Max y Once estaban comiendo helado, sentadas en el pasto húmedo, sin que les importe mojarse.
- No lo noto bien. - Comenzó el tema la pelirroja.
- ¿A quién?
- Mike. - Once elevó la mirada, comiendo de su helado. - Ha estado decaído.
- Es por Will.
- Sí pero, ¿no sientes que hay algo más?
Se quedaron calladas, mirándose.
- Yo creo que... ellos deberían arreglarlo. - Once acabó el tema. Pronto llegó Lucas junto a Dustin.
Ambos sostenían helados de diferentes colores y sabores.
- Chocolate con menta. - Lucas se sentó frente a las chicas, hablando con tono indignado. - ¡Dustin pidió "chocolate con menta"! ¿Pueden creerlo?
- Cállate. - Se sentó el nombrado, al lado de Max. - Ni lo has probado.
- ¡No hace falta probar algo para saber que es malo!
Max y Dustin lo miraron, con obviedad.
- Debes probarlo para saber si te gusta. - Dijo Max.
- Siguiendo esa lógica... - Lucas pasó la lengua a su helado, analizando. - Ustedes probarian mierda.
Todos hicieron gesto de asco, hasta Once que estaba ajena al tema.
- ¡Claro que no!
- ¡Pero debes probarlo para saber si te gusta!
- ¡Pero la mierda no se come!
- ¡El chocolate con menta tampoco!
Todos comenzaron a discutir, manteniendo una pequeña sonrisa que delataba su amistad.
Mike fue el último en llegar, con un refresco.
- Había una fila enorme para el baño. - Se sentó junto a Once. - ¿De qué hablan? - Le preguntó en un susurro, mientras los otros seguían con la disputa.
- Sobre comer caca.
Mike la miró aterrado.
- Debí haber demorado más.
- Mike. - Llamó Lucas. - ¿Qué te parece el chocolate con menta?
- Eh... - Mike se rascó la nuca, todas las miradas estaban puestas en él. - No lo he probado.
- ¡Te lo dije! - Dijeron Max y Dustin al unísono.
Will estaba aún en el hospital, con un doctor moviendo cada uno de sus dedos. Le habían hecho ya varios análisis, iba mostrando una gran mejora. Quizá en dos semanas podría volver a hacer su rutina normalmente, aunque con un poco más de cuidado.
Jonathan y Nancy estaban a su lado, el doctor al terminar el chequeo diario, se despidió con un movimiento de cabeza leve y salió.
Will sonrió a la pareja.
- Ya no me duele al mover este dedo. - Lo movió rápido, Jonathan se asustó.
- Aún así debes tener cuidado. - Dijo, acariciando su brazo.
- Ya falta poco para que salgas de acá, Will. - Nancy le sonrió, traspasando su confianza y buena energía. - Y cuando lo hagas, saldremos a cenar.
- Así es, pequeño.
Will sonrió de forma sincera, moviendo su dedo que no le dolía.
Poco a poco recuperaba la movilidad de sus extremidades partidas. Joyce y Jonathan estaban al pendiente de cada progreso.