Nancy manejaba veloz hacia el portal de la carretera, era el menos arriesgado y podrian asegurarse de una salida inmediata.
Todos iban con ella, cada uno armado. Jonathan tenia furia dentro de su ser, apretando fuerte del hacha en sus manos. Dustin habia hecho el llamado, contando todo mientras sucedia, hasta se escuchaban los gritos de Steve.
Lucas se agarraba del asiento delantero, la rápidez del auto se comparaba a la de la luz.
Al llegar, todos bajaron y ocuparon la cuerda anteriormente usada, amarrando, asegurando y tirando hacia abajo.
- Debe quedarse una persona acá. - Dijo Nancy, mirando a cada uno. - Max, Mike ¿quieren?
Los nombrados asintieron con la cabeza, y sin perder más tiempo, Nancy fue la primera en bajar, tanteando el terreno.
Las armas fueron tiradas, con cuidado de no golpear a nadie. Todos al estar abajo, miraron su alrededor, procurando no tener amenazas cerca. Y a su suerte, no habian.
- Este lugar luce muy tranquilo. - Dijo Jonathan. - ¡Will!
- ¡Will! - Se unió Lucas.
- Vamos a reunirnos con los demás, deben estar cerca. - Dijo Nancy, siendo la que llevaba al grupo, todos gritaban detrás, siempre cuidándose las espaldas.
Todo estaba pareciendo ir bien, un grupo "grande" y armado, ¿qué podria salir mal?
Pues alguna que otra cosa, ya que no estaban en su mundo, estaban en uno el cual funcionaba al placer de un monstruo.
Una especie de aves monstruosas comenzaron a volar sobre la cabeza de estos chicos, parecian inofensivos y sólo miraban al grupo.
- ¿Qué son esas cosas? - Preguntó Jonathan, agarrando fuerte su hacha.
- Parecen murciélagos con rabia. - Dijo Lucas, dándole un golpe con el fierro en mano, el ave dió un grito tremendo, haciendo que los chicos se tapen los oídos.
Y de pronto, se multiplicaron y comenzaron a volar agresivamente.
Jonathan y Lucas daban golpes al aire, eran buenos esquivando. Nancy apuntaba pero no disparaba.
Hasta que uno atacó a Lucas, mordiéndolo.
Fue entonces que se pusieron serios y golpeaban fuerte, Nancy apuntaba como nunca, asegurándose de tenerlos en la mira.
Quedaban unos pocos, Jonathan y Lucas se encargaron de ellos, golpeando con todas sus fuerzas.
El mayor cargó su peso sobre sus rodillas, recuperando aire. Lucas sangraba leve y Nancy miraba a todos lados, algo habia mal.
Un estruendo.
Todo el suelo se sacudió, y vieron a lo lejos como una manada gigantesca de esos pájaros venía hacia ellos.
- ¡Corran! - Gritó Nancy.
Robin fue la última en caer, cayendo sobre Steve, éste se quejó y con sus fuerzas se paró del suelo, ayudando a su amiga.
Eddie los miraba de brazos cruzados.
- ¿Estás loco? - Preguntó Steve, con el ceño fruncido. - ¿¡Cómo se te ocurre lanzarte de cabeza!?
- ¡El niño habia dado señales de vida! - Gritó en defensa, frunciendo el ceño también.
- ¡Se nota que no aprendes nada! - Harrington acarició su frente con sus manos, estresado. Eddie se dió cuenta del accesorio faltante.
- Tus audífonos. - Apuntó asustado. - No están.
- Sí, genio. - Steve miró hacia arriba, viendo el portal. - No hay forma de subir por aquí, busquemos una salida.
- Dustin le avisó a los demás, es probable que ellos vengan.
- Podriamos bucar al niño. - Munson caminó hacia la carretera, sin esperar al dúo.
Steve se acercó corriendo, y lo agarró del brazo.
- Deja de actuar así, debemos estar juntos. Aquí más que nunca. - El tono de voz era elevado.
- Tsk.
- Vamos. - Robin se adelantó esta vez, tratando de no contagiarse la negatividad de la pareja. - ¡Will!
- Idiota, no grites. - Regañó Steve, volvia a sentirse como un niñero, pese a que trataba con gente de su edad.
- ¡Will! - Gritó esta vez el pelilargo, mirando a los ojos del otro, desafiando.
- Dios, Munson, no sé qué te sucede.
Y la sacudida del suelo dejó a Eddie sin palabras para protestar, fue leve pero corrian riesgo de caerse.
- Tenemos armas pequeñas. - Dijo Steve con una navaja en la mano, ignorando el bate que portaba Robin. - Si nos hubiésemos preparado, quizá tendriamos más cosas.
Eso habia sido un ataque directo al otro, que caminaba a su lado.
- Sólo preocupate de no morir, Harrington. - Lo miró de reojo.
- Igualmente, pero no tientes a la suerte o acabaremos los dos muertos, idiota.
Robin iba alumbrando el camino con la linterna, y los brazos de Eddie comenzaban a temblar por el frío. Steve se dió cuenta pero no dijo nada, ya que no tenia nada para ofrecerle, nada más que su polera mojada.
- Mierda, Robin, ¿me prestas tu chaqueta? - La nombrada se dió vuelta, llevaba una chaqueta delgada, se la quitó e hizo entrega. Eddie se la puso.
- Eso no te va a abrigar nada. - Dijo Steve.
- Lo sé, pero necesito algo encima. - Eddie miró al otro, su mirada cayendo a las prendas mojadas. - ¿No tienes frío?
- No soy una niñita como tú.
Nancy, Jonathan y Lucas corrían por la carretera, sus pies ya pesaban y necesitaban tomar descanso, por lo menos un segundo.
No encontraban lugares para refugiarse, por la adrenalina de sus cuerpos.
Parecian más veloces que ellos mismos.
Hasta que se encontraron de frente con los otros chicos, éstos miraron hacia arriba asustados.
- ¡Corran! - Les gritó Nancy apenas, los demás no perdieron tiempo y corrieron en dirección contraria a la que iban.
Todos corrian, algunos con ventaja, pero esa ventaja dejó de existir cuando en un tropiezo, Robin cayó al suelo.
Steve y Eddie fueron a ayudarla de inmediato, pero las aves eran rápidas, y fue cosa de segundos alcanzarlos.
Intentaron correr nuevamente todos juntos, pero se habian distraido, y no quedaba más que luchar por sus vidas.
Al ser seis personas, se pusieron tres de cada lado, protégiendose los unos a los otros. Eddie habia agarrado un palo tirado en el suelo, y los demás tenian armas.
Parecian llegar cada vez más, y la carrera de antes los habia dejado sin mucha energía, en especial a Nancy y Jonathan.
Y en un descuido, Nancy cayó al suelo, con un pájaro ahorcándola. Jonathan y Steve saltaron de inmediato, tratando de ayudarla. Y Steve lo logró, con su cuchillo.
Las aves iban disminuyendo, y podian tomarse unos cuántos respiros.
Pero de un segundo a otro, Eddie fue abatido en el suelo, por dos pájaros que lo tenian mordido de los brazos.
Harrington, al ver esto y ver cómo la sangre recorria la piel de su chico, corrió hacia él, sacó la pistola del bolsillo de su pantalón y disparó dos veces.
- ¿¡Estás bien!? - Steve se agachó en el suelo, Eddie se sentó, viendo sus brazos sangrar.
- Mierda, me pillaron por sorpresa. - Susurró, parándose con ayuda del otro. - Gracias, Steve.
- Debes tener más cuidado... - Mientras que Steve lo regañaba, los demás veían la escena, recuperando todo el aire.
- ¿Son pareja? - Preguntó Jonathan, todas las miradas quedaron puestas en él.
- Bueno, no sabemos. - Contestó Nancy, mirando a Robin, quien hizo gesto de no saber nada.