Todos contuvieron el aliento al ver como aquella cabeza rodaba por el suelo. No podían creer que al fin lo lograrán, pero justo antes de que comenzarán los festejos una voz le heló la sangre.
—¡¿CREEN QUE ESTE ES MI FINAL?!— la voz de AFO resono por el lugar dejándolos a todos inmóviles —¡ESTAN MUY EQUIVOCADOS! ¡VOY A DESTRUIR A CADA UNO DE USTEDES!— el terror los invadió al ver como aquella cabeza seguía con vida y los observaba con odio —¡SU SANGRE NO SERA SUFICIENTE PARA PAGAR POR SU ERROR...— aquel discurso de odio fue interrumpído, había sido tomado en manos y comenzaba a desmoronarse.
—No me apetece seguir escuchando tanta palabrería estupida— soltó Shigaraki mientras se sacudía el polvo de las manos.
Aún así, todos se quedaron inmóviles unos segundos más, esperando que la victoria fuera real y absoluta. El enemigo finalmente había sido eliminado, cuando esto se comprendió un grito ensordecedor lleno el lugar. Los festejos entre los espectadores no se hicieron esperar, pero tú solo tenías una cosa en mente.
Levantaste la mirada para encontrarte con esos ojos rubí que tanto habías anhelado volver a ver, segundos después ambos se encontraban corriendo hacia el otro. Con un enorme alivio en el corazón extendiste tus brazos hacia él para ser tomada con la misma fuerza y anhelo que sentías. Bakugou te rodeo con fuerza y te atrajo todo lo posible hacia él, el simple hecho de percibir de nuevo tu aroma aceleró su corazón.
La calidez que sentiste al abrazarlo basto para que te desmoronarse y comenzaste a llorar, las lágrimas caían sin control al mismo tiempo que no podías controlar tu voz, Bakugou te reconfortó lo mejor que pudo pues realmente no sabía que había pasado en su ausencia pero estaba seguro de que no había sido fácil para ti.
—Moriste— soltaste entre sollozos, entonces el rubio tomo tu rostro con delicadeza obligándote a mirarlo mientras que con su pulgar limpiaba algunas de las lágrimas que corría por tu mejilla.
—Mirame— desposito un ligero beso en tu frente —estoy aquí, estoy vivo— esas últimas dos palabras bastaron para que tú llanto volviera con más fuerza. Era cierto, estaba ahí, a tu lado, reconocías su tacto, su aroma, su voz pero por un momento, solo un momento te pareció estar soñando de nuevo y temiste que él solo fuera parte de tu imaginación, ya habías sufrido bastante con eso.
Entonces tu corazón se partió de nuevo, el rubio hizo un ademan de dirigir su mano hacia ti vientre pero con rapidez lo detuviste mientras negabas con más lágrimas. Bakugou comprendió en un instante tu renuencia y le fue imposible apretar la mandíbula, la furia lo invadió un segundo al pensar en lo que te pido haber pasado, instintivamente me dirigió una mirada a Dabi quién observaba la escena a unos pasos de distancia, pero este le devolvió una mirada tan desolada al entender su pregunta silenciosa que Bakugou no tuvo más opcion que obligarse a calmarse, te volvió a abrazar con fuerza y en ese momento se permitió derramar un par de lágrimas por su hijo no nacido.
Pero algo más pasaba alrededor, Dabi noto con rapidez la incomodidad en el rostro del pelirrojo. Kirishima tenía una mirada llena de culpa que nadie más advirtió.
Unos instantes después se vieron rodeados por todos los sobrevivientes, quienes con emoción comenzaron a lanzar vítores y gritos de alegría. Bakugou te coloco a su lado sin despegar su mano de tu cintura.
—¡Las estrellas nos han otorgado la victoria!— hablo el monarca —¡Toda vida perdida ha contribuido a la victoria así que sientanse orgullosos por los que ya no están! ¡Esta noche mientras nosotros festejemos ellos beberán en la mesa de la Madre Luna!— las exclamaciones de alegría aumentaron —¡Los heridos reunanse para ser curados!— entonces se dirigió a Kirishima —Organiza a tus hombres para buscar al los que se han ido, debemos enterrarlos con el honor que merecen— el pelirrojo asintió —¡Esta tarde el castillo se convertirá en su casa y mi mesa será su mesa!— después de dar unas cuantas indicaciones más la multitud comenzó a dispersarse, todos estaban dispuestos a ayudar.
—Aun tenemos una conversación pendiente— Shoto le dirigió una mirada de advertencia al pelinegro antes de marcharse detrás de Kirishima.
—Lo se, mi vida está en tus manos— respondió Dabi —pero creo que primero deberíamos ver a mamá, seguro se alegrará de saberte vivo—
—¿Mamá?— el menor a penas y reacciono a esa palabra, tantas noches había soñado con sus escasos recuerdos y ahora le ponían una reconfortante posibilidad en sus manos. Dani se acerco y le palmeó el hombro.
—Caminemos mientras hablamos— el pelinegro intentaba darles privacidad, así que pronto se quedaron a solas.
Cuando ya no quedaba nadie a la vista, Bakugou hizo algo que te sorprendió pues se arrodilló frente a ti mientras te pedia perdón por no haber llegado a tiempo, por dejarte a solas, por todo lo malo que te había sucedido. Podías ver el dolor en su mirada.
Colocaste tus manos sobre las de él provocando que te mirará, le diste una triste sonrisa mientras dejabas caer unas cuantas lágrimas más.
—Prometiste que volverías y aquí estás— le dijiste con dulzura —eso es todo lo que importa ahora—
El rubio no perdió más el tiempo y mientras se ponía de pie te atrajo hacia él, con un hambre voraz tomo tus labios, el miedo de perderte y la alegría de verte sana se fusionaban en un solo sentimiento, su anhelo por tenerte a su lado, por saberte suya. Te dejaste perder en aquel beso hasta que a penas y fuiste capaz de sostenerte.
Con cuidado, Bakugou te tomo entre sus brazos y te llevo al castillo para unirse a los festejos del pueblo. A pesar de que la alegría era lo que mayormente reinaba en el lugar era inevitable que una ligera capa de tristeza rodeara a todos lo que habían perdido a alguien, en ese momento reparaste en qué el rubio no sabía el destino de sus padre. Estabas por hablar con él cuando unos gritos de alerta se escucharon.
De en medio del bosque había surgido un espeso humo de color naranja.
Gracias por leerme ❤️
Nos vemos el próximo viernes ✌️
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Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"
Fiksi PenggemarLibro 1 Tu destino estaba decidido desde el momento en que el Rey de los Bárbaros puso sus ojos en ti, si tan solo no hubieras salido al jardín aquel día. Ahora has hecho un trato con él y conociendo su mala fama, si no cumples lo único que te queda...