No se si sería una buena idea, me daba pena volver a molestarlo, ya le había causado bastantes contratiempos en su vida como para volver a solicitar su ayuda. Pero...él me dijo que si necesitaba algo, que lo llamara.
Mi mano se contradecía en levantar el teléfono para marcar el número de neverland, tenía ya media hora sin decidir. Realmente necesitaba que alguien me llevara a Barkeley, y él era en quien pensé, pero ¿realmente quería que solo me ayudara? O ¿era un pretexto para volver a verlo. Porque vamos, no podía negar que desde que lo vi aquella noche, no deseaba mas que volver a verlo y no entendía porque me sentía así.
¡Por fin tomé el teléfono! Marque el número y puse la bocina en mi oreja, ya no había marcha atrás; el teléfono sonaba y en cualquier momento podían responder.
— ¿Diga? — era la voz de una mujer.
— Hmm...disculpe ¿es neverland? — solo faltaba que con los nervios haya marcado mal.
— S-si ¿quién habla?.
— ¡Oh! — suspiré satisfecha — soy...Emily Harris, el señor Jackson me dio su número de teléfono.
— ¡Claro! Señorita Harris — al parecer él les había hablado de mi.
— Buen día.
— Dígame, señorita, soy empleada del señor Jackson.
— Él... ¿Se encuentra en casa ahora?
— Lamento informarle que no, señorita — rayos — él señor Jackson tuvo un asunto urgente que debía atender y salió muy temprano.
— Oh... — susurre decepcionada — entonces...¿No regresara pronto?
— Me temo que no, señorita.
— De acuerdo...
— ¿Gusta dejarle un recado?
— ¡No! No se preocupe. Muchas gracias.
— Para servirle señorita — colgué.
Pude haberle dicho a la joven que le dijera al señor Jackson que lo llame, que me llamara en cuanto llegara, pero si tenía un asunto urgente, no debía molestarlo.
Me sentía decepcionada, pero no sabía si porque no tenía quien me acompañara San Francisco o porque no vería a Michael.
*****
Mis manos sudaban, me sentía muy nervioso y confundido, debía decir la verdad pero no me atrevía a culpar a mi...a mi padre, que a pesar de todo me pesaba acusarlo y declarar en contra suya.
Estaba en una sala con una secretaria, John y el abogado de los padres de Vivian.
— Dígame señor Jackson ¿dónde se encontraba usted la noche del 20 de junio del año de 1992?
— En mi casa, con mi amigo David. — decía en voz baja
— ¿Sabía usted que la señora Vivian de encontraba fuera de su casa a altas horas de la noche?
— Si, si lo sabía.
— ¿Por qué no estaba con usted, señor Jackson?
— Ella...ella y yo discutimos.
— ¿Por qué?
— Un...problema personal.
— El señor y la señora John's lo acusan a usted de haber hecho falso testimonio contra su esposa, la señora Vivian John's-Jackson. ¿Es eso verdad?
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Un alma distinta
FanficUn alma distinta es mi primer novela en esta plataforma. Me siento muy orgullosa de poder presentarles mi trabajo por primera vez. La historia es hermosa. Hay temas ficticios y unos no tanto,espero que no se molesten si no es muy real en cuanto a la...