El sol entraba por la ventana marcando el inicio de un nuevo día, abriste los ojos e intentaste levantarte pero al instante un intenso dolor atravesó todo tu cuerpo. Dabi corrió a tu lado y coloco unas almohadas en tu espalda para que pudieras mantenerte sentada con comodidad.
Te sentías extraña, te ardían los ojos y el dolor en tu cuerpo seguía pero por algún motivo te sentías vacía por dentro, y aún que no lo sabías tus ojos mostraban ese mismo vacío provocándole una preocupación indescriptible al pelinegro que no se había separado de tu lado.
Todos tus recuerdo parecían envueltos en una bruma, pero entonces todo volvió a ti y las lágrimas comenzaron a caer sin control por tu rostro. No hiciste ni un solo movimiento, no emitiste ningún sonido, solo estabas estática derramando lágrimas con un dolor presionando tu pecho. Dabi sentía como su corazón se rompía al verte así, con cautela se acerco a tu lado y te rodeo con sus brazos tratando de consolarte de algún modo, aún que sabía que nada te ayudaría en ese momento.
Recordaste el sentimiento que te invadió la noche anterior, era algo imposible de olvidar, deseabas que fuera un sueño pero lo habías sentido tan claro como si lo tuvieras en tus brazos, Bakugou se había ido. Tu alma se encontraba destrozada al haber perdido a su otra mitad, nada ni nadie podría brindar consuelo ante lo que estabas pasando.
—Lo lamento tanto— te dijo el pelinegro mientras te abrazaba con más fuerza —hicimos lo que pudimos pero era demasiado tarde— de algún modo se sentía culpable por eso aún que no había nada que pudiera haber hecho para evitarlo.
—¿El pueblo lo sabe?— preguntaste con la voz ahogada por el llanto.
—Aun no— te respondió —solo los que estuvimos a tu lado anoche, no creo que sea bueno mencionarlo frente a todos, solo bajaría la moral de la gente—
—Tienes razón, tal vez aún exista la posibilidad de la victoria, así que lo mejor será no mencionar nada— tu voz se cortó —un pueblo sin rey solo entraría en panico—
En ese momento, Dabi se separó un poco de ti y te observo confundido.
—¿Sin rey? ¿De que hablas?— aún que las lágrimas no habían cesado tu mueca de confusión fue bastante obvia.
—¿No ha llegado ningún informe de la batalla?— el pelinegro negó —¿Se han podido comunicar con ellos?—
—Shigaraki dijo que antes del amanecer se perdió cualquier tipo de comunicación con la zona de batalla— tus lagrimas aumentaron al darte cuenta de que eras la única que sabía, por un momento pensaste en guardarte ese dolor solo para ti pero la preocupación que sentías de parte de Dabi y tú necesidad de consuelo te hicieron hablar —Katsuki... Katsuki... él murió...— dijiste entre sollozos y Dabi se quedó inmóvil incapaz de asimilar esa noticia.
—¿Cómo lo sabes?— pregunto aún incrédulo.
—Su corazón... lo sentí... sentí como se detuvo, sentí como la vida abandonaba su cuerpo— no pudiste continuar hablando debido al llanto, Dabi volvió a abrazarte con fuerza dándose cuenta de lo mala que se había vuelto la situación en segundos. Pero entonces tú mente asimiló las palabras anteriores del pelinegro, tomaste un poco de aire para poder hablar.
—Si no lo sabías... ¿De que hablabas?— preguntaste pero el dolor en los ojos de Dabi fue suficiente para saber que habías perdido más que a tu amado. Inconscientemente te llevaste las manos a tu vientre y nuevamente sentiste dolor en esa zona.
—Lo lamento— fue lo único que pudo decirte.
La desesperación te invadió de un segundo a otro junto con un dolor cegador. Comenzaste a llorar descontroladamente, Dabi te abrazaba con fuerza sin saber que más hacer pero fue inevitable que tu grito desgarrador se escuchará hasta las afueras del castillo. El pelinegro sentía como se desmoronaba por dentro al verte en esa situación, deseaba poder cambiar de lugar con Bakugou o con tu fallecida hija.
Gritaste y lloraste hasta caer sin fuerzas sobre los brazos que no se habían apartado de ti. Tu mirada estaba perdida, en ese momento habías perdido todo los motivos que tenías para seguir viviendo o eso pensabas hasta que alguien llamo a la puerta y por ella entraron tus padres y hermano, sus rostros mostraban la clara preocupación que estaban sintiendo por ti. Dabi se puso de pie para permitir que se acercarán a ti.
En cuanto te viste envuelta en los brazos de tu madre las lágrimas y el llanto volvieron con más intensidad. Nada te haría sentir mejor, eso era un hecho pero aún tenías una familia a la cual proteger. Dejarias que tu corazón se liberará para después terminar con esta guerra y sus muertes pero después... después te permitirías caer en el vacío que envolvía a tu mente.
Aún seguías llorando cuando la Antigua Reina entro a toda prisa a la habitación, ella había estado presente en tu perdida pero ahora te necesitaba con urgencia, viste en sus ojos la desesperación.
—Se que no estás bien, pero solo tú puedes ayudarme, Masaru está muriendo— soltó con lágrimas en los ojos, y aún que estás no solo eran por su esposo prefirió guardar silencio, después de todo una madre siempre siente el destino de sus hijos.
Hiciste un esfuerzo por ponerte de pie pero no tenías las fuerzas, entonces sin decir una sola palabra Dabi te tomo en brazos y siguió a la rubia con tu familia siguiendo sus pasos preocupados por tu salud.
Cuando bajaron al salón principal del castillo Uraraka estaba ayudando a recostar a tu suegro al que veías por primera vez, limpiaste tus lagrimas con tus manos y te acercaste al herido, el cual se encontraba boca abajo. Dabi te ayudo a sostenerte mientras lo revisabas, su espalda estaba sangrando con lo que parecía ser una infección, te apresuraste a colocar tus manos sobre él para curarlo pero no era suficiente en cuanto una herida se cerraba otra se abría, él también era parte de tu familia y no te permitirías perder a nadie más. Sin poder contener más las lágrimas cerraste los ojos, tenías que consentrarte y encontrar el origen de la herida, entonces sentiste algo raro bajo tus manos, era como si pudieras ver el camino que tomaba tu don para curar, ya antes lo habías sentido pero nunca lo habías visto con tanta claridad.
Respiraste profundo tratando de concentrarte, seguiste las heridas hasta su origen y entonces lo viste, una marca parecida a la que tenían los guerreros estaba oculta bajo las heridas y parecía haber sido cortada con una espada. Rápidamente buscaste un punto para romper la conexión y que dicha marca dejara de funcionar, el sudor comenzó a correr por tu frente debido al esfuerzo pero finalmente lo lograste, la marca dejo de funcionar y ahora sí pudiste sanar las heridas. Terminaste exhausta, por suerte Dabi seguía siendo tu soporte si no habrías caído sin fuerzas al suelo.
Los antiguos reyes se reunieron por fin y se fundieron en un abrazo mientras lloraban, un par de almas gemelas volvían a reunirse mientras que otras eran separadas para siempre, las lágrimas volvieron a caer con fuerza por tus mejillas. Entonces Mitsuki se atrevió a preguntar lo que tanto la estaba atormentando.
—¿Katsuki, acaso él...?— no se atrevió a terminar la frase pero un asentimiento de tu parte bastó para que la rubia rompiera en un llanto desgarrador.
—¿Que sucede?— pregunto Uraraka preocupada por la escena que acababa de presenciar.
—Katsuki... ha muerto— dijiste mientras te sujetabas con fuerza al pelinegro, al escucharte la castaña cayó al suelo de la impresión, había sido una dura noticia para los presentes pero antes de que alguien pudiera decir algo Shigaraki entro con prisa al lugar.
—El enemigo ha llegado—
Les subí el capítulo antes por qué ando bien enferma y no sé si hubiera podido subirlo mañana 🤒
Ahora la pregunta es ¿Ya lo perdieron todo?
Y a quienes me piden que reviva a Bakugou solo les tengo una frase: equivalencia de intercambio.
Gracias por leerme ❤️
Nós vemos el próximo viernes ✌️
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Ante los ojos del Bárbaro [Bakugou y tu] "Saga De La Madre Luna"
FanfictionLibro 1 Tu destino estaba decidido desde el momento en que el Rey de los Bárbaros puso sus ojos en ti, si tan solo no hubieras salido al jardín aquel día. Ahora has hecho un trato con él y conociendo su mala fama, si no cumples lo único que te queda...