Eddie escuchaba música que desprendía de sus aurículares que descansaban en su cuello. Tarareaba la canción mientras buscaba los acordes en su guitarra.
Sus dedos bailaban al contraste, su pie marcaba ritmo.
Habian pasado ya dos días desde todo lo sucedido. No había sido capaz de salir de su casa, por el miedo que le generaba ser señalado. Su tío lo abrazó apenas lo vio.
Estaba solo en casa, esperando a Steve, quien habia quedado en visitarlo. El tiempo parecía infinito, hasta que sintió un auto estacionar fuera.
Esperó a los toques especiales
1,2. 1,2.
Fue corriendo a abrir la puerta, claro que, antes dejó cuidadosamente su guitarra sobre el escritorio. Al abrir la puerta, la figura de su pareja esperaba sonriente.
Munson lo abrazó del cuello, sintiendo el aroma que tanto extrañaba. Se habia vuelto todo un cursi.
- Buen día, Eddie. - Saludó Harrington, y al separarse depositó un beso sobre los labios de éste.
- Buen día, Harrington. - Eddie se hizo a un lado, cerrando la puerta después que entrara el otro. - Te ves sexy.
- ¿Tú crees?
- Ajá. - El pelilargo le sonrió coqueto, arrastrando sus pies hasta Steve, quien le acarició un brazo.
- ¿Quieres salir a algún lado?
Esa invitación lo pilló de sorpresa.
- Ah... - Se separó del otro, caminando distante. - No lo sé.
- ¿Sigues con el miedo de salir?
- Sí, siento que si alguien me ve, me dirá satánico y me acuchillará con una cruz. - Eddie hizo seña de apuñalamiento a si mismo, cayendo de rodillas en el suelo. - Y yo moriré, Harrington. - Se tiró en el suelo, y quedó callado.
- No exageres, creo que tú serias capaz de hacer eso a alguien. - Soltó en broma Steve, con sus manos en los bolsillos del pantalón. - ¿Eddie?
No contestaba.
- Oye, responde. - Lo movió con un pie, Eddie le levantó el dedo de en medio.
- Estoy muerto, imbécil.
- Oh. - Steve soltó una risa, rodeando al chico. - Supongo que tendré que volver a mis antiguas citas. - Bromeó, cruzándose de brazos.
Eddie se paró rápido, frunciendo el ceño.
- ¿Reviviste?
- No, soy un fantasma que te va a atormentar toda tu vida si me olvidas tan fácil. - Munson agarró la mandíbula de su novio, apretando las mejillas. - ¿A dónde quieres ir?
Steve alzó sus brazos, abrazando al otro y apegándose a su cuerpo. Eddie lo soltó y dejó que el otro cayera sobre su hombro.
- Podemos ir a comer algo.
- ¿Y si comemos otra cosa? - La mano de Munson fue rápido a la entrepierna de Steve, apretando, éste se alejó.
- No, o podemos ir al cine.
- ¿Y quieres poner tu brazo sobre mis hombros? Estoy seguro que ya lo hiciste con alguien.
- ¿Qué quieres hacer?
- Mmmm... - Eddie pensó, mirando al techo. - Podemos alquilar una película de terror.
Steve pareció convencido.
- Bueno, vamos.
- Espera, espera, debo cambiarme de ropa.
- Pero así te ves bien. - Steve lo miró de arriba a abajo.