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Amaro.

Una de las razones porque accedí a que la Sofi me ayudará a estudiar era porque quería pasar más tiempo solo con ella y siéndoles sincero ni siquiera sabía porque, últimamente me he sentido tan confundido respecto a ella, he comenzando a sentir cosas que no estoy seguro si las sentí antes o de la misma intensidad.

Siento que la Sofía saca un lado de mi que no conocía muy bien y de cierta formar agrada, me agrada ver como este último tiempo he cambiado para bien y siento que es gracias a ella, porque ella me hace querer ser mejor, aunque ni siquiera se de cuenta.

Había ordenado mi pieza como 20 veces, solo por los nervios y seguía igual, me encontraba esperando a la Sofi, la cual me dijo que llegaría en un ratito más. Me estire sobre mi cama, mientras veía el celu, no se cuanto rato pasó, hasta que me llego un mensaje de ella diciéndome que está a fuera. Baje rápidamente y antes de abrir la puerta solté un suspiro, al abrirla me encontré con ella parada distraída, pero al ver que ya había abierto la puerta puso súper atención en mi.

Se veía muy linda, bueno siempre se ve así, con ese brillo que tiene en sus ojitos y esa sonrisa, que hace que siempre quiera sonreír con ella.

Me costó un momento que las palabras salieran de mi boca, pero lo hice.

—Hola Sofi —mencione.

—Hola —sonrió.

La quede mirando unos segundos y me di cuenta de la ahuenao que me debo ver.

—Eh... pasa, ven —me hice a un lado para que pudiera entrar.

—Permiso —la escuché decir.

—Vamos a estudiar en mi pieza, pero antes ¿quieres algo para tomar o comer? —pregunté.

—Eh... algo para tomar —dijo con una sonrisa.

—¿Agua o jugo?

—Jugó esta bien.

—Ya, voy a servirte jugo y vengo —mencione antes de dirigirme a la cocina, no se porque me sentía entero ahueonao con cada paso o cosa que decía.

Después de unos minutos volví al living con dos vasos de jugos, la Sofi se encontraba mirando unas fotos que estaban colgadas en la pared y estaba rogando porque no fueran las de cuando era más chico.

—¿Que haces? —pregunté.

Vi como di un saltito al escucharme hablar.

—Ay, me asustaste —mencionó con una risa nerviosa. —Solo estaba viendo las fotos.

Me acerqué hacia a ella sin decir nada.

—Te ves muy tierno en esta foto —dijo con una risita.

Me fije en cual estaba viendo y no pudo a ver elegido la peor, era una foto mía cuando chico con un disfraz de un animal que ni se cual es, no se si daba más miedo el disfraz o mi cara de asustado.

—Nooo, Sofi salgo horrendo —dije riéndome. —Mira ese disfraz culiao feo.

La escuché soltar una risita.

—No estaba tan mal —se rió haciéndome reír a mi.

Nos quedamos mirándonos por unos segundos.

—¿Subamos? —pregunté.

—Sisi obvio.

Una vez que estuvimos en mi pieza, acomodé una silla al lado del escritorio para que pudiéramos estar los dos.

—¿Que entra en la prueba? —preguntó.

—Espérame —mencione mientras buscaba mi cuaderno en la mochila, busque en donde se encontraba la materia y se lo pase. —De esto.

¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora