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Sofía.

Me encontraba con las chiquillas en mi casa. Esto ha sido uno de nuestros panoramas favoritos este último tiempo. Bueno en realidad el único que nos gusta, ya que debo admitir que a ni una le ha dado de la ganas de salir alguno lado.

Flojas culias, lo sé.

La Cami ha estado mejor este último tiempo, la he visto más tranquila de lo que había estado al principio. Ya que sentíamos que iba en una montaña rusa con sus emociones, a veces estaba bien y pum, algo la bajoneada.

Pero supongo que es totalmente normal, sobre todo cuando te gusta alguien y las cosas no salen como tú quieres. Esos sentimientos son muy difíciles de evitar.

Aunque aún no estamos todos juntos como antes, mi amiga no tenía muchas ganas, así que nosotras la apañábamos y nos quedábamos con ella. Y la verdad no me quejo, esto nos ha servido para unirnos más y me encantaba, porque la pasamos bacansito.

Así que dentro de todo he estado bie... no, se me había olvidado contar algo.

Desde hace unos das la Javiera ha buscado como molestarme y aunque no sea como las otras dos veces, lo ha echo. Ahora solo pasa por mi lado y se tira algún comentario desagradable o también lo que mas a echo es señalar su muñeca, haciendo que es un reloj.

Y me pregunto que tendrá diosito en mi contra para hacer que me la tope siempre en el liceo, si la huea es bien grande.

Pero aún así no le he contado al Amaro, es que en realidad lo encontraba innecesario.

Solamente trataba de ignorarla y no caer en su juego, pero siéndoles sincera se me complicaba
Aunque no negaré que me hace sentir un poco insegura, con todas las cosas que me dijo antes y que ahora me moleste.

No la conozco realmente y tampoco se que es capaz de hacer, pero me daba cierta desconfianza.

—¿Pedimos o no? —me saco de mis pensamientos la Fran.

—¿Ah? —pregunte confundida.

Está rodeo los ojos.

—Te estábamos diciendo si vamos a pedir el sushi o no.

—Ahh si po —conteste.

Esta solo me ignoro y volvió a su celular. Pero la mirada de la Camila estaba sobre mi.

—¿Te paso algo? —preguntó algo preocupada.

La mire un momento para confirmar si me hablaba a mi.

Obvio po ahueona. ¿Ves a alguien más en la pieza?

No, no. Estoy bien —sonreí.

—¿Segura? Pareciera que no —hablo esta vez la Fran.

—Si, desde que llegamos estás como... ¿rara? o ida, no lo sé —explico mi otra amiga.

Solté un suspiro dudando en si contarles. No sabía mucho si era buena idea, pero tal vez podrían ayudarme o no lo sé.

¿Como sacarle la chucha? Yo apoyo.

Prométanme que no harán nada... porfis

—Pero habla po —habló impaciente la Fran.

La Camila le pegó un codazo.

—Tranquila, no haremos nada —sonrió.

Suspire una vez más antes de hablar.

—Lo qué pasa es que... la Javiera me ha estado ¿molestando? si se puede decir así —vi como sus caras de tranquilidad pasaron a amenaza y me arrepentí de haber dicho algo.

—¿Molestando?

—¿Cuando?

—¿Que te ha dicho? Camila hay que pegarle.

—Hay que tirarla de la escalera mejor —le hablo a la Fran. Tenían una mirada como diabólica, incluso a mi me dio miedo.

Diosito ayúdame.

—Chiquillas no es para tanto...

—¿Que no es para tanto? —exaltó la Fran—. De nuevo te esta molestando Sofía, no dejes que esta hueona te pase a llevar y si no quieres hacer algo, lo haremos nosotras y que tanto.

La Fran siempre ha sido algo sobre protectora con la gente que quiere y si tiene que defender a alguien lo hará. Como mamá leona.

—¿Que te ha hecho? —preguntó más calmada la Camila.

Me acomode mejor en la cama.

—Solo ha dicho hueas innecesarias. No se ha acercado más de lo que debería, han sido cosas cortas y sobre todo una huea de un reloj —explique.

Ambas me miraron confundidas.

—¿Reloj? Esta loca —levantó los hombros la Fran.

—¿Esto te tiene así? —mi vista estaba en la Cami.

—Si... —sone algo desanimada—. En realidad no he querido que me afecte, pero no se, creo que es inevitable si la tengo como mosca encima.

Solté un suspiro antes de volver hablar.

—Si tuviera que ser sincera, diría que ha hecho que me sienta algo insegura últimamente...

Note que ambas me miraron preocupadas.

—No deberías porque sentirte insegura por ella Sofi, no va hacer nada y el Amaro menos —me tomo la mano la Cami—. Ella solo amenaza pero no llega hacer mucho.

—Además mira de quien viene. La hueona esta loca —habló la Fran haciendo que soltara una risita—. No dejes que la mierda que hablé te afecte a ti, ni a tu esencia Sofita. No vale la pena desgastarse por ella.

Creo que necesitaba hablarlo, me sentía algo más tranquila.

—Puede que tengan razón —trate de sonreír.

—¿Le contaste al Amaro? —preguntó la Cami.

—Eh... no.

—¿Por? —preguntó mi otra amiga.

—Es que no se... no quiero quedar como sapa o que está acusando todo el rato.

—Sofía el Amaro jamás pensará eso —afirmó la Cami.

Suspire.

—Pero de igual manera. ¿De que sirve? El Amaro ya ha hablado con ella y aún así no ha servido, sigue molestando.

Ambas se quedaron calladas un momento, pensando en algo.

—Yo creo que la mejor opción es tirarla de las escaleras —hablo la Francisca.

Haciendo que con la Camila nos riéramos. Esta salía con cada huea.

—Déjate con la huea, violenta de mierda —la empujó.

—¿Que? —miró ofendida—. Es el mejor plan que he tenido en mi vida.

Solté una risita.

—¿Y si cambiamos el tema? —pregunté dudosa.

—Obvio, de una.

—Lo que la reina pida —sonrió mi mejor amiga.

Ay como las amo.

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¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora