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Sofía

Por fin habíamos salido de clases e iba de camino con la Fran, me había pedido que la acompañara, ya que se iba a juntar con un grupito de otro curso a fumar y después de que me rogara por tres horas, terminé aceptando, aunque no se que haría ahí, si yo no fumo y tampoco conocía a nadie de ese grupo.

—Ya cambia la cara pesa, solo va ser un ratito —mencionó la Fran mientras me agarraba del brazo.

—Es que... no se que hago acá, ni siquiera conozco a tus amigos.

—Entonces te sirve para conocerlos y hacer amigos nuevos —me sonrió.

—No necesito más amigos, contigo y el Mateo es más que suficiente.

—No se si ofenderme por eso o qué onda —se colocó la mano en el pecho exagerando—. Ven allá esta.

Apunto con la cabeza y aunque me costó ver a donde apuntaba, caché que era al mino que estaba solo.

¿No que rea un grupo Francisca? ¿A que me trajiste?

Espero no andar tocando el violín.

No dije nada y solo la seguí, solo esperaba no estar mucho rato acá, ya que lo único que quería era llegar luego a mi casa.

Más encima hoy día en el liceo, por más que busque con la mirada al ahueonao del poleron, no lo vi nunca. Así que aún tenía de huea en mi mochila.

Una vez que estuvimos cerca del mino este se percató de nuestra presencia.

—Wena Pancha —saludo con una sonrisa a mi amiga.

—Wena Benja —lo saludo está mientras se sentaba a su lado en el pasto, yo solo copié su acción colocándome al lado de ella—. Vine con la Sofi si es que no te molesta.

El mino me miró y negó con la cabeza.

Así que este era el famoso Benja del que había estado hablando un par de veces la Fran.

—No tranqui, no me molesta —vi como me siguió mirando, pero algo confundido—. Oye... ¿Tu no eres la mina que notó el Amaro el otro día?

Y ahora que lo menciono, reconocí de donde lo había visto antes. Era uno de los hueones de ese día.

—Eh... si, soy yo —conteste algo avergonzada.

Vi como se le enrojecieron las mejillas.

—Oh amiga, disculpa por esa huea, yo fui quien empujó al Amaro ese día, haciendo que te botara a ti. Pero te lo juro, fue sin querer, no te había visto —se disculpo.

¿Así que había puteado al equivocado?

Bueno, no me importaba, el otro me seguía cayendo un poco mal.

—No te preocupes, ya paso —le sonreí, la verdad no me iba a poner a hacer show por una huea que ya había pasado.

—Ya bacan —me sonrió devuelta—. ¿Quieres?

Estiró su mano con el pito que tenía en su mano, yo inmediatamente negué con la cabeza.

—La Sofi no fuma —explicó rápidamente la Fran.

—Ah chucha, entiendo —se lo pasó a la Fran—. ¿Y no te molesta que fumemos al lado tuyo?

—No tranqui, no se preocupen por mi —les sonreí.

Y en eso la Fran algo iba a decir, pero fue interrumpida por alguien más.

—Llegue —levante mi vista encontrándome con el ahueonao.

¿Otra vez tú? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora