EXTRA #1

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Sofía.

Un año después.

¿Estás lista? —escuché hablar la Fran mientras se asomaba por la puerta.

Me mire por última vez en el espejo y asentí lentamente.

—Supongo —me giré, me sentía sumamente nerviosa y ni siquiera sabía porque.

Mi amiga entró, dejándome ver también a la Cami junto con la Pia, las tres iban hacer mi damas de honor.

Sonreí apenas vi a las tres frente a mi, se veían preciosas con sus vestidos de color azul bebé.

—Tu nos dicen y nosotras bajamos —hablo la Fran con una sonrisa.

Las miré antes de volver a girarme hacia el espejo.

—¿Estás nerviosa? —la escuché hablar a mi lado.

Dirigí la vista hacia la Fran y sabía que no podía mentirle, me conocía muy bien. Así que solo sentí.

—Ay amiguita, supongo que es normal —me toco el hombro—. Pero debes estar tranquila, el Amaro está allá abajo esperándote y se que apenas te vea se volverá enamorar de ti, igual que la primera vez.

—Eso es muy cierto —hablo esta vez la Pia con una sonrisa y no pude evitar sonreírles de vuelta.

—Además te ves preciosa —escuché hablar a la Cami.

Puse mi vista en el espejo otra vez y volví a analizarme. Traía un vestido blanco largo y algo sencillo, con un velo que llegaba un poquito más abajo de mi cintura.

—Estoy lista —las miré por el espejo.

Y así fue como comenzaron a moverse.

—Llamaré a tu papá —me aviso al Fran antes de salir.

Me asome por última vez por la ventana y observé hacia a fuera, no había rastro del Amaro, pero si de algunas personas. Habíamos decido entre los dos hacer algo íntimo y pequeño, donde estuvieran nuestra familia y obviamente nuestros amigos.

Sentí unos golpes en la puerta y me giré inmediatamente encontrándome con mi papá.

—¿Lista princesa? —habló con una sonrisa.

—Si papá —le sonreí.

Tome el ramo que estaba en un mueble y avance hacia a él.

Una vez que estuvimos abajo el me detuvo un momento. Noté como me observo detenidamente y por primera vez en mi vida lo iba ver llorar.

—Te ves tan linda mi vida —me acarició la mejilla—. No puedo creer que dejaras de ser mi princesa chiquita...

Tome su mano y la acaricié.

—Siempre seré tu princesa papá —le sonreí.

—Ya mejor salgamos o me pondré a llorar.

No pude evitar reírme.

Lo tome del brazo y avanzamos.

—¿Lista? —lo escuché hablar a mi lado antes de salir.

—Lista.

Avanzamos lentamente mientras sonaba una canción lenta. Puse mi atención en las personas que había y se me llenó el corazoncito al ver a todos los que quería ahí.

Pero mis ojos querían ver a otra persona, así que dirigí mi vista al altar y ahí estaba el. Se veía tan lindo como siempre, nuestras miradas chocaron e inevitablemente ambos sonreímos.

¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora