Prisión de Rikers, Nueva York.
Diciembre, 2021.
Camille Kent.
La tarde de navidad el patio se llena de gente.
La prisión organiza un pequeño evento para las familias en el patio, y aunque hace muchísimo frío, es bonito ver a los niños encontrándose con sus madres.
El condado nos envía una cena navideña que consta de una hamburguesa seca y papitas de paquete que no tienen sal y son la cosa más buena que he probado en meses.
Pero lo mejor de todo es que hay un puesto de chocolate caliente.
Le han puesto un montón de agua para hacerlo rendir, pero me importa un carajo. ¡¡Es chocolate!!
Hemos pasado un rato con Karla, su hermano y su cuñada mientras comíamos.
Conocimos a la madre de Polly, que es una mujer pequeña y bondadosa.
Ahora mismo, hemos dejado a las chicas con sus familias para que tengan su tiempo a solas para abrazarse y darse bonitos deseos.
Guada entrelaza su brazo con el mío mientras caminamos entre la gente.
Pusieron mesitas como de picnic, lo que es raro considerando el frío que hace, pero la gente parece feliz. Las mujeres abrazan a sus esposos y juegan con sus hijos, y aunque la tarde está gris, el patio parece extrañamente lleno de vida.
Nos hicieron un árbol de navidad con material reciclable y se levanta en medio del patio, aunque por supuesto no hay regalos para nadie.
- ¿Te puedo preguntar algo? – Le digo a Guada mientras frenamos en seco para no chocarnos con dos niños que vienen correteando. Ella me mira de reojo con una sonrisita conocedora
- Vas a preguntar por mi familia – Adivina
- Lo siento. Sé que no debería hacer preguntas de ese tipo, pero...
- Está bien – Me interrumpe – Soy una historia muy aburrida de las de prisión. Me enamoré de quién no debía, ellos no lo aceptaban y yo lo habría seguido a cualquier lado. Mi madre me echó, pero yo tenía una beca en una gran universidad que era una plaza fácil para traficar, así que lo hice. Me fue tan bien que terminé en las esferas altas de la red de Diego. A él no le cayó muy bien que fuera un pez más gordo y me delató. Mi familia nunca me perdonó y aunque ha sido duro, no quiero a nadie en mi vida que no me quiera en la suya con todo su corazón
Le paso un brazo por los hombros y la acerco a mí.
Dejo un beso en su mejilla y ella se ríe.
- Te quiero en mi vida con todo mi corazón. Un día vamos a salir de acá y nos vamos a tomar un chocolate caliente en la bahía viendo el río, y ni nos vamos a acordar que alguna vez estuvimos en esta isla de mierda viendo estas rejas
- Olvídalo. Me llevarás a Back Bay a beberme esa cerveza de tu lista de deseos, y plantaremos un maldito árbol y todo lo que quedó faltando
- Y escribiremos nuevos – Declaro. Ella me da una sonrisa radiante
- Escribiremos nuevos
Ella echa un brazo alrededor de mi cintura y se apoya en mí, mientras miramos a las familias en silencio, porque si nos tenemos una a la otra no estamos tan solas.
Tana, la perra pastor alemán de nuestro bloque, viene corriendo y se acerca a saludarnos.
Guada y yo nos inclinamos para acariciarla, aunque nos han dicho hasta el cansancio que no se debe tocar a un perro de servicio, pero sabemos que si está suelta es porque Shari, nuestra guarda buena favorita, está por acá cerca.

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- Agua -
FanficTodo se cura con agua salada: sudor, lágrimas o agua de mar. Ella se convirtió en su agua salada. Y luego se fue. ...El amor es caprichoso.