43. Credo

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Juan Pablo Isaza.

Ella suelta un gritito cuando paso un brazo por la parte de atrás de sus rodillas y la levanto en mis brazos.

He tenido la fortuna de querer mucho a alguien en el pasado.

He estado enamorado antes.

Estoy familiarizado con la sensación de que mi cuerpo no quiera otra cosa que no sea estar cerca del cuerpo de otra persona.

Pero nunca se ha sentido como esto.

Ella me rodea el cuello con los brazos y deja que la cargue hasta la cocina. Me deja hace cuando la siento en el mesón de su isla central y separo sus rodillas lo suficiente para quedar de pie entre ellas.

Pongo mis manos en su cintura, y sin más por hacer, la abrazo.

Mi mejilla queda apoyada en su pecho, así que oigo la reverberación de su risa como si se tratara de una caja de música.

Ella hunde los dedos en mi pelo y me lo acaricia cariñosamente, mientras me permite respirar su olor como si hubiera estado muriendo de sed y por fin probara agua.

- Te extrañé – Le digo mientras rozo mi nariz con su cuello. La siento estremecerse y sonrío

- También te extrañé – Responde ella – Pero tienes que acompañar al ponqué. Yo daría lo que fuera por poder acompañar a mi chica en este momento, y me doy cuenta de que él es tu chica

Me río, pero no la contradigo, porque así es.

- ¿Cómo estás, bonita? – Le pregunto mientras dejo un besito en su garganta

- Cansada – Admite con un suspiro – Esta es una defensa muy difícil de preparar, porque hay demasiado en juego

- Presionarte hasta el agotamiento absoluto no es lo que va a ayudar a Cherry

- Presionarme hasta el agotamiento absoluto es la única forma que conozco – Me responde obstinadamente.

Subo los ojos para mirar los suyos.

Parece tan cansada que mi corazón se encoge, y me doy cuenta de que no he estado para ella tanto como he debido.

Me gustaría decir que eso es todo debido a mí, pero la realidad es que cada vez que Villa ha estado acompañado por Lara y Fer, o por cualquiera de los chicos, y le he preguntado a Ori si puedo verla, su respuesta siempre ha sido que está trabajando. Que no tiene tiempo. Que está bien, que me quede con Villa.

Es una situación tan imposible para todos que cualquier decisión parece incorrecta.

No quiero interferir en su trabajo, pero tampoco me gusta verla así y no poder hacer nada para traerle un poco de paz.

- ¿Qué piensas si esta noche te duermes un poco más temprano, y me dejas abrazarte mientras lo haces? – Sugiero

Suelta una risita sarcástica.

- Dormir no está entre los planes

- Pues cámbialos. Tienes que descansar, Chardonnay. Te estás matando

- ¿Cómo voy a dormirme en esa cama con mis almohadas de plumas mientras ella está en la cárcel, Isaza? – Se queja

- Porque la única razón por la que está ahí es porque quería darle a toda la gente que ama la oportunidad de tener una vida sin miedo, y no le haces justicia si no vives

- Tengo que trabajar – Reniega

- Lo sé. Pero no puedes solo trabajar

- No puedo ser una grupie con horarios de rock and roll que puede permitirse tontear contigo cuando quiera. No te voy a seguir a todos lados como las chicas con las que estás acostumbrado a salir, y es mejor si...

- Agua -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora