EXTRA #2

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Sofía.

Meses después.

Antes de que nos casáramos, mucho tiempo antes con el Amaro nos habíamos propuesto viajar y nuestro destino debía ser si o si otro país. Y aunque hubiéramos querido que eso fuera como luna de miel, tuvimos que posponerlo, ya que ambos teníamos responsabilidades y debíamos cumplir con ellas.

Pero fue después de unos dos meses en donde pudimos hacer ese viaje. Y les diré, la pasamos bacan.

Nuestro destino al final fue Italia, sabíamos que debíamos disfrutarlo porque al final fue algo de nuestro esfuerzo. Así que eso hicimos durante una tres semanas, visitando varios lugares, probando cosas nuevas y conociendo la cultura de allí.

Pero ya habíamos vuelto a nuestra casa hace unas semana y se habían acabado las lindas vacaciones.

Me encontraba en nuestra pieza viendo alguna serie para matar el aburrimiento. El Amaro estaba trabajando, aunque llegaría en cualquier momento. Por mi parte había pedido el día, ya que no me sentía del todo bien.

Los últimos días había comenzado a sentirme algo decaída y con náuseas. Supuse que alguna cochina que comí me hizo mal.

Sentí la puerta del departamento abrirse y supuse que era el Amaro.

—Amor llegue —lo escuché gritar.

—Estoy en la pieza.

Vi como unos segundos después apareció en la pieza con una sonrisa, aunque notaba en su carita que estaba cansado.

Se me acercó y me dio un beso corto en los labios, para después sentarse frente a mi.

—¿Como te sientes? Ya no estás tan pálida como la mañana.

—Un poco mejor —le sonreí.

—¿Segura? Porque puedo llevarte al hospital.

—No, tranquilo estoy bien.

—Entonces levántate, te traje algo rico —me toco suavemente la pierna antes de pararse.

—¿Que cosa? —lo seguí.

Y una vez que llegamos al comedor en la mesa había sushi, apenas lo vi el hambre entro a mi.

—¡Oh que rico! —mencione mientras me acercaba a la mesa y ahí fue cuando el asco volvió a mi, apenas sentí el olor.

—¿Estás bien? —lo escuché hablar.

Me tape la boca porque sentía que iba a vomitar y con la otra le hice una seña que esperara.

Y no pude más, corrí rápidamente al baño y me encerré en este. Comencé a vomitar hasta que no pude más, me sentía más mareada que la chucha.

—¿Amor estai bien? —escuché el Amaro detrás de la puerta.

Me paré lentamente y me mire en el espejo.

—Si... espérame un poquito —me moje un poco la cara y trate de respirar tranquila.

¿Porque conchetumare me sentia tan mal?

Me sobé un momento la cabeza y ahí vino un pensamiento.

Habían dos opciones para esta huea.

O de verdad me había caído mal algo en el estómago, o.... estaba embarazada.

Me quede pensando en lo último y rápidamente abrí la puerta, ignorando por completo al Amaro a mi lado. Camine a nuestra pieza y busque mi celu, estaba retrasada por casi dos semanas.

¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora