Sofía.
Por fin habíamos salido de clases e íbamos de camino con la Fran a una plaza que esta por ahí, me dijo si la podía acompañar, ya que se iba a juntar con un grupo de otro curso a fumar y después de que casi me rogara acepte, aunque no se que haría ahí si ni fumo y tampoco era amiga de ese grupito.
—Ya cambia la cara pesa, solo será un ratito. —me dijo la Fran agarrándome del brazo.
—Es que no se que hago aquí, ni si quiera conozco a tus amigos.
—Entonces te sirve para conocerlos y hacer amigos nuevos. —me dio una sonrisa.
—No necesito más amigos, contigo y el Mateo es más que suficiente.
—No se si ofenderme por eso. —menciono mientras ponía su mano en el pecho.— Ya apúrate que allá están los cabros.
No dije nada más y la seguí, espero que no estemos mucho rato acá, quería llegar luego a mi casa.
—Wena Pancha. —saludo un mino de nuestro liceo a mi amiga.
—Wena Benja. —lo saludo ella mientras se sentaba en el pasto, copie su acción sentándome al lado de ella. —Vine con mi amiga si es que no te molesta.
—No tranqui, no me molesta. —le contestó mientras me miraba dudoso. —¿Oye tu no eres la mina que boto el Amaro el otro día? —me preguntó y ahora mirándolo bien, recordé que el estaba ese día ahí.
—Ehh... si, soy yo. —murmuré algo avergonzada.
—Oh amiga disculpa por esa huea, yo fui quien empujó al Amaro haciendo que te botara, pero de verdad fue sin querer. —se disculpó el, así que esté era el tal Benja del que había hablado la Fran.
—No te preocupes, ya paso. —le sonreí, la verdad no me iba a poner a pelear por lo del otro día si al final fue un accidente.
—Ya bacan. —me devolvió la sonrisa. —¿Quieres? —preguntó refiriéndose al pito que tenía en su mano.
Negué con la cabeza. —A la Sofi no le gusta.— le explico la Fran.
—¿No te molesta que fumemos al lado tuyo? —preguntó.
—No, no me molesta, fumen tranquilos no más. —le conteste.
En eso la Fran iba a decir algo pero alguien la interrumpió.
—Llegue. —dirigí mi mirada a quien había hablado y era el ahueonao, no me sorprendió verlo ahí, si al final ya sabía que ellos eran amigos.
—¿Que huea culiao? Por poco llegai mañana. —habló el Benja.
—Estaba ocupado. —explicó mientras se sentaba en el pasto. —Wena Pancha. —estaba saludando a mi amiga hasta que se percató de mi presencia. —Oh hola.
Me miro con sorpresa, pero de inmediato la cambia a una cara burlesca.
—Hola. —respondí secamente, tampoco iba a ser mala educada y no saludarlo.
Después de un rato la Fran estaba en otra con el Benja, estos dos se traían algo. Tenía puras ganas de irme pero no iba a dejar a esta hueona sola.
—¿Y tu qué haces por aquí? —me habla el Amaro haciendo que saliera de mis pensamientos.
—Vine acompañar a la Fran. —conteste.
—No sabía que eran amigas, o sea siempre hablaba mucho de una amiga pero no pensé que fueras tu.
—Yo tampoco sabía que ustedes eran amigos. —le di una mirada rápida a mi amiga.
—Bueno igual no somos amigos hace mucho rato, pasa más tiempo con el Benja. —explicó mirando a donde ellos se encontraban.— Son distintas.
Lo escuché decirme mientras volvía la mirada hacia mi, yo solamente lo mire dudosa al no saber a lo que se refería.
—¿Quienes? —pregunté.
—Tu con la Fran, me refiero a que la Fran es más loca y buena para el huebeo, y tu eres un poco tímida, aparte de pesa. —dijo mientras se reía burlescamente.
Rodee mis ojos. —Solo soy simpática con las personas que me caen bien.
—Ah ¿Entonces yo te caigo mal antipática? —preguntó con esa voz burlesca que tiene.
—Dijiste que no me volverías a decir así. —dije mientras lo miraba mal.
—Bueno ahora cambie de opinión antipática y no respondiste mi pregunta. —repitió.
—Si, me caes mal.
—No me digas que es porque te bote el otro día, porque ya te pedí disculpa y aparte el principal culpable aquí es el Benja, el te debería caer mal. —explicó mientras se cruzaba de brazos sonriendo.
—No si eso ya pasó, es porque me sigues llamando así. —conteste.
—¿Antipática? —preguntó, yo solo asentí con la cabeza. —¿Y si te dejo de decir así te caería bien?
—Tendría que pensarlo.
—Entonces te seguiré llamando así. —sonrió burlescamente.
—Entonces me seguirás cayendo mal. —agregue.
—¿Pero por que? Si soy un amor de persona. —dijo mientras hacía un puchero.
Me reí irónicamente. —Eres un insoportable mejor dicho.
—Eso me dolió —toco su pecho dramáticamente haciendo que se me saliera una risita.
—Estúpido. —solté riéndome.
—Pero por lo menos te hice reír. —dijo sonriendo como si se sintiera orgulloso.
Negué con la cabeza divertida hasta que recordé algo, el polerón de el.
—Oh toma tu polerón, se me fue pasártelo en el liceo. —le explique mientras habría mi mochila buscando el polerón. —Gracias por prestármelo.
—Tranqui, no hay de que. —dijo mientras agarraba su polerón de mis manos.
Estuvimos un rato más ahí hablando y pensándolo bien creo que no me cae tan mal, puede que sea bueno para huear, pero me hizo reírme caleta.
—¿Nos vamos Sofi? —escuché preguntar a mi amiga que estaba mirándome.
—Eh si vamos. —conteste mientras me paraba y agarraba mi mochila. —Chao. —me despedí del Amaro.
—Chao antipática. —soltó una risa, yo solamente rodeé los ojos y me despedí del Benja, para así irme con mi amiga.
•••
Íbamos caminando con la Fran camino a nuestras casas y la duda me estaba matando, así que le pregunté de una.
—¿Que onda tu y el Benja? —pregunté mientras le sonreía.
—Nada. ¿Que va pasar? —soltó una risa nerviosa.
—Te conozco Fran, se qué pasa algo entre ustedes dos, suéltala de una. —le sonreí coquetamente.
—Puta ya, creo que tenemos onda. —hablo mirando al suelo.
—¿Como que crees? ¿Te gusta verdad? —pregunté.
—No lo sé, lo único que se es que el me hace sentir bien. —una sonrisa hueona se formó en sus labios, pero la borro de inmediato.— Pero me da miedo la verdad, salir lastimada.
—Puta Fran, se que te puede dar miedo, pero si no te arriesgas no sabrás que puede pasar entre ustedes. —le di una mirada.— Aparte hacen linda pareja. —le di una mirada coqueta.
—Si se Sofi, el tiempo lo dirá no más. —sonrió.— ¿Y que tanto hablaste con el Amaro? Vi que te reías arto.
—Nada importante la verdad, hablaba puras hueas que me daban risa. —respondí.
—Así es el Amaro. —soltó una risa. —Me gusta verte así.
—¿Así como? —la mire dudosa.
—Compartiendo con más personas y pasándola bien, no estando encerrada siempre leyendo tus libros.
—Ya empezaste. —rodee los ojos mientras solte una risita.
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¿Otra vez tú?
Romance[CHILENSIS] La Sofi choca un día con el mino más desordenado del liceo. Al cual, no le interesaba mucho sus notas y lo único que le importaba era andar hueando, pero cuando la conoce a ella, algo lo hace cambiar. ¿Qué pasará? ¿El podría enamorarse...