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Once veía a Mike a lo lejos.
- ¡Mike! - Gritó, y éste la escuchó. - ¡No es Will, es una ilusión!
Mike retrocedió, y fue cuando los ojos expresivos del pequeño Will lo miraron, esperanzado.
- ¿Sabes dónde está el camino a casa? - Preguntó.
- ¡Corre! - Gritó la chica, Mike hizo caso e ignoró a Will.
Y fue entonces que la imagen de Vecna se apareció atrás de Mike, atrapándolo del cuello. El chico soltó un quejido, siendo levantado del suelo.
Once intentaba liberarse, y Will seguía sin poder ver nada, limitándose a estar levitando.
- Puedes salvar a este chico, Once. - Comenzó a hablar Vecna, apretando más el cuello de él. - Puedes abrir un portal ahora mismo y salir ambos, tú volverías a esa casa, y éste a su cuerpo.
La respiración estaba jugándole en contra a Mike.
- Pero Will se quedará acá, y no volverá a despertar.
- No...
- Tú, decides.
- ¡Voy a matarte!
Intentó extender su mano, pero fue brutalmente empujada, provocando un grito de dolor.
Y la cabeza de Will se alzó, mirando la escena. Estaba confundido, podía ver a todos, pero no sabía qué sucedía.
Mike fue tirado al suelo, recobrando el aliento.
- ¡Mike! ¡Once! - Gritó Will, éstos lo miraron.
- Quédate tranquilo, Will. - Comenzó hablando Once, dedicando una sonrisa.
En ese momento, ninguno sabía qué hacer, pero el hombre que apuntaba desde el fondo sí.
Hopper disparó a Vecna, creando una distracción. Robin estaba trepando, Lucas ya había pasado.
Once sonrió, y aprovechando el momento, elevó sus manos y ejerció fuerza, retorciendo sus dedos.
El cuerpo de Vecna fue brutalmente empujado a un árbol, encerrándolo. Mike corrió hacia Will, tratando de atraparlo si caía.
La chica se acercaba a Vecna, la sangre corría sin frenos.
- Ya no tienes una casa. - Murmuró. - No volverás a gobernar nada, Henry. Jamás.
Pero el monstruo parecía no inmutarse.
El Upside Down estaba cayendo a pedazos. Los demogorgons caían, las aves perdían su fuerza. El suelo temblaba, y lentamente se derrumbaba, llevándose todo consigo.
- Si no salen de acá rápido, van a morir. Todos.
Once miró a los chicos, Will estaba parado junto a Mike, mirando aterrado la escena.
Una mano la llevó al aire, abriendo un portal pequeño, con la poca fuerza que le estaba quedando. Seguía teniendo a Vecna.
Pero sus piernas temblaron, y Vecna la tiró lejos.
- ¡Once! - Los chicos corrieron a verla, la chica estaba enfadada, y estaba potenciando toda su fuerza.
Se levantó, destruyendo todo a su alrededor y empujando a Vecna, atrapándolo nuevamente. Le dobló las extremidades.
Pero él no era un humano para sentir aquello.
Once soltó un grito desgarrador, mientras apretaba fuertemente la mano.
- ¡Ce, debemos irnos! - Gritó Mike, agarrándola del brazo.
- ¡Tiene que morir antes, o volverá!
Will se posó al lado de la chica, preocupado.
Once ignoró a los chicos y siguió ejerciendo fuerza. Intentaba volarle la cabeza como había hecho con la ilusión de Vecna anterior, pero no podía.
Cada intento era un ardor infernal que corría por sus venas.
Vecna cayó al suelo, junto a Once.
Mike la agarró en brazos, y corrió hacía el portal.
Pero justo antes de poder salir, Vecna agarró la pierna de Once.
El portal se estaba volviendo cada vez más pequeño, y Mike se daba cuenta de lo qué sucedía.
Tomó una gran cantidad de aire, y miró a Will.
- Ten. - Le entregó en los brazos a la chica, Will la tomó con cuidado. - Es la única forma de que puedan vivir.
No dejó que el otro diga nada, y lo empujó.
El portal se cerró.
- ¡Mike! - Gritó Once, con la respiración agitada, sentada bruscamente en la bañera.
Mike había vivido toda una vida siendo un cobarde, según él. Vivió sus últimos días pensando que nunca podría enmendar sus errores.
La conversación que había tenido con Hopper ese día, había sido de gran ayuda. Ya que, él nunca consideró que las palabras de un hombre al que veía como una figura paterna, podrían llegarle tan a fondo. Porque su padre nunca le había ofrecido su brazo para apoyarse.
Amaba mucho a Once. Realmente creyó haber encontrado el amor verdadero, y nunca se arrepentiría de ello, de amarla por siempre.
Y su mejor amigo, Will. Pensar en él hacía doler su corazón, ese chico era como su hermano, y se odiaba por hacerle daño, por no comprenderlo. Nunca quiso hacerlo llorar, nunca quiso ganarse su odio. Jamás. Lo amaba.
Pero la vida era complicada, y si lo comparamos a un juego, las emociones eran óbstaculos para tomar decisiones importantes. Para pasar al siguiente nivel.
Su hermana, decía que era odiosa, pero nunca le contó a nadie que él fue quien, una vez, cuando Nancy era una niña unos años mayor que él y lloraba por insultos que le habían dedicado en el colegio, escribió una carta diciendo todas sus cualidades. Carta que a día de hoy, la chica guardaba en su cajón.
Su hermanita pequeña, lamentaba profundamente no poder estar ahí para ella, para verla crecer.
Dustin, Lucas sus mejores amigos.
Apreciaba a todos quienes lo rodeaban, y estaba triste por nunca habérselos dicho.
Pero se conformaba con esto.
Vecna estaba en el suelo, apenas. Luchando por sobrevivir ante la profunda caida.
Mike se sentó, esperando su destino.
El espacio que aún vivía se hacía cada vez más pequeño, y en un último suspiro, Mike lloró.
Lloró como nunca, arrepentido de mil cosas.
Esperando algo que era inevitable.
- Los quiero, chicos. - Susurró con los ojos cristalizados, viendo al cielo del Upside Down, oscuro. - Prometo visitarlos.