Leonor leía unos artículos de prensa en la sección de política, cuando de repente el estrepitoso timbre del teléfono, la hizo perder la concentración.
−¡Joder! −dijo caminando hasta el aparato −Sí, ¿Hola?
−Buenas tardes. Estoy llamando desde el Instituto Alfonsina Storni, ¿Podría hablar con el señor Marcelino Gómez Díaz o la señora Manolita Sanabria Méndez? Por favor.
−No están en casa, ¿Quiere dejar algún mensaje? −preguntó la joven.
−Verá, ¿Es usted familiar de Luisa Gómez?
−Sí, soy su hermana mayor.
−Vale, señorita, le habla Susana López, maestra de Luisa Gómez. Estoy llamando con urgencia, para informar que a Luisa debieron llevarla al hospital, sufrió un desmayo durante una clase. Es importante que vayáis a buscarla cuanto antes.
−¿Qué? Pero ¿Cómo está ella? −preguntó Leonor angustiada.
−No lo sé con certeza, señorita, iba inconsciente cuando se la llevaron. Por eso, es muy urgente que avise a vuestros padres.
−Los buscaré inmediatamente, muchas gracias por llamar.
−Bien, señorita, hasta luego.
−Hasta luego.
Leonor intentó colgar, pero en su afán, dejó caer el aparato y no tuvo reparo en dejarlo en el suelo. Empezó a correr por toda la casa, dando vueltas, buscando sus zapatillas deportivas, con tan mala suerte, que su dedo meñique del pie, chocó contra una de las patas de la mesita de la sala.
−¡Joder! Me cago en la...
−¿Qué pasa? −preguntó Lola que salía de su habitación, al escuchar todo ese ruido y a Leonor quejándose de dolor.
−¡Lola! Es Luisita, que se la han llevado al hospital −dijo mientras intentaba sobarse el dedo del pie.
−¿Qué? ¿Quiénes? ¿Por qué? −preguntó Lola asustada.
−Anda, ayúdame a buscar mis zapatos y acompáñame a buscar a nuestros padres.
Lola dio vueltas por toda la casa, hasta que encontró las zapatillas deportivas de Leonor.
−Mira, ¡tronca! las dejaste debajo del comedor −dijo Lola llevándole los zapatos a su hermana mayor.
Las chicas salieron a toda velocidad del piso, con rumbo al restaurante para avisarles a sus padres lo que había pasado.
Apenas la chica contó a sus padres lo que pasó con Luisita, los cuatro salieron para el hospital. Cuando llegaron, una enfermera del área de emergencias les informó que Luisita estaba siendo atendida y que debían esperar.
Manolita estaba muy nerviosa, Marcelino muy preocupado, Leonor caminaba de un extremo a otro y Lola, estaba sentada, moviendo sus piernas sin parar y mordiendo salvajemente, la manga de su jersey.
−Hijas, calma, tú vas a hacer un hoyo en el piso y tú, vas a quedarte sin mangas −le dijo Marcelino a Leonor y a Lola.
−Buenas tardes, ¿Son ustedes familiares de María Luisa Gómez? −dijo un médico que entró en la sala de espera.
−Sí, sí, somos sus padres y ellas, sus hermanas −respondió Marcelino acercándose primero.
−Bueno, lo primero que quiero que sepáis, es que Luisa ya está consciente −trató de tranquilizarlos.
Manolita se sintió aliviada al escuchar aquellas palabras y Marcelino daba gracias al cielo por la noticia. Leonor por fin, se había calmado y Lola había dejado por fin, de rasgar las mangas de su jersey.
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Prometo amarte y esas cosas
FanfictionLusita Gómez conoce accidentalmente a Amelia Ledesma desde la infancia y sus vidas serán inseparables. Esta historia narrará, las vivencias de los Gómez y los Ledesma, quienes lucharán contra viento y marea para ser felices, demostrando que el amor...