7. Piña colada

1.1K 94 255
                                        


Bogotá.

Septiembre, 2020.

Juan Pablo Isaza.

Malta está sentada a mi lado, y soy consciente de que hasta ella me está mirando raro.

Llevo 20 minutos mirando la puerta, como si el poder de mi mente fuese a lograr que el timbre suene.

Levanto la mirada cuando Ángela llega junto a mí y se sienta a mi lado.

- Estás actuando como un puto loco – Anuncia mi hermana menor

- Déjalo, está enamorado y no es capaz de admitirlo, porque es un cobarde y le tiene demasiado miedo a arriesgarse – Indica Susana mientras se sienta a mi otro lado

- Por eso no tienen amigos y se tienen que robar a los míos – Alego – Un hombre y una mujer pueden quererse mucho, y extrañarse mucho, y estar emocionados por verse, sin dejar de ser amigos

- Un hombre y una mujer, sí – Está de acuerdo Ángela – Jessica y tú, no

Malta solo retrocede y se sienta en mis piernas.

Deja escapar un bufido, como si su opinión tuviera que ser tomada en cuenta en la discusión.

- Malta está de acuerdo – Indica Ángela

- Malta cree que ustedes son unas estúpidas, porque Malta tiene amigos y no quiere decir que esté enamorada de ellos, ¿verdad, cielo? – Le pregunto a mi perra mientras toco la parte de atrás de su cabeza. Ella emite una especie de sonido perezoso como "mghhff", que me hace sentir apoyado

- El mejor amigo de Malta es un teckel de 8 kilos. El romance sería un poco difícil para ellos – Observa Susana sin ningún propósito

- Malta no está enamorada del teckel, y no es poque pesa una cuarta parte de lo que pesa ella, sino porque la amistad es un concepto bonito y entrañable, que hace que dos seres vivos se amen, pero no de forma romántica – Alego

Malta sube la cara y me mira como si fuera un idiota.

Mis hermanas me están mirando más o menos de la misma forma.

- Estás sentado frente a la puerta porque ella te dijo que venía – Observa Ángela mientras me mira casi con tristeza

- ¡Es mi mejor amiga y no la he visto en 8 meses! – Alego. Ellas se miran y hacen cara de niñitas enamoradas

- Contó los meseeeeeees – Canturrean en coro como si tuvieran 9 años

- Las odio – Reniego – Fui hijo único por 4 años y fue el tiempo más feliz de mi vida – Me lamento

- Nos tuvieron porque ya se habían dado cuenta de que ibas a ser una desgracia para el apellido Isaza – Observa Susana

- Y porque era obvio que ibas a necesitar quien te guiara. Se necesitan dos de nosotras para tratar de sacarte de tu ignorancia, y a veces requerimos refuerzos – Añade Ángela

Suspiro dramáticamente y ellas se ríen.

Y entonces el timbre suena y los 4 (Malta incluida) nos ponemos a gritar.

Me levanto de un salto y Malta me ladra, indignada porque la hice moverse. Corro hacia la puerta mientras mis hermanas corren en círculos por la habitación, actuando como adolescentes inmaduras.

Me doy cuenta de que acabo de portarme como una de ellas y me avergüenzo de mí mismo.

Me paso una mano por el pelo y recupero la compostura, porque soy un hombre adulto, por Dios.

- Agua -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora