13. Primera cita

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Bogotá.

Julio, 2021.

Juan Pablo Villamil.

Me aguanto las ganas de llamarla durante 7 días.

El día 8 sucede ser un domingo lluvioso y nostálgico sobre Bogotá, y empiezo a jugar seriamente con la idea de violar mi aislamiento obligatorio para salir de la opresión de estas paredes.

Tomo el celular y me desplazo por mis contactos, pero por un momento no parece haber a quién llamar.

Mi celular suena y es Fer.

- Hola, paisita – La saludo con un suspiro

- Hola, Papo, ¿Qué te pasa?, ¿Estás triste?

- No sé, estoy teniendo un día nostálgico raro

- Te tengo la solución. Voy a pasar a videollamada

Me alejo el teléfono del oído mientras la pantalla se aclara.

Veo a Lara montada en un dinosaurio de juguete que le envié hace como dos semanas. Cabalga la cosa con alegría desbordada, y el pelo rubio que tiene atado en dos coletas se le mueve al compás.

- Cielo, saluda a Papo – Escucho que le dice Fer

- ¡Hoooola Papo! – Grita la niña

- Hola, amor. ¿Te gustó el dinosaurio?

- Te amo – Me responde Lara con una sonrisa y mi corazón se arruga.

Le digo eso tantas veces que suele responderme así, y cada una de las veces me hace pedazos.

Fer se ríe cuando ve mi cara absolutamente embobada.

- Te amo, cielo – Le respondo mientras Fer se ríe. Sigue enfocando a Lara para mí mientras me habla

- Está mejor, Papo. Los médicos son optimistas – Asegura

- ¿De verdad?

- Si. Tuvo sus chequeos hoy, y la válvula que le pusieron en la última cirugía se sostiene por ahora. Sigue en la lista de trasplantes, pero todo se ha complicado por la pandemia

- Odio esa mierda. Quisiera poder hacer más

- Villa, cállate. La tienes en tu plan de salud de superestrella y te ocupas de tantas cosas de ella que ni siquiera puedo hacer una lista. No te atrevas a decir que no haces lo suficiente

- No lo hago, porque nunca estoy con ella – Me lamento

Fer nunca me dice que no debería hacerlo, porque no es mi hija.

Lara no tiene padre, y yo la siento como mía, así que eso es lo que le decimos.

Que es mía y yo suyo, y ese es el título que nos une.

- Pero le das todo el amor del mundo cuando estás

- Las extraño mucho

- Y nosotras a ti. Estoy lamentando no haberte hecho caso cuando me dijiste que me mudara a Bogotá

- ¿De verdad?

- Bueno, no lo hago por mi mamá, pero ahora ella está trabajando de manera remota, y parece que no hay mucho que nos retenga aquí, así que me lo estoy planteando de verdad

- Solo di la palabra, paisa. Te puedes quedar en mi casa mientras resolvemos todo

- No quiero ser una carga para ti – Murmura

- Agua -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora