Capítulo 60. Un nuevo amigo

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Lola abrió la puerta de la casa de sus padres y de inmediato, unos pequeños ojos azules voltearon a verla y se llenaron de un brillo de felicidad. Unos pequeños dientes se asomaron en la cara de Laurita y fue todo lo que necesitó la castaña para darse cuenta que su día no había sido tan malo, si al final, llegaba a casa y la recibía su pequeña hija con esa sonrisa. 

−Hola, Loli −la saludó Ciriaco mientras ayudaba a Lucianito a ponerse de pie.

−Hola, hermanito, ¿Cómo te va con estos pequeños?

−La verdad es que se han portado muy bien.

−Que bueno. Hola, príncipe −le dijo a Lucianito mientras le daba un beso y se sentaba en el suelo, aún con su hija en brazos −. ¿Quieres seguir jugando con Laurita?

El niño asintió y le sonrió a su tía.

Lola dejó sentada a Laurita sobre el tapete y le acercó algunos juguetes, mientras que Ciriaco le daba a Lucianito una figuras de plástico, que el bebé intentaba explorar con gran curiosidad. 

−¿Cómo te fue, hija? −preguntó Manolita saliendo de la cocina y acercándose a Lola.

−Hola mamá −se levantó la joven del suelo y le dio un beso en la mejilla a Manolita −. Fui a dos empresas y han quedado de llamarme, aunque bueno, prefiero no hacerme ilusiones todavía.

−Ten fe, hija, vas a ver que pronto saldrá algo −le respondió la mujer, acariciándole una mejilla a la castaña −. Anda, ven a ayudarme en la cocina y luego a poner la mesa.

−¿Vendrá alguien más a cenar?

−María, Nacho, Luisi y Amelia.

−Vale.

Lola acomodaba los cubiertos en cada uno de los puestos y Manolita le daba el toque final al puré de patatas, cuando de pronto, la puerta del piso se abrió estrepitosamente, dejando pasar a un enfurecido Marcelino, quien halaba a Manuel de una oreja.

−Pero, ¿Qué pasa? −preguntó Lola asustada.

−Anda, ¡Cuéntale!

−¿Qué pasa, Marcelino? −preguntó esta vez Manolita, acercándose a su hijo.

−Dile a tu hijo que te cuente él mismo lo que ha pasado.

Manolita frunció el ceño y miró al chico con total confusión.

−¿Qué pasa, Manuel? ¿Por qué tu padre está así? ¿Qué has hecho?

Lola se acercó a Laurita y la tomó en sus brazos y Ciriaco se levantó del tapete, con Lucianito en brazos. 

−¡Cuéntale a tu madre! −ordenó el hombre.

Manuel agachó la cabeza y mirando sus zapatos, casi susurró.

−El padre de Emma nos ha pillado...

−¿Os ha pillado? −preguntó confundida Manolita.

Lola abrió los ojos entendiendo perfectamente.

−No comprendo, hijo. ¿Qué estabais haciendo?

−Mamá −interrumpió Lola −. Que el coronel los ha pillado haciendo cosas... ya sabes −le explicó.

−¿Qué? ¿Eso es verdad, Manuel? −preguntó la mujer con total seriedad.

El chico asintió sin mirar a su madre a los ojos.

−El coronel ha ido a Los Asturianos y ha montado un numerito que ni te cuento, Manuela, porque, además, sospecha que Emma, está embarazada.

−¿Qué? −exclamó Manolita llevándose sus manos a las mejillas y perdiendo por completo el color de su rostro.

Prometo amarte y esas cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora