Amaro
Sentí los rayos de sol en mi cara y eso me hizo despertar. A penas abrí los ojos el dolor de cabeza volvió aparecer, no había dormido bien, otra vez.
Me quede mirando por unos largos minutos el techo de mi pieza, no quería levantarme y lo más probable es que no lo hiciera. Estire mi mano en busca de mi celular y lo encontré, vi la hora e iban hacer las 11.
Tenía unos mensajes de los cabros de hace un rato preguntando si iba a ir, pero no los pesque. Solo deseaba a tener un mensaje de ella.
Inevitablemente desbloquee el celu en busca de su chat y ahí estaban los últimos mensajes, que en realidad solo eran de parte mía. Hace unos días había dejado de escribirle, para ser exacto el día que de ahueonao se me ocurrió ir a buscarla a su sala.
Ese día vi llegar a la Fran donde nosotros, por un momento creí que estaría con la Sofi, pero esta comentó que prefería estar sola. Por unos minutos batallé contra mi si ir donde ella.
Días atrás...
—Ire hablar con ella —comente algo bajo, aún así llame la atención de el Benja y la Fran.
—No creo que se buena idea Amaro —me miró algo sería.
Me pase una mano por la cara frustrado y volví a mirar en dirección a la sala de ella, para volver mi vista hacia el Benja en busca de ayuda.
No se que le dijo este, pero la Fran me dio una mirada de rendida. Ni siquiera espere a que dijera algo, solo avance. Sentía mis pies ahueonaos, como si en cualquier momento me fuera a caer, estaba nervioso.
Una vez que estuve a fuera de la sala dude en entrar, pero igualmente avance. Necesitaba verla.
Cuando entre la encontré sentada en un puesto, supuse que estaba leyendo, porque se venía concentrada aunque mis pasos interrumpieron eso. Pude notar como se formó una sonrisa en sus labios, esa linda sonrisa que tiene y por un momento deseé que fuera por mi. Pero me confirmo que no lo era cuando me vio y se desvaneció.
—Sofi —por fin salió mi voz.
La observé y no dijo nada, estaba quieta viéndome. Tenia la necesidad de acercarme a ella, pero ahí reacciono.
—¿Que quieres? —su voz sonó tan cortante.
—Hablar, solo eso —jugué con mis dedos, me sentía nervioso—. Es lo único que te pido y después no te molesto más.
Me miro por unos segundos los cuales sentí eternos, una parte de mi creyó que me diría que si.
Iluso.
—No quiero.
—Por favor —suplique.
—Ya te dije que no. No ahora, no aquí.
Y la ilusión volvió, tal vez querría hablar en otra parte que no fuera el liceo.
—Y... ¿después de clases? Podría ser en la...
—Amaro no —me interrumpió, su voz se había quebrado—. Enserio, déjame tranquila por favor.
Que me lo dijera de esa manera, escuchando su voz quebrarse, hizo que sintiera la necesidad de alejarme de ella, de dejarla tranquila y no molestar más.
Asentí pero mi cuerpo no se movió, no quería hacerlo. La mire un momento, mis ojos no querían quitar la vista de ella, era como si sintieran que era la última vez que la vería.
Note como desvío la mirada de mi, como comenzó a buscar otra cosa que ver, cualquiera que no fuera yo. Aunque mi corazón deseaba que volviera a poner sus lindos ojos sobre mi, aunque fuera por una última vez.
—Amaro te dije que no era... —escuché la voz de la Fran y supuse que se estaba acercando—. Buena idea...
En realidad nunca lo fue.
Mire a esta y la encontré con el resto de mis amigos. Pero tuve la necesidad de volver la vista hacia la Sofi y note que cuando miró a la Fran, sus ojos se habían humedecidos y pude notar las lagrimas caer por su cara.
El sentimiento de culpabilidad y rabia apareció, me dolía tanto verla así y sobre todo por mi culpa. Al final la Fran tenía razón, no debí venir.
—¿Amaro porque no mejor vamos al patio? —escuché la voz del Benja.
Le di una última mirada.
—Si... es mejor —susurre.
Y salí de la sala, escuché unos pasos detrás de mi y supuse que era mi amigo.
—¿Estás... bien? —preguntó.
—No quiere nada conmigo —me giré hacia el—. Ni siquiera verme.
Este me miraba como si le diera lastima.
—Tienes que darle tiempo Amaro.
Me pase una mano frustrado por la cara.
—Pero es que ella necesita saber que no pasó nada, necesito que me escuche y no que se quede con lo que vio —mi voz sonó desesperada.
Este solo me miró.
—Tal vez si uno de ustedes habla con ella... —volví a hablar.
—Amaro tú sabes que yo no te diría no y haría cualquier cosa por ti, pero siento que no es buena idea —hizo una pausa—. Si de alguien debe escucharlo, es de ti.
—Pero no quiere.
—Por eso debes darle tiempo hermano, recién pasaron unos días —puso una mano en mi hombro—. Esta dolida Amaro y si la presionas será peor.
Lo quede mirando un momento, sabía que tenía razón.
Hoy...
El sonido de mi celular vibrar hizo que volviera a realidad, a mi pieza. Era otro mensaje del Benja, lo volví a ignorar.
Me senté en la cama y mi vista se puso sobre mi escritorio, donde se encontraba el regalo que le había comprado a la Sofi unas semanas atrás. La presión en el pecho apareció al acordarme que faltaban uno días para su cumpleaños y no estaría con ella, hace unas semanas atrás tenía un panorama totalmente diferente y ahora... bueno ahora estoy así.

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¿Otra vez tú?
Romance[CHILENSIS] La Sofi choca un día con el mino más desordenado del liceo. Al cual, no le interesaba mucho sus notas y lo único que le importaba era andar hueando, pero cuando la conoce a ella, algo lo hace cambiar. ¿Qué pasará? ¿El podría enamorarse...