Amaro.
Los días han comenzando a pasar más rápido y créanme que estoy más feliz que la chucha, porque salir de este liceo culiao, lleno de gente culia loca y sapa, era lo que mas quería hacer. Excepto que ya no vería a la Sofi.
Hace unas semanas atrás la Sofía había vuelto a juntarse con nosotros y sabía que ya no era por mi, bueno en realidad eso me dejó en claro qué tal vez súpero lo qué pasó y también lo que tuvimos. Me daba pena pensarlo, pero un por lado me dejaba tranquilo saber qué tal vez ya no esté sufriendo.
Créanme que al principio me causaba incomodidad que estuviera ahí, sobre todo que no me mirara y fingiera que no estaba ahí. Me sentía tan hueon porque yo pasaba mirándola, esperando que en algún momento girara hacia mi y lo hiciera ella también tan solo unos segundos, pero no pasó hasta que un día escuché su risa entre medio de una discusión con el Matías.
Inmediatamente me giré y la encontré mirándome, y lo más importante sonriendo. Con esa sonrisa tan linda que tiene y con sus ojitos chinos cada vez que sonreía, apenas me vio se puso roja como tomate, evitándome de una. Aunque para mi fue distinto, no pude sacar mi vista de ella, ver cada movimiento nerviosa, esperando que volviera a mirarme y si tenía suerte, me sonriera. Pero en vez de eso salió corriendo a donde se yo y créanme que no me aguante en seguirla.
Sabía que me veía como un ahueonao siguiéndola y sobre todo estar casi rogándole que me mirara.
Que patético... ¿No?
Pero al escucharla en decir que estaba bien mi corazón casi se salió, al igual que el apodo con el que tanto me gusta llamarla.
¿Alo? Estoy buscando mi dignidad.
Ahora había llegado al patio donde se encontraban los cabros, en donde solo faltaba la Sofi y el Matías, curioso quería preguntar por ella, pero me salía mas piola preguntar por el otro hueon.
—¿Y el Matías? —pregunté haciendo que mirada de mis cuatros amigos se posara en mi.
—Dijo que iba donde los hueones del otro cuarto, los que son sus amigos —hablo el Benja.
—Allá está —apuntó hacia el otro lado del patio la Cami.
Y ahí estaba mi amigo pero no estaba solo, a su lado estaba la Sofi quien estaba hablando con un hueon del otro curso. Lo cachaba, había hablado un par de veces con el, pero no éramos amigos.
Noté como la Sofi se reía de algo que supuse que le dijo el hueon y algo en mi se sintió raro, me molestaba ver que ese hueon estuviera cerca de la Sofi, pero sobre todo que la hiciera reír.
¿O que ella lograra reírse con el y no contigo?
La molestia aumentaba en mi y las ganas de acercarme a ellos también, pero tampoco iba a ser tan patético para la huea. Así que solo me limite a mirarlos un momento hasta que sentí que alguien tocó mi hombro.
—Relaja la mano hueon —habló el Benja con una risa.
Baje mi mirada y me encontré con mi mano empuñada, así que la relajé.
—¿Celoso? —puso su vista hacia los chiquillos.
—No —solté serio.
—Ni tu te creí esa —se rió.
Solo lo mire mal.
—¿Que hablaron el otro día?
Lo mire confundido.
—Cuando la seguiste ahueonao, no creas que pasaste piola.
—No la seguí.
—Claro... —se rió—. ¿Pudiste hablar con ella?
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¿Otra vez tú?
عاطفية[CHILENSIS] La Sofi choca un día con el mino más desordenado del liceo. Al cual, no le interesaba mucho sus notas y lo único que le importaba era andar hueando, pero cuando la conoce a ella, algo lo hace cambiar. ¿Qué pasará? ¿El podría enamorarse...