— Dabi salió de entre las sombras —¿Puedo saber el motivo de requerir el placer de mi presencia?— Bakugou lo había mandado llamar antes de llevarte a la habitación pero tú estabas en estado de shock como para poner atención.

—Shigaraki dijo que eras un arma letal—

—Solo si el trabajo es de mi interés—

—Por más que no quisiera estoy seguro que esto te interesará—

—Tiene mi atención—

—Debes estar al tanto de la amenaza que se dirige hacia acá por lo que seré breve— los ojos rubí se clavaron fuertemente en aquella mirada azul —¿Que tan capaz eres de escapar de aquí sin que nadie lo noté y encontrar un lugar seguro lejos de aquí?—

—Me ofende que dude su majestad— el pelinegro sonrió imaginando la petición de su anfitrión.

—¿Cuántas personas puedes llevar contigo?—

—El número da igual, soy capaz de encargarme—

—Entonces te confiaré esto—

Te removiste incómoda en la cama al no sentir la calidez que antes te acompañaba por lo que despertaste y al verte en soledad sentiste un dolor en el pecho. Rápidamente bajaste de la cama y estaba spor salir de la habitación cuando la puerta se abrió y por ella entro Bakugou, sin pensarlo mucho te lanzaste a sus brazos.

—¡Pensé que te habías marchado!— soltaste preocupada.

—Tranquila, estoy aqui— nuevamente el rubio te rodeo con sus brazos.

—¿Donde estabas?—

—Solo salí a dar unas indicaciones, nada de que preocuparse— sonrió —¿Que tal si volvemos a la cama?— al escucharlo te sonrojarte.

Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora