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Mateo.

Me encontraba con algunos de mis compañeros en el patio, mientras estábamos en el recreo, aunque en realidad no le estaba prestando mucha atención a lo que hablaban. Hasta que note que uno de estos me mostraba algo de su celular.

—¿Cachaste la huea que pusieron en el ig de los cahuines del liceo? —habló uno de estos, mientras aún tenía el celular frente a mi, aunque ni lo mire.

—No me interesan los cahuines de este liceo —mencioné algo indiferente. Y era verdad, no me interesaba, todos sabíamos que acá lo único que les gusta es el cahuin e inventar hueas.

—Pero esté te va gustar —insistió.

Le di una mirada cansada y tome su celular. Era una publicación diciendo algo de un carrete qué pasó el fin de semana y que en este, el hueon con el que anda la Sofía se la había cagado, al frente de ella.

Levante la vista hacia mis amigos.

—No creo que sea verdad, es una huea escrita, no hay prueba —levante los hombros.

Vi como estos se miraron entre ellos.

—Es verdad hermano —hablo esta vez el David—. Yo fui al carrete y aunque no vi exactamente cuando pasó. Estuve después cuando quedó la caga.

Vi como sacaba su celular del bolsillo y buscaba algo.

—Cacha, primer plano y todo —extendió su celu.

En este había una foto donde salía la Sofía con el grupo de hueones y frente a ella estaba... ¿la Javiera?

Fruncí el ceño.

—Avanza, hay un video —mencionó y lo hice, en el video se veía a una de las amigas de las chiquillas y le estaba pegando a la Javiera.

Ni siquiera me importo mucho el video, si no la foto, en donde estaba la Sofi. Escuché a estos hueones huear sobre la pelea, pero no les presté mayor importancia.

Solo me giré y caminé hacia mi sala.

—Oe hermano mi celu —escuché que gritaron.

Me giré.

—Te lo traigo altiro.

Camine rápido hacia la sala, esperando que ella estuviera ahí. Una vez frente a esta entre y me la encontré, estaba con sus amigas.

A pasa rápido me acerqué a su puesto y le puse el celular en la mesa.

—Explícame la huea que andan hablando —me cruce de brazos.

Vi como miro a sus amigas y estas entendieron que debían dejarnos solos.

—No hay nada que explicar —se levantó de hombros.

—¿Lo hiciste igual? Aún cuando te dije que no hicieras esa huea —hablé molesto.

Esta me miró unos segundos.

—Obvio —sonrió maliciosamente—. No creo que esperabas que no lo hiciera solo por que tú no quisiste.

Me pase una mano frustrado por la cara.

—¿Que tan caga de la cabeza teni que estar para hacer eso?

Esta no respondió, solo mantenía su mirada en mi y lo que más me molesto era que no estaba avergonzada, era como si disfrutara.

—Mira, te lo dije el otro día. Una cosa es que ese hueon no me caiga bien, pero otra es muy distinta que los quieras separar.

—¿Y? —levantó los hombros—. Ya lo hice, ademas deberías estar contento. Te dejé el camino libre con tu amiguita, al final ganamos los dos.

¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora