¿Otra vez tú?

21

Sofia

Estaba tratando de poner atención en la clase de matemáticas, pero la Fran con el Mateo me lo hacían imposible.

—Y cuando te sacaste la chucha por las escaleras —mencionó entre risas—. Puta que me dio risa esa vez hueon.

La Francisca soltó su risa tan escandalosa y no pude evitar reírme.

—¡Uuuh verdad hueon! Fue una de mis mejores caídas —mencionó divertida.

—¿El grupito de ahí puede mantener silencio por favor? Última vez que les digo o los enviaré afuera —hablo enojado el profe.

Mire a los chiquillos y ellos se dieron una mirada tratando de aguantarse de la risa, pero sabía que no podrían. La risa de la Francisca retumbó por toda la sala haciendo que el profe nos fulminara con la mirada.

—Se los dije, salgan ahora mismo de la sala —apunto la puerta bastante molesto esperando a que saliéramos.

Nos levantamos tratando de no reírnos y salimos de la sala, y una vez que estuvimos afuera nos miramos entre los tres y comenzamos a reírnos fuertemente.

—Fran culia —solté con una risa.

—¿Que hice yo loca? —me miro indignada.

—Tu risa po, de tan solo escucharla me da un ataque culiao de risa.

—¡Pero hueon! Fue culpa del Mayeó —punto a mi amigo que estaba cagao de la risa—. ¿Como chucha se te ocurre acordarte de esa vez que me caí hueon?

—Es que... hueon, esa caída es muy... buena, cada vez que me acuerdo me cago de la risa —mencionó entre risas, haciendo que la Fran volviera a reírse.

Por mi parte solo solté una risitas más y me calmé.

Y los quede mirando un momento, y me puse a pensar en que este año sería el ultimo juntos, bueno... digo acá en el liceo, después cada uno hará lo que quiere con su vida y eso no dice que no nos veremos, pero se que se nos hará un poco más difícil coordinar al vernos. Todo eso por un lado me ponía triste, ya que, bueno... estaba acostumbrada a estar con estos dos, pero por otro lado me sentía feliz, porque sabía que cada uno hará lo que realmente le gusta, ya sea en la universidad como con su vida.

Supongo que estaba perdida en mis pensamientos porque no había cachado que uno de los chiquillos me estaba hablando hasta que sentí el golpeteo en mi brazo.

—Despabila Sofi —me hablo mi amiga.

—Chucha, perdón —la mire—. Ahora si, dime.

—¿Que te paso? Estabas como en otra —preguntó confundida.

—Ah nada, solo estaba pensando hueas —le sonreí.

|•••|

Después que salimos de clases con la Fran y el Mateo vinimos a mi casa a terminar un trabajado del liceo.

—Ya no puedo más —tiro rendida su lápiz la Fran—. Tengo hambre, iré a buscar algo para comer.

Sin decir nada más la Fran salió de la pieza, supuse que iría a la cocina a ver qué podría comer, la verdad la confianza que tenía la Fran con mi familia era muy buena, es como si fuera una hija más para mis papás