Capítulo 29. Confesiones

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La puerta de la habitación se abrió para dar paso a una apresurada jovencita. 

−Lu, ¿Qué ha pasado con Amelia hoy?

−¿De qué hablas, María?

−Lucía, tengo ojos en la cara.

La gemela se dejó caer de espaldas sobre su cama y María caminó para acercarse a ella.

−Mary, creo que estoy celosa de Sara −le confesó.

−¿Te sientes desplazada por ella?

Lucía cerró los ojos, buscando el coraje que necesitaba.

−Me gusta Amelia.

María abrió los ojos como platos y se quedó observando a su gemela.

−Mary, dime algo, por favor−pidió Lucía, abriendo los ojos con miedo.

−Ehh, es que ni siquiera sabía que te gustaban las chicas, Lu.

−Yo tampoco lo sabía hasta hace poco −dijo y María la miró un poco extrañada –a ver, me gustan los chicos, ¿Vale? Pero también las chicas y en este caso, me gusta Amelia. 

−¿Le has dicho?

−No, no, prefiero no hacerlo. A veces pienso que se me pasará. Además, ¿La has visto? está embobada con Sara, ¡Se pasa todo el rato con ella!

−Y eso te duele, ¿No?

Lucía la miró triste y se quedó en silencio.

−¿Sabes? Aquí hay un lío muy gordo, porque, a ti te duele ver a Amelia con Sara, pero sé de alguien que quisiera morirse, o mejor, quisiera matar a Sara, cada vez que la ve cerca de Amelia.

−¿Quién?

−Lu, por favor, que pareciera que no fueras la más lista de las dos.

Lucía se quedó viéndola confundida y se incorporó en la cama.

−Luisita –respondió María.

−¿Qué? No, no, no, Luisi solo está celosa porque Amelia no le presta la misma atención que antes.

−¿Estás segura? ¿O solo tienes miedo de admitir que nuestra hermana menor también le gusta Amelia?

−María, Luisita está tonteando con Mateo, ¿No?

−Lu, Mateo es solo un amigo de Luisita. Nada más hay que ver cómo nuestra hermana mira a Amelia –dijo acercándose más a su gemela −mira, sé lo importante que es Amelia para todos en esta familia, pero no quiero que esto termine mal para ti y para Luisi, no quisiera verlas enfrentadas, ni por ella, ni por nadie −dijo para enseguida tomar aire −Me pregunto qué tiene esa chica que trae locas a dos de mis hermanas.

−¿Cómo que qué tiene, Mary? ¿La has visto? Es guapa, amable, inteligente, espontánea, culta, creativa.

−Ya, ya, hija, estás hasta las trancas, me puedo dar cuenta. −afirmó María −No sé, Lu, lo mejor será que lo hables con Amelia.

−No, no, eso sí que no, ¿Eh? que ella está interesada en Sara, hasta será su pareja en el baile −dijo con un nudo en la garganta.

−¿Y esperabas que fueras tú? ¿No?

−A veces odio que seas mi gemela, ¿Sabes?

María se acercó más y empezó a acariciar el cabello de su gemela.

−¿Vas a invitar a Vicente al baile?

−No lo sé, puede que sí o puede que simplemente decida no ir.

Prometo amarte y esas cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora