Capítulo 69. Retomando los planes

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Luisita terminó una ardua semana de trabajo, cubriendo a un compañero en Emergencias y aunque habían sido días tranquilos, deseaba con todas sus fuerzas, regresar cuanto antes al área de Cardiología. Después de aquella conversación con Amelia, se sentía mucho más inquieta y nerviosa, incluso, a pesar de las muchas ganas que tenía de volver a ver a Alejandro. En el fondo de su ser, un miedo abrumador se había apoderado de ella y es que aunque la llama de la esperanza de encontrar a Laia se encendió más que nunca, también el temor a ilusionarse y terminar estrellándose contra el suelo. Había pasado mucho tiempo sin tener noticias de esa persona que buscaba y sería para ella un palo muy grande que Alejandro no fuera quien tanto deseaba encontrar. 

Aquel chico después de la cirugía, permanecía recuperándose en una habitación, donde lo acompañaba casi todo el tiempo Camino, su madre. Luisita quería pasar a verlo, pero aún no tenía claro qué iba a decirle. Finalmente, se hartó de darle tantas vueltas y decidió que llamaría a Lucía y le pediría quedar para hablar. Necesitaba un consejo y al final de cuentas, la gemela, Cristina, Lourdes y Margarita, han estado todo ese tiempo en la búsqueda de Laia, así que lo más justo es que se entere de lo que ha pasado. Era claro para la rubia que no podía dar por sentado que Alejandro y su hermana menor, eran la misma persona, pero ese fuerte presentimiento que tenía, le hacía creer que estaba muy cerca de encontrarla. 

Esa noche, una vez Luisita terminó su turno en el hospital, llamó a su hermana y le pidió que se pasara por su piso. 

−Hola, morena. ¡Pero qué bien te ves! −dijo la gemela cuando Amelia abrió la puerta y enseguida le dio un beso en la mejilla. 

−Gracias, Lu, tú también, ¿eh? que cada día estás más guapa. 

−¡Exagerada! ¿Cómo va ese brazo? ¿Ya puedes moverlo más?

−Va de maravilla. ¿No es verdad, cariño? −le preguntó Amelia a la rubia, que estaba justo detrás de ella.  

−Hola, monito. ¡Qué carita tienes! −la saludó Lucía acercándose para dejarle un beso también. 

−Hola, Lu, perdona, es que tengo la cabeza... necesito contarte algo muy importante. 

−Bueno, pues aquí me tienes, ¿De qué se trata? ¿Cuál es el misterio?

−De Laia... Lu, es posible que le haya encontrado. 

−¿Cómo es eso? Explícamelo −pidió Lucía sin entender y luego miró a Amelia. 

−Anda, siéntate y deja que Luisita te lo cuente −le pidió la morena haciendo que Lucía siguiera al salón. 

La rubia le contó a la gemela lo que había pasado desde que Alejandro entró por la puerta de emergencias del hospital. 

−Luisi, no lo puedo creer, de verdad... −dijo la gemela llevándose sus manos a la cabeza. 

−No es seguro, pero...tengo un fuerte presentimiento, Lu... es que... 

−¿Es que qué? −interrumpió Lucía. 

−Nos parecemos muchísimo, no te lo imaginas. 

−¿De verdad? ¿Más que Paula y tú? Mira que Lourdes y yo, hemos empezado a investigar a la chef y su familia, porque estamos convencidas que vosotras dos, debéis tener algún parentesco. 

−¿Tú crees? 

−Estoy segura. No creo que dos personas puedan parecerse tanto y no tener ningún grado de consanguinidad. 

−Mira que si Paula y Alejandro resultan no ser familia, voy a pensar que me han estado clonando a mi novia, Lucía −bromeó Amelia, intentando destensar el ambiente. 

Prometo amarte y esas cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora