Tres disparos, dos golpes y un cuerpo inerte en el suelo. Eddie apartó su brazo para ver la escena, y con los ojos medio cerrados por el miedo, vió a las dos chicas.
Su cuerpo ardió en felicidad al ver el hacha.
- ¿Vieron eso? ¡Yo lo golpeé! - Celebró Robin, Nancy asintió acercándose a Eddie.
Munson se paró del suelo, limpiando sus manos y tratando de lucir tranquilo, pero no podia lucir tranquilo cuando su chico estaba a punto de morir.
- ¿Y Steve? - Eddie apuntó con la mirada. - ¡Oh por dios!
El pelilargo iba a pedirle el hacha a Nancy, pero ésta caminó hacia su amigo y comenzó a golpear la enredadera.
Era fuerte.
- No parece lograr algo. - Comentó Robin a lo bajo, pero Eddie si veía el cambio. Era una enredadera compuesta por varias más delgadas, y habian varias que estaban cayendo al suelo cortadas.
Nancy tenia el ceño fruncido mientras ejercia más y más fuerza, nada la iba a detener en estos momentos. Munson veía la escena impaciente, queria empujar a la chica y hacerlo él mismo.
Hasta que todas se cortaron, y Steve cayó al suelo.
Nancy tiró el hacha y fue a ver cómo estaba, Robin también corrió a verlo. Steve tosia y se afirmaba el abdomen.
Eddie caminó hacia ellos, asegurándose que Harrington estuviera bien. Tosió un par de veces más y con ayuda de las chicas recobró la postura, manteniéndose en pie.
- Me habias asustado. - Dijo Robin lanzándose en un abrazo al otro. Éste la rodeó suavemente. - De ahora en adelante haremos equipo siempre.
- No creo que alguien esté contento con esa decisión. - Susurró Steve, su amiga se separó y retrocedió en busca del bate.
Eddie iba a soltar una broma cuando Nancy le dió un fuerte abrazo a Harrington, afirmándose de su cuello. Y el otro rodeó su cintura, hundiendo su rostro en el hombro y cerrando los ojos.
Ya no queria hacer ninguna broma, sólo queria irse.
Las punzadas en el estómago volvieron, eran una viva señal de lo que conllevaba enamorarse. Tener putos dolores de corazón, estómago, alma y trasero, si tenian suerte.
Seguian en su abrazo, parecia que no se iban a separar y necesitarian llevárselos así.
- Son muy lindos. - Codeó Robin a su lado. - ¿No lo crees, Eddie?
- Me da igual, deberiamos largarnos.
Eddie se dió vuelta, caminando y dejando atrás a los demás. Robin llamó la atención a los otros y éstos se separaron, yendo trás el pelilargo.
Steve corrió un poco más, quedando al lado de Eddie.
- ¿No me vas a preguntar cómo estoy? - Preguntó poniendo su brazo sobre los hombros del otro.
- Veo que estás bien. No hace falta. - Contestó seco, mirando el camino.
- Oye, ¿les agradeciste por salvar nuestras vidas?
"Mierda"
- Después lo haré, cuando me asegure de seguir vivo en el otro mundo.
- Munson.
- Qué.
- Estamos pasando frente una iglesia ahora mismo.
Era una iglesia en medio de unos árboles, parecia estar escondida.
- ¿Qué miran? - Preguntó Robin, siguiéndoles la mirada. - ¿Qué es eso?
- Una iglesia. - Contestó Nancy que se habia unido a la charla.
- ¿Pasamos a ver? - Preguntó Eddie, sin esperar una respuesta ya que caminó en dirección al lugar.
Los tres chicos los siguieron, pensando que seria un buen lugar para descansar, ya que todos podian ver los nudillos de Eddie.
El lugar estaba destrozado por dentro, era suerte que se mantuviera el techo y las paredes. Las sillas estaban todas rotas, los cuadros rasgados y el escenario tenia un agujero que descubrió Steve al casi caerse.
Nancy estaba mirando hacia arriba, viendo las luces bonitas que adornaban.
Robin estaba practicando con el bate, dando golpes al aire y de vez en cuando a las paredes, disculpándose por el ruido.
Steve se habia sentado en el mini escenario, mirando a Eddie que investigaba el lugar y las salas a los costados.
A la izquierda de dónde estaba sentado Steve, habia una pequeña sala atribuida a confesarse. Separada por una pared en medio, dónde ibas a confesar tus pecados a un encargado.
Munson salió de esa sala, mirando asombrado.
- Harrington, ven a ver esto.
Steve se paró, yendo a la pequeña sala dónde Eddie se habia vuelto a meter. El lugar era bastante estrecho, y al asomar la cabeza, el pelilargo lo atrajó y cerró la puerta trás él.
- ¿Qué estás haciendo? - Dijo Steve a lo bajo, tratando de acomodarse. - ¿Estás loco? Las chicas están fuera.
Eddie relamió sus labios, viendo directo a los de su compañero.
- ¿Quieres hacer esto ahora?
Eddie asintió, sacando su lengua y acercándola a la mejilla de Steve. Lamió.
- Sabes a tierra. - Susurró Eddie en el oido de Steve, éste llevó una mano a la cintura de Munson, apretando, y a la otra le hacia dar caricias en el cuello.
Acercó sus labios a los de su oponente y los besó lentamente, intentando saborear hasta lo último de éstos.
Steve mandaba en el beso, jugando con la lengua de Munson y explorando su cavidad bucal. Eddie se retorcia y llevó ambas manos al pantalón de Steve, desabrochándolo.
Harrington se separó de inmediato, agarrando las manos del otro.
- ¿Qué haces?
- Dios mio, ¿me vas a hacer explicar todo lo que hago en juegos previos?
- Se paciente, no vamos a tener sexo en el Upside Down, y menos con personas esperándonos.
- Claro, Nancy puede oírnos. - Munson rodó los ojos, dándose vuelta para salir de la pequeña sala, pero Steve puso su mano sobre la cabeza de Eddie, apretando la puerta.
Impidiendo la salida.
Steve asomó su cabeza por la oreja del pelilargo, respirando lentamente atrás de él.
- ¿Sigues con eso?
- ¿Con qué? - Susurró Munson afirmándose de la pared. Harrington estaba rozando su hombría.
- Con el tema de Nancy.
Le depositó un beso en el cuello, y lo abrazó por detrás.
- Me estás volviendo loco, Munson.