Capítulo especial

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Cita doble en la playa.

El viaje sería largo. Steve preparaba el auto, echando todo lo que necesitasen para acampar dos días en la playa. Eddie buscaba un anillo bajo la cama, estaba seguro de que lo había perdido en la habitación de su pareja.

Después de todo, entre tanto jugueteo, los dedos resbaladizos se volvieron.

Harrington tenía todo preparado, sólo faltaba recoger a Robin y Vickie. Entró rápido a su casa, subiendo las escaleras y entrando a su habitación.

Eddie estaba tendido bajo la cama, sólo se veía de su cadera hacia abajo.

- ¿Qué estás haciendo? - Preguntó el mayor, agachándose al lado del otro.

- Busco mi maldito anillo.

- ¿Cuál?

- El de cerdo.

- ¿Seguro de que está acá y no en tu casa?

- Estoy seguro, ayer los tenía todos.

Steve se paró, buscando por el resto del suelo. Pronto se asomó su madre.

- Cariño, ¿ya se van? - Preguntó en una sonrisa, Eddie se reincorporó, golpeándose la cabeza con la cama. - Oh, hola Eddie.

- Buen día señora Harrington. - El pelilargo se paró, sacudiendo un poco su ropa y envolviendo en un abrazo a la mujer, un abrazo que fue correspondido. - Se ve espectacular.

- Mamá, ¿has visto un anillo de Edds? Es uno de cerdo, se le perdió.

La mujer sonrió, rebuscando algo en su bolsillo, y de la palma de su mano extendida se asomó el anillo, que fue tomado de inmediato por el chico.

En forma de agradecimiento, besó su mejilla.

- Bien. Debemos irnos. - Habló Steve, mirando el reloj de su muñeca.

Ambos se despidieron de la madre del mayor, saliendo de casa y entrando en el vehículo.

Eddie alzó su mano, mostrando todos sus anillos.

- Mi suegra me salvó la vida. - Comentó orgulloso, tocando el anillo anteriormente perdido.

Steve prendió el motor, mirando a ambos lados de la calle.

- ¿Traes ropa suficiente? - Preguntó el conductor.

- Supongo.

- Hará frío por la noche.

- ¿Acaso no dormiremos abrazados?

Harrington asintió, sonriente. Eddie posó su mano sobre la pierna del otro, haciendo circulos con los dedos.

- Nunca he acampado. - Confesó.

- ¿Nunca?

- Nunca.

- Siempre hay una primera vez. No es nada del otro mundo, lo único que jode es el baño y el frío.

- ¿Y si nos come un oso?

- También puede ser, pero esperemos que no sea así.

El trayecto cesó frente a la casa de Robin. Tocó la bocina una vez, la chica no salía. Eddie apretó más veces, ocasionando ruidos fuertes y molestos.

Hasta que la pareja se asomó, con dos mochilas en mano. Vickie fue la primera en entrar.

- ¡Hola chicos! - Saludó alegre, Eddie le chocó el puño.

Robin entró, cerrando la puerta tras ella.

- Oh qué lástima, no sabía que venía Eddie. - Molestó al acomodarse, mirando burlona al nombrado, éste le levantó el dedo de en medio.

Incompatibles [ STEDDIE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora