Eddie caminaba por la carretera, se habia adelantado demasiado y esperaba a su amigo. El tiempo solo y el sonido de los pájaros lo hicieron pensar nuevamente en sus sentimientos. Él no se consideraba una persona tonta, se daba cuenta de muchas cosas pero se hacía el tonto que es diferente. Aun que bueno, hacerse el tonto es más tonto que ser tonto.
Su cabeza eran cables por doquier, enredados, sin conectar. Se sentía apartado de sus propias emociones y lo que Harrington lograba con ellas. Y no le gustaba no tener el control.
Le asustaba, mejor dicho.
Suspiró quizá por octava vez en lo que lleva de trayecto. Miró hacia atrás, nada.
- ¡Mierda, Dustin! - Gritó alterado. Nada. - ¿¡Me escuchas!?
No hubo respuesta, ni un pájaro se asomó, y ellos habian sido su compañía los últimos minutos.
- Espero que ya venga cerca o juro que lo mataré. - Hablaba consigo mismo. - "Puedo ir corriendo a buscar esa puta cinta de mierda, llegaré en cinco minutos y de paso pueden reírse, quizá jugar a caperucita y el lobo en el jodido bosque" - Pateó una piedra pequeña, ésta cayó metros lejos. - " Oh si Nancy, puedo ser el maldito lobo y comerte, después tengamos sexo porque soy un desesperado y necesito de una MUJER." - 'imitó' la voz del mayor e hizo énfasis en lo último.
Suspiró otra vez y caminó de vuelta, esperando encontrarse con Dustin.
Pero pronto alguien lo agarró de atrás, tapando su boca. Eddie entró en pánico y dió un mordisco a la mano.
- ¡Ah, joder! - Dustin gritó, agarrando su mano y sacudiéndola. - ¿Por qué me mordiste? - Miró al pelilargo, éste tenia una sonrisa burlona.
- ¿Querias asustarme, niño? - Preguntó Eddie con aires de grandeza, puso su mano derecha sobre su cintura. - No soy como la niña de Harrington, asustándose fácil.
Dustin, a quien ya se le habia pasado un poco el dolor, trató de esconder su sonrisa pero no pudo.
- ¿De qué te burlas, Henderson? - Apuntó Eddie arrugando los ojos.
- Nada, nada.
- ¡Dilo! - Apuntó con sus dedos.
- Sé algo de ti.
- ¿Algo de mí?
- Sí.
- ¿Y? ¿Qué cosa es?
- ¿Prometes no golpearme?
- No, no prometo cosas que sé que no voy a cumplir.
- Entonces no te lo diré.
Eddie suspiró.
- Ya, no te voy a golpear.
- No es muy convincente...
- Dilo rápido o si te golpearé.
- Bien, bien. - Dustin inhaló una gran cantidad de aire, luego exhaló bajo la penetrante mirada del mayor. - Te gusta Steve.
El mundo de Eddie se paralizó. ¿Qué...?
- ¿Qué? - Se hizo el tonto, pero no podia ocultar su nerviosismo. Y menos a alguien como a su pequeño amigo.
- Lo sospechaba porque siempre parecias buscar su atención. Pero recién, estabas gritando que te comen los celos. - Eddie iba a protestar, pero su amigo fue más rápido. - No te atrevas a negarlo, es muy evidente.
Munson se habia puesto pálido, sentía que todo estaba ocurriendo muy rápido y su forma de procesar era lenta. ¡Iban a ritmos distintos, esto no estaba funcionando!