31. Sincronía

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Juan Pablo Villamil.

- ¡Dinosauro! – Grita Lara en el minuto en el que entramos a la sala de ensayo.

Isaza avisó que venía tarde, así que Malta no está acá y por un momento no entiendo cuál es el dinosauro en cuestión.

....Hasta que mi hija de tres años se suelta de la mano de su madre y corre dramáticamente hacia Martín Vargas.

El bastardo en cuestión se inclina y la levanta entre sus brazos mientras mi niña le echa los bracitos alrededor del cuello y grita como si hubiera visto a Papa Noel.

¿QUÉ.ES.ESTO?

Simón está sentado en la silla junto a su amplificador observando todo con diversión.

Se vuelve y sube una ceja.

- Le van a gustar los fuck boys – Es el apunte que inteligentemente se le ocurre hacer.

No. Sobre mi cadáver.

Empiezo a ir hacia ellos, pero Fer me agarra por la parte de atrás de la camiseta.

- Tiene un pequeño crush infantil con él, ¿y puedes culparla? – Dice Fer, mientras mira a Marto consentir a mi niña con una expresión soñadora

- Basta – La regaño

Lara, que está extasiada con el nuevo pelo rubio de Marto, sube una mano y le toca la cabeza.

Él le hace cosquillas en la barriga y ella se ríe.

- ¿Por qué soy un dinosaurio? – Le pregunta Martín

- Dinosauro – Corrige ella

- ¿Soy un dinosauro?

- ¡Dinosauro Martín! – Exclama Lara. El niño mira a Fer por una explicación

- Hola, Marto. Su peluche favorito es un dinosauro que se llama Martín, obviamente en honor a ti

- Hola, Paisa – Sonríe el niño. Luego se vuelve hacia Lara y le da un beso en la mejilla – Estoy orgulloso de ser un dinosauro

Fer, que llegó a nuestras vidas siendo fan de la banda y siempre ha estado perdida por Marto, se derrite un poco.

Las dejo por un segundo en lo suyo mientras voy a saludar a todo el mundo. Veo que Simón se levanta para jugar con Lara, y todos quieren abrazarla y saber cómo está, así que esto va a tomar un rato de todos modos.

Me siento en mi lugar y me saco el celular del bolsillo.

Abro WhatsApp sin ningún propósito, porque sé desde antes que Pastelito no me ha contestado ningún mensaje desde ayer.

Me armo de valor y la llamo, pero tampoco contesta.

Quiero creer que está molesta conmigo, aunque ayer parecía sobre todo triste cuando la dejé en su casa, y me molesta horriblemente ser el causante de su tristeza.

A pesar de que, siempre que Lara está aquí, todo mi mundo se mueve entorno a ella, una parte de mí no puede parar de pensar en esa mirada nostálgica de mi Pastelito cuando se bajó de mi auto ayer, como si estuviera acostumbrada a ser dejada de lado por una vida que ella ni siquiera escogió, y esta solo fuese otra vez entre muchas.

Me pongo el celular en el oído y la llamo.

Otra vez sin respuesta.

Una sensación incómoda se instala en mi vientre, porque me encuentro deseando que solo esté molesta conmigo, pero que no le haya pasado nada.

- Agua -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora