Los tres tenian una maleta preparada con todo lo escencial. Esperaban en la puerta de entrada a Argyle que se estaba atrasando.
- No puedo creer que llevamos una hora esperando. - Se quejó Mike.
- Debe venir en camino. - Suplicó Jonathan.
- Eso dijiste hace treinta minutos. - Will relajó sus hombros. - Podriamos ir yendo y que nos pille de camino.
- Cinco minutos y vamos por el plan de Will.
Los dos más jóvenes suspiraron. Pero a su vez, llegó el de cabello largo con su furgoneta. Apretó la bocina, los tres salieron casi corriendo de la casa.
- ¡Hasta que llegas! - Se quejó Jonathan subiendo en el asiento delantero y chocando puños con su amigo.
- Perdón amigo, se me pasó la hora. - Se largó a reir. - ¿Quieres? - Le ofreció un cigarro de cannabis, que Jonathan rechazó apuntando con la mirada a su hermano. - Bien, manos a la obra.
El camino hacia el aeropuerto era bastante largo, y se pasaron los treinta minutos escuchando música relajante.
- ¿Y la niña?
- Ella, uh, salió de viaje con Joyce. - Jonathan se rascó la nuca.
- Vaya, los abandonaron. - Se burló el conductor. - Bueno, Hawkins.
- Hawkins.
- Tierra de monstruos.
Todos menos Argyle se sobresaltaron, ¿cómo él sabia? Mike miró a Jonathan pensando que éste le habia contado.
- ¿Por qué el ambiente está tan tenso?
- ¿Por qué dices que es la tierra de monstruos?
- ¿Uh? - Al pelilargo ya se le habia olvidado su comentario anterior. - Oh, si, porque ese pueblo es jodidamente tenebroso.
- ¿Haz estado ahí?
- Mi abuela vivía ahí. Iba cuando era niño, ahora ya no porque murió. Pero ese pueblo era muy...feo.
Los chicos suspiraron.
- En fin, ya llegamos.
Mike y Will se bajaron junto a sus maletas del furgon.
- ¿No quieres ir hasta dentro? - Preguntó por última vez Jonathan.
- No amigo, necesito trabajar.
Ambos chocaron los puños y el mayor se bajó, siguiendo a sus chicos. Will hizo señas con la mano a Argyle, éste le correspondió.
- Son las tres de la tarde, el vuelo sale a las tres y media. Llegariamos a Hawkins a las...siete de la mañana, en un vuelo rápido.
- Bueno, hay que darnos prisa. - Mike tomó la delantera, corriendo hacia su vuelo.
- Aún quedan treinta minutos, podemos caminar tranquilos. - Dijo Jonathan a Will, pero éste estaba intranquilo. - ¿Qué pasa?
- Tengo un mal presentimiento.
- ¿Qué? ¿En Hawkins?
- Sí, con todos.
Jonathan tratando de cumplir su rol como hermano mayor, rodeó los brazos de Will y lo apretó.
- Vamos a dar todo nuestro esfuerzo en que salga bien. Dame esos cinco.
Will extendió su mano pero no lograba tranquilizarse.
- ¿Mamá se fue por trabajo?
Jonathan suspiró, ambos sabian que no.
- Creamos que sí.
Llamaron a su vuelo y caminaron más rápido.
Ya en los asientos del avión, a Jonathan le toco dos asientos separado de Will. Y a Mike junto a él.
La primer hora no hablaron, Will todavia estaba triste por todos los insultos de su amigo. Y Mike estaba incómodo.
- ¿Crees que...Once esté bien? - Preguntó Mike rompiendo el silencio, el corazón de su amigo se apretujo.
- Ella estará bien. - Fue su respuesta e intento de tranquilizar, giró su vista a la ventana y se perdió en las nubes.
- Will, se que no he sido buen mejor amigo, yo, eh, lo siento. Sólo es porque estamos creciendo y bueno, todos cambiamos de alguna forma...
El chico que miraba a la ventana, se volteó a verlo, directamente a los ojos por primera vez desde la noche pasada.
- No cambiamos, nos descubrimos. Y creéme, Mike, descubrirse no es ignorar a los demás.
- Lo siento, yo, fue sorprendente.
- Imagina para mi.
- Pero dijiste que estabas enamorado -Mike bajó la voz, con miedo a los demás. - de mí.
- ¿Por qué sigues sacando el tema? Dijiste que te daba asco y que no querias volver a hablar conmigo.
- No es lo que realmente pienso. Will, somos mejores amigos.
Will soltó una risa sárcastica.
- Parece que te acuerdas de eso cuando te conviene. Deberiamos pensar en cómo ayudar a los demás.
Mike suspiró pero asintió levemente, al menos lograria charlar con su "amigo" en lo que resta del viaje.
- Algo sobre 'Vecna' - El corazón de Will se habia frenado por un segundo, a causa del nombre. - Creo que es lo más poderoso con lo que nos hemos enfrentado.
- Si es asi tendremos que unirnos. - Comentó Will a lo bajo.
A sorpresa de ambos chicos, el walkie talkie comenzó a sonar con sonidos apenas audibles.
- ...¡Steve!...no...Eddie...co...ir... - Se escuchaba entrecortado, Mike y Will se miraron asustados. - ...apagado...casa...s
- Mierda. - Susurró Mike.
- ¿Estarán todos bien?
- Escuché a Steve y Eddie. Quizá ellos... no estén del todo bien.
- ¿Quién es Eddie?
- Un amigo, te caeria bien.
Will asintió no convencido, miró a Jonathan.
Estaba durmiendo con su cabeza apoyada hasta atrás y los brazos cruzados.
Este viaje iba a ser eterno.
- Necesitamos buscar a Once.
- Pero no tenemos pistas.
- Pero la necesitamos. - Mike restregó sus manos en el asiento, nervioso. - Si queremos salvar a Max y los demás, los necesitamos. Por cierto, ¿te dije lo de la música?
- ¿Que la música lo vencía? - Mike asintió. - Sí. Es una buena estrategia, pero necesitamos cerrar los portales. Dijiste que habian varios.
- La última vez, dijeron que habia uno en el lago y lo estaban investigando. Pero eso fue hace horas.
- Necesitamos llegar ya.