Bendito sea este maravilloso romance carmesí en el momento inoportuno.

CAPÍTULO 2: Un predecible acuerdo cliché aparece

A la mañana siguiente, a diferencia de mis improductivas jornadas de jugar videojuegos por la madrugada, ahora amanecí revitalizado debido a que ahora había dormido la dosis normal de 8 horas de sueño.

Kazuma (P): *bostezo* Ah caray, y está rosa?

Literalmente al despertar, lo primero que ví era una rosa de plástico de color rojo con una nota escrita.

"Hola, en verdad te agradezco mucho por tu hospitalidad, si tienes hambre, hay comida preparada en la cocina como compensación por lo de anoche.

Atte. Megumin."

Kazuma (P): Entonces ya se fué? Es una lastima, pero creo que era lo mejor para los 2.

Al salir de mi habitación, me dirigí a la habitación de huéspedes dónde... Estaban todavía sus cosas? De hecho, este cuarto estaba aún más ordenado y limpio de lo que recordaba.

Ante está situación, miré afuera de la habitación para ver qué también los pasillos estaban limpios y tenían un agradable olor a limón.

Mientras me dirigía a la cocina, veía que en el baño (que por cierto, aproveché para tener otra ducha y cambiarme de ropa), las escaleras y la sala estaban con los muebles limpios, el piso reluciente y con el relajante olor a limón impregnado en cada esquina de esta casa.

Al llegar a la cocina, era más de lo mismo, solo que la única, pero más resaltante diferente es que ella estaba ahí sentada en la mesa comiendo.

Megumin: Buenos días salvador mío, amaneciste bien? Yo, la gran Megumin ha preparado un majestuoso omelette con jugo de naranja, dime, no estás maravillado por este desayuno y por mi gratitud?

Si hubiera dicho eso de manera más normal, o si no hubiera escuchado eso con ese tono orgulloso y confiado, estás hubieran sido una de las palabras más hermosas que un hombre podría haber escuchado de una mujer.

Kazuma: Wow, en serio tu hiciste todo ésto? No hablo solo de el desayuno, si no más bien si fuiste tú qué limpió toda la casa.

Megumin: Así es, todo esto lo hice yo misma, dime, acaso no crees que soy increíble?

Más que increíble, era preocupante, y no era porque era capaz de hacer todo eso en una sola mañana, si no más bien era que durante el proceso de limpieza, ella que aún era una desconocida ante mis ojos hubiera encontrado una que otra revista porno que tenía dispersas en la casa.

Kazuma: S-si, eres impresionante. O-oye Megumin, no has encontrado nada extraño o intimo mientras limpiabas, v-verdad?

Para preguntar éso, necesitaba no mirarla a los ojos para que no notara mi vergüenza, pero mi nerviosismo terminó traicionandome porque terminé tartamudeando.

Megumin: Ah? De hecho sí, había visto una cantidad alarmante de "libros exóticos" que podían corromper tu mente, estaban tanto en el baño como en la sala - dice eso Megumin mientras muestra una radiante pero falsa sonrisa - pero no te preocupes, ya me encargué de eso.

Kazuma: Ah? E-entonces que les hiciste?

Megumin: Las quemé.

Kazuma: En serio?

Megumin: En serio.

Me gustaría jalonearla de su cabello o al menos poder quejarme, en especial por su forma de hablar, pero ella se esforzó en limpiar mi casa y me hizo el desayuno, además había escuchado que el exceso a las pajas dañaría el cerebro, así que por esta vez lo dejé pasar, además no todo está perdido, tenía mi grandiosa computadora con su vasto e infinito contenido erótico.