Celos por doquier

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Después de darle la bienvenida a Jake, todos salimos al descanso y a almorzar.

Tory y yo nos dirigíamos al desayunador.

— ¿A si que conoces a ese chico?

— Si, entro a trabajar a la cafetería hace unos días.

— ¿De verdad? ¿Y no piensas presentarmelo?

— Tory — fruncí el ceño.

— ¿Qué? Es muy lindo ¿no crees? — Tory miraba a Jake quién ya se había sentado con su almuerzo.

— Sabes que yo solo tengo ojos para mi Michael.

— Ay lo sé — giró los ojos — pero no tiene nada de malo que admires la belleza de los demás.

— Pues no sé, la verdad Jake no es precisamente mi tipo.

— Bueno, anda. Vamos a que me lo presentes.

— De acuerdo.

Caminamos hacia la mesa de Jake. No podía dejar que almorzara solo, así que nos sentamos con él.

— Hola Jake — saludé con una sonrisa.

— ¡Emily, hola!

— ¿Cómo estás? En verdad fue una sorpresa verte aquí. Cuando me dijiste que obtendría una beca para estudiar en otra escuela nunca me imaginé que aquí mismo.

— Si, no me dijiste el nombre de tu escuela y pues, creí que era algo sin importancia.

— Pues bienvenido.

Tory aclaró su garganta dándome un pequeño golpe en mi codo. Era una indirecta para que la presentara.

— Oh, Jake; quiero que conozcas a mi mejor amiga, Tory.

— Hola Tory, encantado de conocerte — él estrechó su mano.

— Igualmente Jake. Bienvenido a nuestra escuela.

— Muchas gracias.

— Entonces ¿conoces a Emily por el trabajo?

— Si, empecé esta semana. Emily es una buena compañera de trabajo, fue muy amable al llevarme a casa en su auto.

— ¿Ah si? — Tory me lanzó una mirada extraña — Si, así es mi amiga. Muy noble.

— Si, lo es.

— Jake, si gustas puedes almorzar cono nosotras en lo que haces nuevos amigos — cambié de tema.

— ¿E-enserio?

— ¡Claro Jake! — respondió Tory — También te presentaremos a Dany. Que por cierto no lo veo por ningún lado — Tory buscaba a Dany con la mirada.

— Oh ¿Y Dany es..?

— Su novio.

— Oh, ya veo.

Jake era un buen chico. Esperaba que pudiera adaptarse pronto a su nueva escuela.

*****

No sé porqué me seguía torturando leyendo las líneas del diario de Vivian.

"He usado anticonceptivos desde el día que me casé"

Era la frase que no dejaba de leer una y otra vez. Solo podía pensar su actitud de la vez que ella escribió esto; si estaba triste, si sentía satisfecha de engañarme así o si sentía algún remordimiento. Ella sabía que lo que más deseaba era formar una familia a su lado, tener tantos niños que pudieran corretear por los alrededores del rancho. Pero vamos, yo era el culpable de que ella hubiese actuado así, ella no quería que un niño creciera al lado de un padre celoso y posesivo.

Un alma distintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora