Juan Pablo Isaza.
Su habitación parece sacada de la portada de Pinterest.
Todo es blanco y lila, con decoraciones super modernas y delicadas.
Tiene una biblioteca de madera clara llena hasta los topes de libros, y un televisor enorme está empotrado en la pared frente a su cama de manera elegante y minimalista.
Su balcón se abre a una pequeña terraza en la que tiene dos sillas y una mesa de café.
Todo parece elegante y sofisticado, y a pesar de su pijama de Elmo, viéndola sosteniendo esa copa de vino mientras se mueve relajadamente por su espacio sigue pareciendo la dueña de un imperio.
Se sube a su cama y se sienta en posición de loto.
- ¿Vienes? – Me dice, mientras extiende una mano en mi dirección
Camino cautelosamente hacia ella.
Me siento al borde de su cama.
Ella se ríe.
- Te puedes poner cómodo. No te voy a morder, Pepsi
- ¿No?
- A menos que me lo pidas gentilmente – Me dice, batiendo esas pestañas de manera coqueta. Suspiro
- Estoy un poco nervioso – Admito. Ella frunce el ceño
- Eres una estrella de rock, ¿alguien te avisó sobre eso?
- No soy una estrella de rock cuando de verdad me gusta alguien. Soy un estúpido y hago cosas muy torpes
Ella ahueca sus almohadas y se recuesta en ellas.
Le da un sorbo a su copa de vino mientras me mira con curiosidad y una pizca de diversión.
- Ven – Insiste, y mueve los dedos en mi dirección como una invitación
Con un suspiro, me saco los tennis con un puntapié y me subo a la cama junto a ella.
Su colchón es suave y perfecto, y sus almohadas huelen a algún ambientador de telas cítrico y sofisticado que de algún modo también huele a ella.
Me recuesto cautelosamente a su lado, con la copa sostenida cuidadosamente entre mis dedos, porque sería muy propio de mí derramar el vino en su cama en una primera cita.
- ¿Por qué estás tan tenso?
- Porque me aceptaste, o algo así, y ahora debo estar a la altura – Farfullo
Ella deja su copa en la mesa de noche.
Me quita la mía y hace lo mismo con ella.
Y luego se sube a horcajadas sobre mí.
Mi respiración se atora en medio de mi garganta, y hago un ruido poco sofisticado como un ronquido de pug.
- Me gustas un montón, tonto – Me dice
Le sonrío, porque me gusta escuchar eso.
Mis manos suben solas y descansan en sus muslos.
El pelo castaño rojizo le cae largo hasta la cintura, y es la primera vez que la veo llevarlo en su ondulado natural.
- Estás hermosa – Declaro
- ¿En mi pijama de Elmo? – Se burla
- Seguramente sin ella estás más hermosa aún, pero sí. Me gusta verte así, sin tu armadura de CEO
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- Agua -
Fiksi PenggemarTodo se cura con agua salada: sudor, lágrimas o agua de mar. Ella se convirtió en su agua salada. Y luego se fue. ...El amor es caprichoso.