Capítulo 70. Orgullosa de ti

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POV Luisita Gómez

Camino por el pasillo principal del salón en compañía de las gemelas. Han decidido venir conmigo y con Amelia en esta noche tan importante para nosotras, en especial para ella. Es la exposición de su proyecto final de arte y estamos muy emocionadas. 

Amelia no quiso mostrarme su obra hasta hoy y justo en este instante, en que observo todos sus cuadros, entiendo el por qué de su misteriosa actitud. Su trabajo es maravilloso, sensual y absolutamente cautivador. Las diferentes técnicas que ha utilizado, dan cuenta del talento y la pasión que mi chica tiene por el arte. Las obras que ha plasmado en cada lienzo son una completa maravilla y reflejan la forma en que ella ve el amor, el erotismo y la sensualidad. Es una verdadera oda a la belleza del cuerpo femenino.

Recorro el lugar observando los cuadros y cada vez me sorprendo más y más, al notar algún detalle acerca de mí. Amelia ha tenido especial cuidado de plasmar algunos rasgos particulares de mi cuerpo y se ha asegurado de que solo yo lo note. 

Las gemelas no conocen a profundidad los temas relacionados con el arte, pero me hacen saber que les gusta mucho lo que ven. Recibir los elogios hacia Amelia, hace que inmediatamente la busque con la mirada por todo el salón. Está allí, justo al lado de su mentor, hablando con algunos artistas y académicos que la felicitan por su trabajo. Está tan guapa, con su vestido negro y su cabello recogido en un moño alto, que la hace ver más alta y estilizada. Como si mis ojos la llamaran a gritos, voltea a verme y su mirada se ilumina al notar mi sonrisa llena de orgullo. Me saluda levemente con la mano y luego me lanza un beso a escondidas de sus acompañantes. Siento que me derrito de amor y le devuelvo el beso, asegurándome de que sus mejillas se tornen rosadas.

−¡Qué monas que sois! −me dice María viéndonos.

−Qué empalagosas, quieres decir.

−¡Qué curioso! Justo ayer te sorprendí encima de la pobre de Julia, en el sofá de la casa de nuestros padres. ¿No se te pasó por la cabeza en algún momento que mamá podría llegar o que estaban tus sobrinos en casa? −le recrimina María. 

−Mamá estaba en el restaurante con papá y los niños estaban jugando en la habitación con Cata −responde Lucía encogiéndose de hombros.

−¿Qué tu hiciste qué? −le pregunto sin creérmelo.

−¡Van a entrevistar a Amelia! ¡Qué guay! −Lucía evade mi pregunta, señalando hacia donde está mi novia.

−Lucía, ven aquí, ¡Lucía! −grito al ver que la gemela escapa de mi inminente interrogatorio.

−Anda, déjala −me dice María divertida −. Vamos a seguir observando la magnífica obra de tu chica. Sí que tiene talento, eh, Luisi, estoy muy sorprendida.

Sonrío con los elogios de mi hermana hacia mi novia. Es una pena que los demás no pudieran venir esta noche, aunque Iñaki ha enviado un mensaje hace unos minutos, para decir que está bastante cerca y que llegará en cuestión de minutos, junto con mi hermana Lola.

El evento ha sido muy bonito y muy curioso para nosotras. Hemos conocido a algunos profesores de Amelia y también, a varios artistas locales. Solo reconozco a unos pocos y lo que veo a mi alrededor, me es suficiente para caer en la cuenta de que el mundo del arte es absolutamente fascinante.

No puedo esperar a abrazar a mi chica y darle un beso cargado de admiración y de orgullo. He soñado tanto con este día, casi como sueño con el día de nuestra boda. No dejo de mirarla y de admirarla y aunque se supone que debo poner toda mi atención a la exposición de su trabajo artístico, definitivamente, para mí, la obra más hermosa, es ella misma misma.

Prometo amarte y esas cosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora